Ella era tímida y reservada, el amable y comprensivo... pudieron ser amigos si lo deseaban, pero el destino siempre es cruel con los mas débiles de corazón. La promesa que hicieron en secundaria... ¿algún día se cumplirá?
-Es hora de almorzar- decía con alegría la señora de la casa; sus tres hijos bajaron rápido, comieron en ambiente de pláticas, unos comentaban su día, otros algo de las noticias, todo era calma y serenidad, un ambiente de felicidad.
-Sabes mama...- interrumpe la menor de los tres con emoción –Pensaba participar en un concurso de...
-¡Suena fantástico!- interrumpe con una gran sonrisa la madre.
(¿Qué estás haciendo?)
-¿Lo dices enserio? Pero ni siquiera te eh dicho de que trata
-No necesito saberlo- su sonrisa demostraba ello –Yo sé que ganaras, esfuérzate
(¡Aléjate de mí! ¡Monstruo!)
Se acercó hacia ella, beso su frente y acaricio su pelo –Te quiero
(¡Muere, desaparece, te odio tanto!)
La medianoche llego, las luces se apagaron, la puerta sonó estrepitosamente, raro fue que la menor de las hijas fuese quien atendiera -¿Si?- la puerta abrió fuertemente, un par de policías se adentró a la casa.
-Recibimos quejas de unos ruidos extraños en esta casa
-¿Ruidos extraños?- comento confundida –Aquí no hay nada malo, miren por sí mismos.
Los policías silenciaron, sus ojos mostraban miedo, las palabras salían de color carmesí, las piernas volaron sin más... los brazos se entumecieron... el estómago dejo de rugir... una risa entro por última vez por sus orejas...
-Han habido reportes de homicidios constantes por esta zona, se le pide a todos los habitantes que tengan cuidado por donde caminan, podrían ser las siguientes victimas- el noticiero informaba mientras imágenes de las seis personas (dos identificadas como oficiales) muertas aparecían. Un joven miro molesto la pantalla y se alejo de la misma
-Te encontrare... solo espera por mi.
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