Nuestra historia de dos

Lentos

Si alguien se diese a la tarea de describir a Yuu con un simple adjetivo, todos, pero absolutamente todos, lo denominarían como un lento. En todos los sentidos emocionales habidos y por haber.

A la mayoría de sus amigos, alguna vez había logrado enamorar. Aunque quizá ese término era algo equívoco, ya que el enamoramiento como tal no lo desarrollaron, más sí un gusto enorme por el de ojos verdes. Claro, había excepciones, y dos de las excepciones a esto, desgraciada o afortunadamente, eran su mejor amigo, y su mejor amiga.

Claro, Shinoa Hiragi había descubierto que jamás sería correspondida por el azabache(ya que se notaba que el mejor amigo de este llevaba la delantera) y en su afán por olvidarlo, hablando con su mejor amiga ambas decidieron darse una oportunidad.

Mitsuba sabía de la situación de Shinoa, y a pesar de que la rubia en verdad quería a su novia, a veces sentía miedo de no ser suficiente o de que la de cabellos lila decidiera que era momento de terminar; por supuesto tampoco se trataba de sacar un clavo con otro clavo, Shinoa desde el principio fue clara y honesta con su chica, admitió que sentía cierta atracción hacia Mitsuba, pero admitió que su corazón latía desenfrenado cuando Yuu le dirigía la palabra, cuando Yuu le adulaba así fuese de una manera un tanto tosca, como aquella vez en la que admitió que su cambio de moño violeta a moño rosa le había quedado bastante bien, aunque también le gustaba cómo se le veía su usual artilugio de cabello.

Mitsuba propuso un tiempo de prueba, y a decir verdad, la más baja de ambas, jamás se imaginó que la rubia escondiese tanto de sí misma. Por fuera aparentaba ser tan temperamental, pero por dentro era tan adorable, amorosa, tierna, y sumamente observadora así como también detallista.

Aquello no hizo más que empezar a enamorar a Shinoa. La misma había comenzado a notar que su corazón dejaba de latir por Yuu, que dejaba de verlo tan atractivo como antes (vale, quizá aquello no era tan verdadero, ya que incluso Kimizuki admitía que Yuu era bastante lindo), y por otro lado, los crecientes celos que llegó a sentir ante su relación con Mikaela, se apagaron considerablemente.

Algo que le causaba gracia, era que Yuu jamás había notado las insinuaciones que le hacían. No solo Mika, en su momento hasta el mismo Yoichi admitió disimulada, muy disimuladamente que sentía algo por él.

Mitsuba lo obviaba con sus reacciones, sonrojándose a la más mínima cercanía que obtuviese con el azabache. Kimizuki le molestaba, pero le ayudaba siempre y una que otra vez dejó sin respuesta a Shinoa cundo esta comentaba que sentía algo por el de ojos verdes.

Yoichi era extremadamente cariñoso con Yuu. Le decía incluso que le agradaba mucho (porque el adorable castaño podía sentir la timidez invadirlo de solo pensar en decirle que lo quería). Una que otra vez, el bebé del escuadrón Shinoa, incluso, se ofreció a realizar la tarea del azabache, cosa que este siempre negó, diciendo que le agradecía enormemente, más era su amigo, no su esclavo. Aquello por supuesto lejos de desanimar a Yoichi por sus intentos de que Yuu sintiese algo por él, solo hacía que su admiración y pequeño gusto por el salado, incrementase.

Ahora bien. Estaban aquellas insinuaciones leves, y obviedades, como en el caso de Mitsuba.

Sin embargo, con Shinoa y con Mikaela todo había sido diferente.

La más baja del grupo, decía cosas muy comprometedoras. Le decía a Yuu que harían una linda pareja, que él tendría mucha suerte si le pidiese ser su novia, y, de manera disimulada, admitía que aceptaría la propuesta, más Yuu siempre lo tomaba como bromas.

Incluso se acercaba demasiado al de ojos verdes, con la esperanza de que este en algún punto notase las ganas de besarlo que la chica poseía.

Bueno, con Mika no era muy diferente, más este era más atrevido.