Liberada

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Los ojos se me cerraban del cansancio que mi cuerpo tenía.
La preocupación se había vuelto costumbre para mi.
Pero la culpabilidad jamás abandonó mi cabeza.

La cárcel no era tan mala como decían.
Si te hacías respetar te respetaban.
Al principio fue muy difícil, pero pude con la situación.

Las cosas habían cambiado mucho.
Pero lo más importante es que ella no estaba.


Como pudieron ver, empezamos narrando con Alexandro!

Volvemos a las andadas bebés

Voten mucho
Y comenten.

Liberada © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora