Llegada

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-Para ser un lugar concurrido... está completamente vacío- susurraba Raph a Esteban mientras divisaba el gigantesco palacio, encontrándose solo con un pesado silencio dentro del mismo -Siendo su palacio, me esperaría que hubiera sirvientes- caminaban un poco desconfiados, temiendo que se tratase de una trampa -Tal vez huyeron- comentaba incrédulo, provocando que Esteban se detuviera por un salón cercano.

-¿Desafiando a su ira? Ni siquiera ellos son tan tontos- al ver como Esteban se detuvo, Raph se acercó a él, y entre ellos vieron una nota dirigida a los sirvientes de un "repentino" despido -Bueno... al menos sabemos que no son tontos- Raph iba a reír por dicho comentario, más se limitó por cierta sombra que rondaba sin cuidado alguno.

-¿Esa es...?- cuestionaba sorprendido, al darse cuenta de quién era la persiguió, porque estaba consciente de que si llegaba... sería demasiado tarde -¡¡Cristine!!- todo sucedía rápido, al ser llamada un arma fue sacada... siendo amenazado con la misma desistió en detenerla, pero fijo su mirada a los ojos y vio en ella desesperación.

-¡¡No se muevan!! ¡¡No me impedirán conseguir mi venganza!!- gritaba en pánico Cristine, lagrimas corrían por sus ojos, quería una solución a los problemas... pero simplemente, otra arma apuntaba su cabeza.

-Y yo no permitiré que le hagas daño...- decía con seriedad Esteban, sosteniendo el arma homicida a Cristine... para luego sacar otra hacia la cabeza de Raph -Ninguno de los dos

 para luego sacar otra hacia la cabeza de Raph -Ninguno de los dos

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