Ella era tímida y reservada, el amable y comprensivo... pudieron ser amigos si lo deseaban, pero el destino siempre es cruel con los mas débiles de corazón. La promesa que hicieron en secundaria... ¿algún día se cumplirá?
Era un día como cualquier otro, los niños jugaban, las flores florecían y los pájaros cantaban... yo había entrado a preparatoria y, a pesar de que las clases eran difíciles, yo me la pasaba bien junto con mis compañeros, no parecía ser que iba a pasar algo malo... que tan equivocado estuve.
-Oye Raph, ¿escuchaste que le paso a Lizett?- comentaba un muchacho cualquiera de la escuela, ante su pregunta me sorprendí
-No, ¿Qué le sucedió?
-La asesinaron
-¿Qué?- sin importar como estaba, me sorprendí de sobremanera, no solo por la noticia sino del cómo me la contaron, como si no tuviera importancia alguna -¿Y se sabe quién fue?
-Nadie, es todo un misterio
-Chicos... chicos...- un externo nos llamo con apresuro, había corrido bastante por lo cual se le veía cansado –Hoy... no tenemos clases...
-¿No hay clases?- pregunte confundido -¿El profesor falto de nuevo?
-Nadie sabe... según lo que me contaron... ha desaparecido
-¿Desaparecer?- decía para mi mismo –No tiene sentido, el profesor no es de desaparecer, claro... falta mucho pero eso no quiere decir que desaparezca de un día para otro
-Cálmate Raph, es un día libre... no deberías preocuparte tanto
-Quizá y tengas razón- seguía dudando de la situación –Vamos al billar
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