Testamento

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-Esto es lo que haremos...- afirmaba entre el acomodo de su papeleo. Enfrente de testigos, deseo unas últimas palabras, conociendo a lo que se enfrentaba -Dividiré mis propiedades entre mi gente... empezando con los jóvenes primos, a ellos les tocan mis ocho casas del sur, recomendaría que vendiesen siete de ellas y el dinero se resguardase para su vivencia. A las que se encuentran aisladas, considerando que no vivirán mucho, mando a mis mejores sirvientes para sus cuidados... y cuando eso llegue a pasar, el dinero que iban a ser para ellas automáticamente se lo quedaran por tales servicios. El resto de propiedades se lo dejo a ti Rick, sabrás que hacer con ellas...- habiendo terminado, solo vio como sus subordinados la miraban en duda, respondiendo en furia de su idiotez -¿Y bien? ¿Qué esperan? Necesito que sea esto para hoy, así que de prisa


Luego de haberlos presionado, la joven se dirigía a la salida acompañada de Rick, su leal monarca le tenía algo especial


-Muchas gracias por todo Rick, pero ya no es necesario que te quedes aquí...

-¿A qué se refiere?- ante la duda, dos soldados se empañaron al lado de Rick, esperando las ordenes de su señora.

-Guardias, llévenlo a las costas y manténganlo a salvo hasta que todo haya acabado

-Si señora, lo que usted ordene

-Oh, y también... no necesito que vuelvan, en la entrada encontraran el pago de sus servicios- despidiéndolos y con buen bono, la joven se encaminaba hacia otra dirección, odiaba las despedidas.

-¡¡Oiga!!- siendo detenida por la voz de Rick, la joven lo miro incrédula -Es usted muy buena- fue lo último que dijo antes de ser escoltado a las afueras del palacio... solo recibiendo una ligera sonrisa... una demasiado sincera

 una demasiado sincera

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