3 años atrás.
La academia Gloria y el colegio Libertad, habían entrado al campeonato interescolar de deportes. Ambas escuelas eran muy competitivas entre sí, aunque eso no evitaba que yo ande detrás de las chicas y ellas detrás de mí. Sin embargo, ese año estaba más embobado por una en particular, lo cual hacía que mi etapa de mujeriego estuviera cortándose.
―Hola, preciosa. ―Le sonreí a la morocha y le entregué una rosa―. Una flor para otra flor. ―De acuerdo, sí, sonaba muy cursi, pero estaba enamorado.
Ella frunció el ceño.
―Vale, me convenciste, te daré una oportunidad.
Una sonrisa ganadora se formó en mi rostro.
―No te arrepentirás.
Y quién se arrepintió fui yo.
Duramos unos meses, hasta que ocurrió, lo que tenía que ocurrir, lo que siempre me pasa con las que me rechazan al principio.
Romperme el corazón.
Como todo adolescente problemático que soy, entré a escondidas a la escuela de mi novia. Al no encontrarla en su aula, comencé a caminar por los pasillos de Libertad y entonces escuché su risa, me dirigí hasta dónde oí su voz, pero me detuve de entrar a la sala de música, al oír la conversación con sus amigas.
―¿Ryan? ¿Gustarme a mí? ¡Para nada! ¿Estás loca? ―Esa era la voz de Luzmila, un nudo en mi garganta apareció, pero me mantuve detrás de la puerta, sin interrumpir.
―Pero Luz, si es así, ¿por qué no le has terminado? ―dijo una de sus amigas―. La apuesta acabó hace rato.
¿Apuesta? Presioné mi puño, me dolía el pecho.
―Dah, obvio, porque perdí ―explicó―. Yo aposté que Ryan no me pediría salir si lo rechazaba. Tuve que aceptar salir con él, para que me dejara de insistir.
Más la escuchaba, más sentía que algo dentro de mí se rompía. Otra vez, había caído en el amor no correspondido, pero lo peor, la chica era una maldita, yo seré egoísta, pero ella era una mala persona.
Me tragué todo mi dolor y entré en la sala con una sonrisa cínica, aplaudí como si no me importara lo que ocurría. Siempre he sido así, es mi manera de protegerme a mí mismo.
―Bravo, qué divertido.
Todas se sorprendieron al verme.
―¿Ryan? ¡¿Qué haces aquí?! ―Luzmila preguntó alterada.
―Vine a terminar contigo, pero tú me solucionaste el problema ―fingí burlarme.
―¿Disculpa? ―Quedó desconcertada.
―¡Uf! Cómo tardaste.
―¿Tardé? ―Me miró confundida.
―Obviamente salí contigo para que termináramos juntos en la cama.
Se sonroja.
―¿Qué dices?
―¿Qué? ¿Es mentira? Tardaste mucho en entregarte. ―Luego borro mi sonrisa―. Lástima que fue un mal sexo, me aburrí demasiado.
―¡Cállate, imbécil! ―gritó avergonzada.
―¿Idiota yo? ―Me señalé sonriendo―. Yo creo que eres tú. ―Luego la señalé a ella―. Tú eres la única tonta que se creyó el cuento del enamorado. ―Fingí reír ¡Qué bien me salió! Y eso que estaba destruido por dentro.
ESTÁS LEYENDO
Dominando mi corazón (C.G #2)
Teen FictionSoy Ryan y... tengo tres problemas existenciales. 1ro No quiero enamorarme. 2do Ella es mejor que yo en todo, pero no lo quiero aceptar. 3ro ¡¿Qué son esas marcas de moretones en su cuerpo?! ¡¿Quién la golpeó?! ¡Lo voy a matar! Dime quién lo hizo y...
