~L~
Salgo de la casa de Ryan, decepcionada, he declarado mis sentimientos en vano. Nunca pensé que él me gustaría tanto y ahora me siento una perdedora, pero Lilith Obnova, no es ni un poco eso. Lo tomaré como un reto, soy la ganadora de todo juego. No seré rechazada así de fácil.
Llego a mi casa y frunzo el ceño, viendo cómo están desvalijando todo. Agustín está parado frente a la puerta, así que me acerco hasta él.
―¿Qué sucede? ―le pregunto confundida.
―Es Héctor, se ha vuelto loco.
Miro a un lado y otro con preocupación.
―¿Has visto a mis padres?
―Tu madre sufrió una descompensación y tu padre la llevó al médico, no te preocupes, no están para ver esto. ―Sonríe.
―¡Eres un imbécil! ―Lo empujo―. ¡¿Te burlas de la salud de mi mamá?!
―¡Tranquila! ―Levanta las manos en son de paz―. Solo te estoy avisando, deberías concentrarte en otros temas.
―¿Qué tema puede ser más importante que la vida de mi mamá? ―Frunzo el ceño―. Realmente eres estúpido.
―Todo tiene que ver con todo. ―Mueve los hombros sin importancia.
―Deja el suspenso, Agustín. ―Presiono mis dientes.
Voy a explotar.
Él se ríe.
―Te digo si me das un beso.
Sonrío con altanería.
―Y yo le digo a Héctor que intentaste besarme.
―¿Vamos a ver a quién le cree primero? ―Hace una risilla―. La última vez no te fue muy bien. ―Sonríe de lado.
―Olvídalo. ―Me giro para irme―. Tengo que ver cómo está mi mamá. ―Me detiene y me agarra del brazo, empujándome hasta su cuerpo―. ¡Suéltame! ―Forcejeo.
―Eres muy linda, no entiendes todo el potencial que tienes. ―Intenta besarme y le pongo la mano en la cara―. Qué aguafiestas ―se queja―. A Héctor no le haces eso.
―¡A ti no te tengo miedo! ―Le piso el pie y retrocede, zafándome de su agarre―. Héctor es un monstruo y tú solo su lacayo, el que le chupa las medias ―me burlo.
―¡Vale, de acuerdo, me rindo! ―Vuelve a levantar las manos en son de paz―. Te diré, pero deja de agredirme.
―Eres un cobarde. ―Ruedo los ojos―. ¡Habla de una vez! ―exijo.
―Cuando declaraste que te gustaba ese pelirrojo y Héctor se volvió hecho una furia, cuando se calmó se le ocurrió una idea. Fue hasta su papá y se la contó. ―Sonríe―. ¿Conoces el alma caritativa de Héctor, no?
―No digas estupideces.
―Es sarcasmo, tonta ―declara y le pego un cachetazo―. ¡Auch! ―chilla.
―No bromees conmigo y termina de una vez.
―Héctor le dijo a su papá que estaba preocupado por su novia, tu familia y esas cosas raras que no pasarían por su cabeza jamás. ―Comienza a dramatizar―. Entonces dijo: ¡Wow! Mami Obnova al hospital y Lilith a mi casa ¡Ya no necesita pagar un alquiler! ―Hace un movimiento de ojos―. Y la tendré vigilada.
―¡¿Qué?! ―Me sorprendo―. Está loco si cree que piensa que iré a su casa ¡Antes muerta! ―exclamo alterada.
Se cruza de brazos.
―Es lo que dijo. ―Mueve los hombros―. Y su papi se lo creyó. ―Se ríe―. Como siempre.
―¡Y tu papá no hace nada! ―le recrimino―. ¡Es el casero!
―Si el jefe de la inmobiliaria habla, ¿qué quieres que haga? ―Mueve la cabeza―. No está a mi alcance, ni para convencerlo.
―No pienso quedarme sola con él en su casa. ―Me agarra un escalofrío y miro al suelo―. Debo encontrar una forma de librarme de esto.
―Pídele a tu pelirrojo que te salve ―se burla.
―¿Tú eres imbécil, no? ―Ruedo los ojos.
Aunque, pensándolo mejor...
Lo pienso detenidamente, tendría una excusa para volver a hablar con él. Genial, vuelvo al juego. Aunque ahora eso no es lo importante. Me giro para ir a ver a mi mamá y Agustín me detiene por segunda vez, agarrándome del brazo. Insoportable.
―¿Y ahora qué?
―¿Por qué crees que estoy aquí? Héctor me envió a buscarte. ―Hace una mueca―. No voy a volver con las manos vacías.
Sonrío pensando en cómo librarme de él.
―Pensándolo bien, sí voy a besarte. ―Levanta una ceja cuando digo aquello y una vez que poso mis manos en sus hombros lo tengo engañado―. Solo si me dejas evitar un poco más a Héctor. ―Meto una excusa para que me crea y lo abrazo por el cuello―. ¿Qué dices?
―Bueno, si me lo pones así, no veo razón para que tardemos un poco en irnos. ―Se acerca a mi boca―. Sabía que verías mi potencial.
Potencial de estúpido tienes.
Me arrimo más a su cuerpo, cuando lo tengo completamente atontado, le pego una patada en su entrepierna y salgo corriendo. A Agustín puedo engañarlo, pero Héctor ya sabe de mis trucos. Solo ruego para que no me encuentre. No puedo salvarme de ese tipo tan fácilmente.
Llego y toco el timbre de la casa de Ryan otra vez. El mayordomo abre y me deja pasar por segunda vez en el día, aunque en esta ocasión una voz femenina que reconozco enseguida es quién le da el okey, para que pueda entrar.
―Lilith, que gusto verte por aquí otra vez. ―La mamá del pelirrojo me saluda nuevamente.
―¿Está Ryan? ―pregunto algo nerviosa, esta mujer me pone tensa.
―En su cuarto, linda. ―Sonríe y señala la escalera, pero antes que pueda avanzar se pone en frente―. Me gustaría tener una conversación más contigo ¿Podrías?
Si no me queda otra.
ESTÁS LEYENDO
Dominando mi corazón (C.G #2)
Teen FictionSoy Ryan y... tengo tres problemas existenciales. 1ro No quiero enamorarme. 2do Ella es mejor que yo en todo, pero no lo quiero aceptar. 3ro ¡¿Qué son esas marcas de moretones en su cuerpo?! ¡¿Quién la golpeó?! ¡Lo voy a matar! Dime quién lo hizo y...