La esperanza es lo último que muere... O al revés

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Advertencia: Sad.

Disculpen la publicación xD debía editarlo primero y y colocar la advertencia <|3



Seguía sin entender como esos brillantes y hermosos ojitos verdes lo seguían mirando con ese amor tan puro que no se merecía.

No se lo merecía en absoluto.

Los estúpidos negocios sucios que llevaba a cabo habían acabado por meterlo en problemas, y no solo a sí mismo sino también a su novio que no tenía nada que ver con ello.

Llevaban varios días encerrados en un cuartito oscuro, con esposas que les prohibían un movimiento más ameno y les causaba dolor de muñecas e incluso de sus articulaciones.

A cada segundo que pasaba, Mika no podía evitar pedirle disculpas a Yuu, tanto por meterlo en sus asuntos sin siquiera haberlo pretendido como por no haber sido del todo sincero con el ojiverde. Haberle escondido su trabajo como contrabandista había sido una pésima idea.

Y a pesar de que ambos llevaban bastante tiempo sin comer, beber agua o siquiera obtener algo contra el frío de la noche como una cobija o siquiera un suéter, Yuu le seguía repitiendo que le amaba, que no era su culpa y que lo seguía viendo de la misma manera que lo veía antes de lo sucedido.

Si tan solo pudiese hacer algo por su chico...

~

—Seguro tu familia te está buscando, Yuu-chan... Guren no se rendiría jamás cueste lo que cueste.

El azabache sonrió ante las palabras de su novio, y con dificultad tomó su mano.

—Seguro saldremos de esto.

El de ojos azules levantó ambas manos para besar el dorso contrario, cerrando los ojos en el proceso.

—Lo haremos.

Aún había esperanza para ambos, así que decidieron ser optimistas, a pesar de que morían de hambre, sed, cansancio.

Les dolía todo, dormir en el frío suelo no era nada confortable.

—Mika —llamó el contrario, captando así la atención del aludido—. Te amo, mucho.

El rubio besó la frente de su chico con ternura.

—Yo también te amo, Yuu-chan.

Ambos se sonrieron. Eran de esos pocos momentos en los que preferían no pensar en su situación. Porque estando en un gélido y oscuro lugar con tantas emociones negativas terminaba por cansar. Necesitaban hacerse esperanzas y sobrevivir cueste lo que cueste.

~

Después de varios días, abrieron el cuartito en el que se encontraban ambos chicos, dejándoles así comida en no muy buenos términos y agua. Había varios hombres encapuchados que les habían llevado los alimentos. Ambos se lanzaron empezando a devorar aquella comida y el garrafón de litro de agua, bajo la atenta mirada de los hombres allí presentes.

—Parecen unos sucios perros rastreros. Después de estar en la cima, caíste tan bajo Mikaela. Eso te pasa por no acotar indicaciones y querer huir de esto. Claramente sabías que no había escapatoria.

El hombre más cercano al rubio le dio una patada en el estómago, logrando que el mismo cayera acostado tomándose el lugar lastimado.

—¡Mika!

Un preocupado azabache se acercó a su novio con los ojos llenos de lágrimas y la preocupación palpable en sus gestos. Aunque, de todos modos, ¿qué podía hacer él? Todos sus intentos de escapar habían sido en vano y ciertamente se encontraban demasiado débiles.

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