Capítulo 41: Final 1° Parte

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Narra Addeline

Todo mi cuerpo temblaba. Las balas no paraban de sonar contra la columna en la que estaba escondida.

Tenia que llegar a la habitación de Alexandro.

—¡No te escondas querida! ¡Vengo a saludarte! –Volvió a gritar Freya.–

De repente las balas dejaron de sonar. Y algo presiono mi cabeza.

—Camina. –Susurró.–

Me quedé totalmente helada cuando escuché su voz. Giré la cabeza para poder verlo a la cara pero este me empujó para que caminara.

Me obligó a bajar las escaleras que era lo único que me separaba de Freya.


—Me encanta el haberte recuperado. –Siseó Freya.– ¿Qué tal ves a mi nieto, Addeline?

—Tan falso como tú. –Gruñí.–

El puño de Freya me sorprendió. Mi cabeza se volteó por la fuerza que había utilizado.

—Eso no era necesario. –Susurró Mike.–

—¿Ahora me vas a decir lo que es necesario o lo que no? –Le regañó Freya.–

Mi hermano negó con la cabeza. Minutos después me obligó a ponerme de rodillas.

Lo miré con la mirada llena de asco. No me podía creer lo que me estaba haciendo.

—Buen plan el tener a el FBI para protegerlos. –Felicitó Freya.– Pero nada se compara contra un grupo de asesinos que no les importa morir por mi.

—No se que esperas con esto. –Gruñí.– Mátame ya, no se a que esperas.

Freya comenzó a dar vueltas teniéndome como centro. Observaba a todos lados en busca de algo o de alguien.

—Espero a que tus amigos aparezcan para matarlos a todos. –Dijo bastante tranquila.–

—Esta mas que claro que eso no lo pienso permitir.

—No estas en condiciones de decirme lo que me permitirás o no. –Se burló ella.– Con solo mover un dedo tu propio hermano te matará. ¿Lo sabes verdad?

Miré a Mike buscando algún indicio de que tenía pensado ayudarme, pero este solo apartó la mirada.

Tan cobarde que eres que no me puedes ni mirar a la cara hijo de puta.

—Este chico dejó de ser mi hermano cuando se unió a ti. –Murmuré con los dientes apretados–

Era las que obvio que me dolía lo que estaba haciendo Mike. No encontraba ninguna razón por la que me estuviera haciendo esto.

¿Por qué Mike?

Freya se alejó de mi y pude respirar tranquila. Se asomó a la puerta del salón y se quedó observando.

—Ya habrán cogido a todos. Iré a la parte de arriba a bajarlos. –Informó Freya subiendo las escaleras.–

Mike asintió aún que Freya no lo viera. Sin quererlo me cogió de malas maneras.

Me tenía como un saco de patatas.

—Bajame ahora mismo. –Me quejé.–

Mike me bajó dejándome sentada en uno de los sofás del salón.

—Aquí será más cómodo. –Murmuró él amarrando mis manos.–

—¿Por qué Mike? ¿Por qué me haces esto? –Dije con un nudo en la garganta.–

—No tenía otra opción, Addeline.

—¡Me dejaste sola! ¡Y acabas de entregar a todos tus amigos y a tu propia hermana a una muerte segura! –Grité intentando que entrara en razón.–

Mike negó con la cabeza frenéticamente. Como si estuviera loco. Lo miré confundida y este se sentó en un sillón enfrente de mi.

—Alexandro mató a mi padre.

—¡Nos estaba haciendo daño! –Grité histérica.–

—¡Pero era mi padre! ¡No tenía a nadie más! –Chilló él con la voz ronca.–

—¡¡Me tenías a mi!! ¡¡Tenias a tu hermana que hubiera dado la vida por verte bien, Mike!!

—Eso es mentira. Tu preferiste a Rand Smith antes que a mi. Ese hombre nunca me a querido, quería separarte de mi lado. –Susurró.–

Lo volví a mirar confundida. Algo había pasado que habían dejado a mi hermano sin neuronas.

Suspiré frustrada.

—No esperes que el hombre que me ha estado cuidando tantos años te quiera después de hacerme esto. –Dije fría.–

A Mike se le cambió la mirada. No me volvió a mirar, miraba a cualquier otro lado. Unos gritos y unos disparos se escucharon por toda la casa.

Tragué saliva. Un sudor frío estaba bajando desde mi cuello a lo espalda.

Al instante entraron todos mis amigos a la sala acompañados de hombres encapuchados.

Los sentaron en el mismo sofá que estaba yo.

Dan estaba con heridas por la cara. Su camiseta estaba llena de sangre. Me imaginé lo peor.

Chris y Angie estaban bien. Solo alguna que otra herida.

Cuando mi mirada se encontró con la de Alexandro mi cuerpo se congeló. Estaba lleno de sangre.

Tenía varios agujeros en la camiseta manchada de sangre. El labio lo tenía roto y de una de sus cejas bajaba un hilo de sangre.

—Mira quien tenemos aquí: un traidor. –Se burló Alexandro de Mike.–

Este no le hizo caso y apartó la mirada.

—¿Querías ver la muerte de tu hermana y sus amigos en primera fila? Haberlo dicho y te lo grabamos en vídeo. –Continuó pinchando Dan.–

Mike bufó enfadado. Se levantó haciendo el amago de acercarse a Dan pero un tipo encapuchado se puso enfrente de Dan reteniendo a mi hermano.

—¿Qué pasa? ¿El traidor se a enfadado? Siento dañar tus sentimientos. Ojalá pudiera matarte para que dejaras de sufrir. –Siseó con malicia Dan.–

Mike empujó al hombre para poder acercarse de nuevo a Dan. Pero dos hombres más se unieron a retenerlos.

—Basta. –Dije sorprendiéndo a todos.–

—¿Y defiendes a esta basura? –Se quejó Alexandro.–

—Sigue siendo mi hermano pase lo que pase.

La mirada de Mike se suavizó. Suspire quitándome un peso de encima.

No podía presenciar una pelea entre la persona que amo y mi hermano.

Puede que me haya fallado, pero aún así hemos pasado años solos los dos cada uno por su lado. Prometí nunca dejarlo solo, y pienso cumplirlo mientras viva.

—Qué dramático todo. –Se carcajeó Freya.– Sois tan patéticos que seguro los contratarían en un circo.

—Como a ti te contratarían en un zoo, zorra. –Soltó Angie sin un pelo de arrepentimiento.–

Freya se acercó a Angie. Me removí nerviosa intentando quitarme las cuerdas que amarraban mis brazos.

—Ni se te ocurra pegarle Freya. Si lo haces te mataré con mis propias manos y disfrutaré de ello. –Gruñó Dan.–

—No puedo matarlos, aún no.

Liberada © [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora