Ella era tímida y reservada, el amable y comprensivo... pudieron ser amigos si lo deseaban, pero el destino siempre es cruel con los mas débiles de corazón. La promesa que hicieron en secundaria... ¿algún día se cumplirá?
El viento soplaba gentilmente, el olor de la sal agradaba el ambiente y el sonido de las olas calmaban a la bestia... caminaba por la arena despejada, viendo a lo lejos un mayor de 85... quien no despejaba la vista del mar... ella sonrió... él, al voltear para verla, le correspondió de igual manera...
El viento soplo una vez más...
-Jamás pensé que vendrías- dijo con dificultad, tosiendo a flemazos; la joven entristeció, evito mirarle.
-Señor.
-Por favor- interrumpió al momento de recuperarse –Dime Roberto- quedo impactada por la manera tan buena de ser del mayor, hizo que la joven siguiera estando deprimida por todo, una pequeña luz de humanidad apareció en el fondo de su corazón. Roberto, poso una de sus manos en la de ella y le sonrió con mucha gentileza –No quiero que estés triste- la joven no podía evitarlo, le miro demostrando su tristeza. Levantándose de donde estaba, se fue hacia Roberto y le abrazo con fuerza, como si no quisiera soltarlo.
-Lamento si me tarde demasiado- dijo de manera ahogada, liberando una lagrima de arrepentimiento y sintiendo como un brazo rodeo su espalada para corresponderle...
El viento le regreso por un instante la humanidad pérdida...
Para cuando el viento calmo... la noche había llegado... Roberto se había marchado... para no regresar al océano que fue olvidado por dos años... la joven sonrió con ligereza... dando un último...
"GRACIAS"
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