Ella era tímida y reservada, el amable y comprensivo... pudieron ser amigos si lo deseaban, pero el destino siempre es cruel con los mas débiles de corazón. La promesa que hicieron en secundaria... ¿algún día se cumplirá?
-Cristine de la Cortt... ¿Así te llamas?- pregunte un tanto confundido, era una mujer de 23 años y extranjera la que Esteban había mencionado, no podía creer que ella era de los pocos que sobrevivieron a su ira. Me miro con miedo, aún no me había presentado pero ya sabía el motivo de mi visita, quiso escapar... pero fue Esteban quien se lo impidió, cuan agradecido estuve cuando lo hizo.
-¿Vienes por testigos?- me pregunto mientras evitaba mi mirada, yo le sonreí con ligereza.
-Vengo por un equipo- ante mi afirmación, me miro asombrada, pero al poco volvió a ser temerosa -¿Sucedió algo?
-Ella mato a mi familia... porque me negué en ayudarle... ¿sabes que nos pasara lo mismo si vamos en su contra?
-Por eso busco un equipo- no inmute ante su comentario, estaba decidido –Necesito de gente que haya sobrevivido a sus visitas o de gente que al menos sepa alguna de sus debilidades, aquellos que sean capaces de verla sin temor o que su temor sea tan grande que a simple vista no logren ser sospechosos de sus aliados...
-Pero...
-Descuida- comente con una gran sonrisa mientras le extendía mi mano –Vengaremos a tu familia a toda costa
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