Sus dedos se arrastraron sobre su mesa empujando con cierto disimulo el lápiz que se encontraba en la esquina de esta hasta que logró que se cayera.
Hizo una mueca que parecía de frustración cuando el sonido del objeto cayó al suelo, y antes de que pudiera recoger el lápiz, una mano morena se adelantó para tomarlo mientras que se lo extendía al rubio.
—Toma—, le sonrió el chico de cabellos azabaches, entrecerrando un poco sus ojos en un gesto amable.
—Gracias—, susurró casi inaudible el de rubia cabellera, un poco tímido, pero también sonriendo levemente en cuanto su mano rozó la de su contrario.
A menudo, dejaba caer su lápiz solo para poder tener una excusa de hablar con el chico de su lado, siendo que su personalidad tímida le impedía acercarse a él para conversar con naturaleza.
Una cosa era hablar con cualquier persona, otra hablar con la persona que te gusta. Por eso es que le costaba muchísimo poder hablar con Yuu.
Lo que el chico de ojos azules no sabía, era que su compañero de clases estaba al tanto de sus no tan buenas actuaciones dejando caer su lápiz, para lograr rozar de vez en cuando su piel, y escucharlo diciendo alguna palabra para darle a entender que se le había caído.
Un día Yūichirō escondió el lápiz de Mikaela mientras este había ido al sanitario, como una pequeña broma, y para seguir el ejemplo que había empleado su contrario, teniendo así una excusa para hablar con el rubio.
Estaban en matemáticas, el rubio suspiró, no podía usar lapicero, era mucho más fácil utilizar el lápiz en caso de que se equivocara.
—Oye, Mika... ¿te puedo llamar así?
El rubio volteó a ver a quien le llamaba, asintiendo con un poco de timidez.
—Toma, se te había caído sin que te dieras cuenta—, mintió sonriente—. He notado que se te dan bien las matemáticas, deberías de ayudarme un día de estos—, mencionó mientras le entregaba el objeto que Mikaela buscaba, ladeando su rostro como un cachorrito inocente, logrando una sensación de ternura en el más alto.
Yuu le parecía la cosita más linda existente en este mundo, así que incluso sintió falta de aire en sus pulmones, sobre todo por la petición de esta persona en que le ayudara en clases.
—Gracias—, murmuró carraspeando su garganta, dejando el lápiz en su libreta—. Cuando quieras, puedo ayudarte—, le respondió mientras tartamudeaba.
—Por cierto, nunca me había fijado, pero tus ojos son de un hermoso azul—, Yuu se acercó al rostro de Mikaela, poniendo sus manos en las mejillas del contrario.
Era una suerte que se encontraran hasta el final de las filas del salón y el profesor Goshi estuviera explicando un ejercicio a Mitsuba que no había entendido de la tarea.
Yūichirō aprovechó que nadie veía, y le robó un beso en los labios, separándose con rapidez del rubio.
Le gustaba la adrenalina y ver tímido a Mika le parecía algo increíble de admirar, con sus mejillas rojas y su forma de hablar tartamudeaste.
—Sé que no dejas caer sin querer tu lápiz—, le susurró Yuu a un sonrojado Mika que solo podía admirar a su contrario con sorpresa evidente en su rostro por el repentino beso. Este sonrió, y dejó su timidez a un lado, comenzando a escribir en una hoja de su libreta a Yuu para platicar por medio de esta con él; por supuesto, el azabache le respondía, y así, toda la clase de matemáticas, mantuvieron toda esa conversación silenciosa en ese tiempo.
Hace mil años que no actualizaba este libro xD
Si alguien todavía lo tiene en su biblioteca y le aparece este one-shot, vengo a recomendarles y suplicarles que lean los libros de Matt_Ardueleth, X favor, háganlo, no se van a arrepentir <333
ESTÁS LEYENDO
Nuestra historia de dos
FanfictionPequeñas historias de mi pareja favorita; MikaYuu para romper con los bloqueos imaginativos, y para distraerme un rato :D Puede haber de alguna otra pareja de ONS c: Advertencia: Historia con temática yaoi/homosexual/gay; si no te gusta no leas. Los...