Capítulo 10: "Lienzos de un paraíso perfecto"

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Beso a Lilith y no la suelto. Aprovecho el momento para abrazarla y sentir la química que espero que tengamos. Un paisaje bonito, el viento mueve nuestros cabellos, todo parece perfecto. Se separa con lentitud de mí y camina hacia atrás, retrocediendo sin dejar de mirarme.

―Eres una pérdida de tiempo ―expresa entes de salir corriendo.

¡¿Qué?! ¡¿Así trata a mi perfecto beso?! Debí haberle echado más énfasis. En todo caso, ¡se me va la chica! Sigo a Lilith por el bosque y la llamo, buscándola.

―¡Lilith, espera un segundo!

―No, me voy. ―Camina sin rumbo a paso veloz.

―¿Estás ofendida? ―Me adelanto y llego hasta su lado―. ¿Tan mal beso? ―Me río.

―¿Por qué eres tan insoportable? ―Me mira―. ¿Y por qué estás siendo tan amable conmigo? ―Entrecierra los ojos―. ¿Cuál es tu trampa?

―Ya te lo dije, conquistarte ―exclamo con sonrisa de ganador.

Se detiene y me observa con determinación, cruzándose de brazos, lo que provoca me pare en frente de ella también.

―¿Pretendes burlarte de mí?

―No me he burlado aún. ―Agarro sus manos y me le acerco―. Lo que pretendo es que la pasemos bien, sin ninguna situación de por medio ¿Cómo decirlo...? ―Me lo pienso―. Divertirnos sin ninguna regla. ―La suelto y levanto las manos―. ¡Estamos en el paraíso! ―Muevo las cejas y la miro―. ¿No lo quieres disfrutar?

―¿Qué quieres decir? ―Frunce el ceño, intentando entender.

―Lo que sucede en el paraíso, se queda en el paraíso y nada más.

Se ríe.

―Estás loco.

―No. ―Agarro sus manos nuevamente―. Nos vamos a divertir.

Se lo piensa.

―De acuerdo, jugaré a este juego sin reglas ―declara y acerco a mi rostro al suyo―. Pero... ―Me detengo―. Tendrás que ganártelo.

―Me encantan los desafíos ―pronuncio con confianza.

Regresamos a agarrar las cosas que quedaron cerca del lago, las guardamos nuevamente en la cabaña y terminamos jugando juegos de mesa en el living. Es como una tregua en la cual nos divertimos mucho y la paso genial. Nos reímos toda la tarde hasta que llega la noche.

―Ciertamente no podría pensar nunca que el estúpido niño rico podría ser tan divertido ―se burla mientras se ríe―. Sin ofender, claro.

―Señorita Becada, no seas mala, te dejé ganar todas las partidas ―la provoco.

―¡Eso no es verdad! Puedo decir que estamos iguales ―exclama con la cabeza en alto.

―Tú también has bajado tu ego. ―Me le acerco.

―Sin reglas ¿Recuerdas? No tengo por qué ser mala.

―La de insultos que nos haremos cuando nos vayamos, ¿no? ―Le sigo el juego.

―No tienes idea. ―Aumenta la voz y ríe.

Ordenamos todo, y luego salimos a caminar a la luz de las estrellas. Este lugar es tan calmo y tranquilizador. Me gusta, no tienes por qué sentirte atrapado en la urbanización. Podría quedarme aquí y pintar mis cuadros todo el tiempo. Miro al Lilith mientras se distrae mirando el cielo, podría dibujarla justo ahora. Se ve perfecta, es un lienzo preparado para mí. Podría observarla incluso así, por siempre.

Dominando mi corazón (C.G #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora