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Miro cómo un rayo de luz se dispersa a través de tus órganos abdominales.

Un resplandor cobalto llena esta sala.

Tus ojos son de un color diferente, una capa de plata, un sabor a silicona.

Optimista se filtra sobre ti.

Eras humano, estaba solo, eras consuelo.

Yo era egoísta, tú eras humano.

Más humano de lo que nunca seré.




Habían pasado pocos días desde la última que vez que Yoon Gi vio a Jung Kook y salió corriendo de la casa de Park Sung avergonzado

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Habían pasado pocos días desde la última que vez que Yoon Gi vio a Jung Kook y salió corriendo de la casa de Park Sung avergonzado. Estuvo pensando en él a cada hora que pasaba y eso conllevó dejar un poco de lado sus estudios.

Estaba pensando en visitarlo una vez más,  pero esta vez le llevaría algún regalo. Aunque comprendía que debía de desconocer totalmente lo que un regalo significaba,  podría ayudarle a despertar una emoción más.  Suponía que le agradecería el presente, pero después de eso el chico se quedaría en blanco y ahí acabaría todo. Lo que menos quería Yoon Gi era generar una situación tensa entre ambos, aunque claro, el único en sentirse incómodo sería él.

Estuvo planeando en su cabeza poder salir a alguna parte, pero recordó que no era muy buena idea. Se sentía muy frustrado respecto a eso, debían estar escondiéndose porque según Park Sung alguien podría estar buscándolos. Quienes fueron dueños de la empresa STC no eran precisamente muy agradables y aunque ya hacía un tiempo que habían desaparecido, el hombre estaba seguro de que no todo había terminado para ellos. Yoon Gi notaba el miedo en la voz del tío de Ji Min cuando le advertía que no era bueno que los chicos salieran al exterior. Entonces se preguntaba: ¿Cómo iban a volver a explorar el mundo? Todas las emociones más bonitas se debían de experimentar fuera de las cuatro paredes de una casa, suponía. Había poca naturaleza en esos tiempos debido a que toda la tecnología la suplantó y el gesto de enseñarle a plantar unos tomates en la maceta le llenó el corazón de angustia a Yoon Gi. Por ese motivo se había ido a vivir tan lejos de la ciudad, para no respirar el aire tóxico, para que sus ojos no se sintieran mareados con cada cartel de luces que se le cruzaba en la cara, para no ver toda la cantidad de aparatos que sustituían las acciones que todo humano debía de hacer por sí mismo.

Su gatito meneaba la cola mientras lo miraba; se le había escapado unas cuantas veces, pero siempre volvía a su hogar. Yoon Gi pensó en llevar a Jung Kook a su casa porque esperaba que en algún rincón de su cabeza recordara que estuvo ahí y también quería que recordara a su gato. Veía muy lejana la posibilidad pero no perdería nada por intentarlo.

HUMANOID "00" [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora