Capítulo 24: ¡Esquinazo!

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Capítulo dedicado a: carlitaivanova


Narra Addeline

El agarre de Angie era fuerte. Me estaba arrastrando por toda la casa en busca del garaje donde estaban todos los coches de Alexandro.

En una de tantas vueltas que dimos, nos encontramos con Luca que salía del despacho lleno de tazas vacías. Angie me miró burlona y rápidamente lo llamó.

He de decir que Angie adoraba a Luca. Y eso aveces ponía celoso a Dan. De tal manera que le había hecho alguna jugarreta de las suyas.

Luca tendría como mucho treinta años. Estaba bastante musculoso y tenía unos hermosos ojos grises.

Había que reconocer que era guapo.

Luca corrió hacia nosotras con una expresión preocupada en su rostro.

-¿Qué necesitáis? ¿Estáis bien? -Preguntó este nada más llegar.-

Angie negó con la cabeza divertida.

-Estamos buscando el garaje.

Luca asintió y nos hizo un gesto con la mano incitandonos a seguirlo.

Angie sin soltar mi mano lo siguió.

Bajamos por unas escaleras que no había visto en mi vida. No veíamos absolutamente nada hasta que Luca encendió las luces.

Más de veinte coches estaban enfrente nuestra.

-¿Que coche cojeran? -Preguntó Luca acercándose a un pequeño armario empotrado en la pared.-

-Alexandro nos dijo que cogiéramos el Lamborghini. -Miró a los coches con malicia.- Pero no me importaría coger alguno más.

Luca estaba acostumbrado a nuestras locuras.
Días atrás, después de la muerte de Leonor, estábamos tan deprimidas que bajamos a las cinco de la mañana con la esperanza de encontrar chocolate.

Desgraciadamente estábamos tan dormidas que cuando fuimos a coger un vaso para beber agua, se nos cayó de las manos haciendo un terrible ruido.

Roan comenzó a ladrar y despertamos a media mansión.

Sonreí al recordarlo.

-Aquí tienen la llave del Lamborghini negro. -Al ver nuestra cara de confundidas continuó hablando.- El tercer coche a la derecha, al lado del BMW.

Luca le entregó las llaves a Angie pero esta rápidamente me las tiró a mi.

Corrió a subirse en el asiento de copilotos riendo como una niña. Sonreí al verla tan contenta después de todo.

-Muchas gracias Luca. -Le agradecí.- Cuide a Roan por favor. Creo que está malo de la panza.

-Si lo que me quieres decir con eso es que recoja toda la mierda que eche el perro, que lo recoja Alexandro con los huevos. -Sonrió triunfante.- Nos vemos luego, Addeline.

Caminé hasta el coche y me senté en el asiento de piloto. Introducí la llave y rápidamente la radio se encendió con música electrónica.

-Que mariquita que es Carl cuando coje el coche. -Se burló Angie cambiando la emisora.-

Y era cierto, Alexandro prefería no poner nada en la radio.

Encendí el motor del coche y con un mando que había en uno de los cajones abrí la puerta.

Realmente no era una puerta, era un ascensor que te llevaba hasta la superficie.

Esperamos hasta que el coche llegó a la superficie y aceleré. La reja que separaba el terreno de Alexandro de la calle estaba abierto ya, así que ni me moleste en frenar.

Liberada © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora