Liberada © [EDITANDO]

Capítulo 18: Reacciones.

Narra Addeline

Mi padre se levantó de la silla deslizando está fuertemente hasta la pared.
Se acercó amenazadoramente hacia mi.

Su mirada me quemaba, pero aún así no fui tan cobarde de apartarle la mirada.

-No me lo estarás diciendo de verdad, ¿no, Addeline? -Dijo entre dientes.-

Rand era muy buena persona cuando hacías lo que él quería. Todo lo que quería para mí era por mi bien y eso ya lo sabía.

El problema de él es que cuando no haces lo que realmente el quiere le cuesta asimilarlo. Y es lo que está pasando en este caso.

No se cree que su única hija se haya hecho mayor.

-Papá volveré a Italia. -Dije finalmente.-

Se dio la vuelta con rapidez y comenzó a acariciarse la sien.

-Ya hablamos muchas veces de lo mismo. Te dije que no y es no, Addeline. -Gruñó.-

-Mira papá, Alexandro tiene que volver a Italia por algunos asuntos y nos pidió que le acompañasemos..

-¿¡No habrá ninguna puta vez donde nombres a ese hijo de Satán!? -Gritó mi padre enojado.-

Rand rara vez decía insultos. Era una persona bastante educada y nunca, en mi vida lo había escuchado hablar así.

Retrocedí insconcientemente.

-Tuve que soportar que te fueras a Italia sin ni si quiera saber con quién. Después me enteré de que mi hija estaba en busca y captura de su verdadero padre. ¡Él te quería matar Addeline! ¿¡Y sabes porque te encontró!? ¡¡Por tu amado Alexandro!! -Movió los brazos frenéticamente.-

-No fue su culpa papá...

-¡¡Fue su culpa Addeline!! -Me interrumpió.- No te permito que lo defiendas delante de mi. ¡Te lo prohíbo!

-¿¡Desde cuando tienes la libertad de prohibirme algo!? -Pregunté harta.- ¡Jamás me has prohibido nada, y esta no tiene que ser la primera vez.

-¡Tengo la libertad de prohibirte cosas desde que has dado la vida por un puñado de niñatos! -Chilló.-

Realmente me estaba dando un gran dolor de cabeza, y no solo eso.

Un nudo en mi garganta se hizo mas presente dificultando mi habla.

-¡Son mis amigos! -Grité rendida.-

-¡Unos amigos que te abandonaron a la hora de la verdad! ¡Si no hubiera estado Mike ahora mismo estarías muerta, Addeline!

Negué con la cabeza mientras unas lágrimas caían sin quererlo de mis ojos.

-Es verdad que Mike me salvó. -Le di la razón.- Pero eso no quita que ahora que también lo necesito, me haya dejado sola. -Dije rendida.- Entiendo que mis amigos no te caigan bien, Rand. Lo entiendo perfectamente. También se que te ha costado aceptarlos en casa, y por eso nos vamos. Pero yo me voy con ellos.

Rand apoyó su peso en el escritorio. Me estaba dando la espalda.

Sabía que lo que le acababa de decir le había dolido.
Era mi padre, y lo amaba con todo mi corazón.