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Las manos de Yoon Gi apartaban a la gente de su camino, ganándose varios insultos y feas miradas

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Las manos de Yoon Gi apartaban a la gente de su camino, ganándose varios insultos y feas miradas. Debía encontrar a Jung Kook y asegurarse de que estaba bien; la actitud celosa de Ji Min sobrepasó el límite de lo absurdo y ya no se molestaría en decirle lo que pensaba respecto a eso, estaba harto.

Era algo infantil y sin sentido ponerse así por algo que ni siquiera tenía consciencia ni capacidad de razonamiento. Para Yoon Gi, sólo eran cables, pero aun así prefería conservar a Jung Kook antes que a Ji Min.

Lo encontró parado en una esquina, mirando hacia los costados; supuso que estaría buscándolo. Caminó hacia él, totalmente aliviado de saber que estaba en perfecto estado, y suspiró.


—Jung Kook... Vamos a casa.


—Sí, amo.


La dulce voz con la que le hablaba lo calmó un poco de su enojo. Si veía a Ji Min no dudaría en decirle que estaba cansado y harto de todo; la relación había acabado.

Buscó la dirección de la salida de aquel parque, pero era tan amplio y estaba tan lleno de gente que sentía que estaba dando vueltas en el mismo sitio. Jung Kook sólo lo seguía, siendo agarrado de la mano por el otro para que no se le perdiera. La gente lo miraba extraño, no se veía mucho que un humano fuera de la mano de su robot, era algo antinatural. Por supuesto que a pesar de su apariencia tan similar a la humana, Jung Kook tenía algo que lo delataba, y eso era el código en su nuca.

Dieron vueltas y vueltas hasta que encontraron un camino que parecía ser la salida de aquel ruidoso lugar. Yoon Gi siguió tomando de la mano a Kook, pero cuando dio un paso más para acelerar, el humanoide frenó de golpe.


—Kook, vamos—tiró de su brazo.


Yoon Gi se giró hacia él para mirarlo y se dio cuenta de que su cabeza estaba apuntando en otra dirección. Siguió la mirada hacia la derecha y, entre un poco de alboroto de niños y padres, vio a un hombre parado mirándolos. El escalofrío que sintió Yoon Gi fue tal que lo obligó a salir de allí corriendo.

No pudo distinguir muy bien su rostro debido a la distancia, pero la sensación que le transmitió no era nada buena. Por esa razón salió de allí disparado en busca del transporte público que lo llevaría de inmediato hasta su casa.

Pasados los minutos de viaje, llegaron. Una vez que entraron, el gato los recibió sentado junto a una pequeña maceta que había hecho caer. A Yoon Gi no le llamó tanto la atención, ni tampoco iba a regañarlo, su mente estaba ocupada pensando en otra cosa.

Sentó a Jung Kook en el sillón y, por las dudas, lo revisó. No había nada extraño, y si lo hubiese claro estaba que el culpable debía ser Ji Min. Después se sentó a su lado y pensó en lo que había pasado. Le dio curiosidad saber por qué Kook había frenado sus pasos para mirar a aquel hombre misterioso. ¿Sería quizás un amigo del señor Lee?


—Jung Kook—al nombrarlo, el humanoide giró la cabeza en su dirección —¿Quién era ese hombre?


Los párpados de Jung Kook se abrieron y cerraron lentamente, como si procesara así aquella pregunta para buscar respuesta dentro de su sistema.


—Al amo no le gusta aquel hombre. Mi sistema se puso en alerta para advertirle su presencia.


Yoon Gi frunció el ceño sin comprender. Si aquella persona era alguien peligrosa que podía volver a aparecer por los alrededores, estaba más que preocupado. No sabía qué clase de persona podía haber sido el señor Lee, pero si tenía enemigos, Jung Kook debía de estar programado para defenderlo. Quizás tenerlo junto a él ya no le hacia tanta gracia como antes.


—¿Quién es él? —preguntó Yoon Gi nervioso.


—No tengo esa información, amo.


—¿Qué?¿Cómo es posible no tenerla? Maldito viejo...


Al no saber nada de esa persona, Yoon Gi entró en desesperación. No entendía por qué no había ningún dato si tan peligrosa resultaba ser su presencia. Podía querer matarlo o cualquier otra cosa, claro que él no era el señor Lee y la obviedad de que Jung Kook debía ser su objetivo lo llevó a pensar como un detective novato.

Entonces, comiéndose la cabeza entre ideas paranoicas, Yoon Gi chasqueó sus dedos cuando su amigo Nam pasó por sus pensamientos, ¿qué mejor ayuda que la de él?

Tomó de inmediato su teléfono y revisó primero los mensajes, los cuales eran todos de Ji Min. No les dio importancia y pasó a la lista de contactos, allí buscó enseguida el número del otro y llamó.


—Nam, contesta, maldita sea...—dijo entre dientes.


Esperó a que contestara, pero saltó el buzón de voz. Yoon Gi insistió y volvió a llamarlo unas tres veces más, pero nada. Maldijo y decidió intentarlo más tarde.

Cuando dejó su teléfono sobre la mesa, éste empezó a sonar. Tomándolo con rapidez para contestar, no se dio cuenta de quién había llamado.


—Yoon Gi, lo siento —escuchó las voz de Ji Min —.Me porté muy mal, perd...


Cortó la llamada no dejando que terminase de hablar de su falso arrepentimiento; lo conocía de sobra y sabia que no era más que una mentira y que seguro disfrutó el haber dejado a Kook por ahí tirado.

Yoon Gi ignoró por completo la sensación que le quedó al haber escuchado a Ji Min y volvió a tratar de encajar piezas en su cabeza, a tratar de averiguar quién era ese hombre, quién fue en realidad el señor Lee y por qué alguien lo vigilaba.

HUMANOID "00" [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora