Ella era tímida y reservada, el amable y comprensivo... pudieron ser amigos si lo deseaban, pero el destino siempre es cruel con los mas débiles de corazón. La promesa que hicieron en secundaria... ¿algún día se cumplirá?
-¡¿PORQUE DEBERIA REGRESAR A ESA VIDA MISERABLE QUE TANTO ODIE?! ¡¿ESTAS LOCA?! ¡¡ESE MUNDO ERA UNA TORTURA!! Y esa niña... ¡¡YO LA ODIABA!!- una madre aterrada de toparse con la joven gritaba sus razones de abandono... la joven solo la miraba con seriedad, mucho más de lo que ella era.
-Vaya... una madre detestando a su hija... eso no se ve todos los días- sin ánimos se acercó a donde estaba la mujer; aun sabiendo que ella escaparía, no le dio opciones y la acorralo en la pared con cuchillo en mano, al menos eso la detendría por unos minutos -¿Tú crees que me interesa lo que te llegue a pasar? Eres más egocéntrica que yo... claro que no... me preocupa mucho tu hija- la mujer mostro una mirada de repulsión y odio –Aun sabiendo que eres una pésima madre... ella te sigue esperando
-¿Qué?
-Así como lo oyes... ella aún cree que tu regresaras... deberías al menos ser amable por una vez en su vida y decirle directamente a la cara que no la quieres, solo así dejara de arruinar su vida y seguirá adelante- la forma en que hablaba, hacía que la mujer comenzara a relajarse y sentir por primera vez culpa... sus lágrimas eran prueba de ello, no podía creerlo –A menos que... realmente quieras volver a tenerla
-Y... yo...- lloraba por la culpa, la joven noto ello y tuvo una idea, pero esa idea no estaba siendo aprobada con felicidad.
-Hagamos esto... que tal si olvidamos todo y... tu vuelves a casa con tu hija, de seguro aun te sigue esperando- como aprobación de la idea, la madre se abrazó a ella mientras decía un par de "lo siento" y "perdóname"; la joven correspondió el abrazo... el sonido de gemidos se escuchó... y luego un grito ensordecedor fue lo que cubrió la evidencia de sus lágrimas... vomitando sangre y con una mirada perdida, fue lo último que se notó en el cadáver de la madre –Enserio... ¿enserio creíste... que esto compensaría el daño que le causaste a tu hija? Bueno... ya no importa...
Un cuerpo mucho más pequeño, de alrededor de unos ocho años, se encontraba a una corta distancia de este par... la gran diferencia, es que esta ya no tenía ninguna extremidad en su cuerpo.
-Ella buscara un mejor lugar que mi utopía ideal
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
