Capítulo 16: "La ausencia en todo mi ser"

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¿Cómo es que terminamos sentados en las sillas del comedor compartiendo la merienda con mi madre? Lilith se mantiene callada mientras ella la observa y yo no puedo ni tragar bocado de lo nervioso que estoy.

Una extraña sensación se impregna en mí, no recuerdo la última vez que hemos compartido alguna comida juntos, prácticamente mi mamá nunca me presta atención, es triste saber que solo es por fines negativos, pero es la verdad, esto es una ilusión creada para algún tipo de venganza contra mi padre. No hay nada más en esta situación.

La única razón por la que existo para esta mujer, fue para atrapar a mi papá. Ella se intentó embarazar y lo logro. Por ese motivo se casaron y por eso él me llama error, escoria. De alguna forma, no me considera su hijo y ella mucho menos. Así que no sé por qué estamos merendando aquí y ahora.

¿Cuál es su plan macabro? No planeo seguir ilusiones falsas, ya lo ha hecho antes cuando era más pequeño, pero ya no caigo como iluso. No soy un niño, ya lo entiendo todo.

―¿Así que se conocen de la universidad? ―Sonríe falsamente.

―¿Eh? Sí ―responde Lilith y agarra otra galleta para distraerse.

―Es bueno que los jóvenes se conozcan en ambientes como Gloria. ―Me mira a mí―. Y no en boliches.

¿Qué se hace la madre responsable ahora?

―Y es bueno que las madres se comporten como madres y no como prostitutas, pero yo no digo nada ―exclamo arisco.

―Ryan. ―Se sorprende la rubia.

―Tranquila ―dice mi mamá muy calmada―. Lo comprendo, he estado un poco ausente.

―Si toda la vida es un poco, debo ir a aprender vocabulario nuevamente ¿Ya me puedo ir? ―exijo y ella frunce el ceño.

―No.

―¿Qué es este teatro que te mandas? Lilith no necesita escuchar tus falsas historias, mucho menos yo, termina de una vez. ―Continúo molesto―. ¿Qué es lo que quieres?

Ella sonríe.

―No hay ninguna mala intención en esto, ¿o eso es lo que crees?

―Yo ya no te creo más nada, madre.

―Pienso que yo no debería estar... ―Intenta pararse Lilith, pero mi mamá la interrumpe.

―Querida, no. Tú quédate. ―Se levanta ella―. Ya tendré una conversación con mi hijo más tarde.

―¿Qué? ¿El año que viene? ―me burlo―. Ve buscando otro pasatiempo, porque este no funciona. ―Vuelvo a estar arisco y veo como se retira, pero continúa con su sonrisa cínica.

Ni se gasta en fingir, ya no.

―Parece que... no te llevas bien con tu madre ―opina la hermosa rubia y me quedo tildado, mirándola por un segundo, luego reacciono.

―Directamente no me llevo, está es nuestra primera conversación en el año. ―Hago una mueca―. Siento eso, pero no importa. ―Quedo pensativo―. Ya puedes irte. ―Ruedo los ojos y apoyo el codo en la mesa, sosteniendo mi cabeza, mirando hacia el frente―. Pídele al mayordomo que te abra. ―Señalo con mi otra mano hacia atrás.

Frunce el ceño.

―Primero, no me voy a ir, y segundo... ―Hace una pausa, así que la miro, tiene las mejillas sonrojadas, entonces recuerdo porque está aquí―. No me respondiste.

―Cierto ―acoto perdido en mis pensamientos.

―Vas... ¿Vas a responderme? ―pregunta nerviosa.

―No. ―Me levanto de mi asiento y me sigue con la vista―. Necesito una cerveza ―acoto y camino en dirección a la cocina, ignorándola. Abro la heladera, pero la puerta de esta se cierra y veo a Lilith―. ¿Qué? ―Frunzo el ceño.

―El alcohol no solucionará tus problemas.

―¿Y a ti qué te importa?

Sonríe con superioridad y exclama con confianza, haciendo una pose muy sexy, que me sube los calores.

―No quiero un novio alcohólico.

Mi boca se abre ante tal acotación, siento que me he sonrojado otra vez, aunque no tengo un espejo para verme, sé que mi reputación se ha ido por el piso y no la encuentro. Trago saliva y tengo todos los nervios bien metidos en el fondo de mi ser.

―Y... ¿Y quién te dijo que yo te respondí un "sí"? ―Retrocedo―. No te inventes cosas, niña tonta. ―Intento abrir la puerta de la heladera nuevamente, pero esta vez ella no pone su mano, sino que se posiciona en frente, sonriéndome―. Aparta ―exijo.

―Tampoco dijiste "no". ―Se ríe―. Por cierto, el Ryan avergonzado, es tan bonito. ―Pestañea y continúa coqueteándome―. Aunque admito, que el malo malote también me va. ―Se muerde el labio inferior y apoya su mano en mi remera―. Estás muy tenso, no seas tímido. ―Se acerca a mis labios.

Agarro su hombro, la aparto y digo seriamente.

―Mi cerebro está discutiendo por muchas cosas en este momento, déjalo para después, ¿quieres, Lilith? ―Bufo.

―Entiendo. ―Baja la vista, decepcionada.

Ay, cielos, no me hagas esa cara.

Definitivamente esto no está bien. Tengo a la chica que me gusta, confesándome todo su amor, pero no puedo decir nada. No puedo evitarlo, estoy más roto de lo que creía. Tengo miedo, como si todo fuera a acabar mal. Incluso aunque parezca que no es así, mi cerebro no lo entiende.

Veo como se retira y suspiro. Una vez que sale de mi campo de visión, abro la heladera y saco la botella de cerveza.

―Ay, Ryan, tú sí que estás estúpido ―me digo a mí mismo y camino hasta al tacho. La tiro haciéndole caso a mi corazón, pero la levanto nuevamente―. Muy estúpido.

La indecisión va a matarme.

Dominando mi corazón (C.G #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora