Ponle título a esta parte de la historia

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Okno, ya. El shot xD

Título: Inocencia perdida

Advertencia: shota e intento de hard e.e

~

Mika siempre había sentido atracción por los chicos.

Siempre sentía que le era más agradable los bellos en el rostro, o los músculos bien marcados.

Había salido con varias personas a lo largo de su vida, primero quiso experimentar con chicas, y terminaba cansándose de senos grandes y piel extremadamente suave y sencible.

Fue cuando reafirmó su orientación sexual.

No tenía problema con ello. Su mamá lo había sospechado y aceptado desde el principio, a su padre le costó entenderlo.

No aceptarlo, pero sí comprender los gustos de su hijo.

Pero después de tanto tiempo, cursando la universidad, comenzó a plantearse si era un pedófilo.

Él, con dieciocho años de edad, estaba totalmente perdido por un rebelde chico pervertido de trece años.

¿Qué podías hacer cuando un lindo adolescente te coqueteaba?

Porque sí.

Yūichirō veía a Mikaela y soltaba oraciones de doble sentido, o se intentaba arremangar sus ropas para mostrar más piel de lo usual.

Mika apartaba la mirada, y tapaba su entrepierna disimuladamente.

No entendía como la inocencia de un chico de su edad se veía tan corropida.

Y lo aceptaba, le gustaba.

Aún así, intentaba ignorarlo.

Su tutor, Guren, era una persona muy especial en cuanto a las personas que rodeaban al azabache.

En especial chicos.

No sabía la razón, pero no quería obtener heridas a causa de su fuerte atracción. Además, quizás para Yuu solo era algo pasajero, quizás nada más quería experimentar. Y Mikaela se tomaba muy en serio sus relaciones amorosas, de amistad y familiares. No quería salir con el corazón herido.

Ni siquiera habían mantenido una conversación de más de dos minutos a lo largo del tiempo.

~

Yūichirō había quedado encantado por el sedoso y rubio cabello de su compañero de autobús y casi vecino.

Iban a una ruta similar a la escuela, aparte de que se conocían visualmente desde hace quizás dos años.

El pequeño azabache comenzaba a perder la paciencia. Según él, lo único favorable de su persona, era su cuerpo.

En su pasado solo le habían tocado los muslos o usado sin siquiera pedirle permiso. Le decían que era hermoso, pero después le lastimaban, y nunca le preguntaban cómo se encontraba.

Recordar aquello ya no le dolía tanto como cuando apenas se mudó con Guren.

El Ichinose era como un ángel de la guarda para Yuu. Y lo quería, aún si siempre estaban peleando o diciéndose insultos.

Yuu estaba decidido a sacarle plática al rubio a la mañana siguiente.

~

Se había esmerado en aplacar su rebelde e indomable cabello negro, pero apenas y pudo lograrlo.

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