Soy empapado en la cara con un vaso de agua que me tira Len y furioso le grito. Él me mira pícaramente e intenta convencerme para que hablemos a solas. Luego de insistir tanto, accedo sin muchas ganas. Salimos del comedor dejando a las chicas solas y nos quedamos conversando en el pasillo.
―Es la chica, ¿no? ―insiste mi amigo.
―¡No! ―grito molesto―. Olvida eso que te dije antes. ―Presiono mis dientes y levanto mi dedo, apuntándolo―. ¡O te golpearé! ―amenazo.
Él se ríe.
―Esperaba un "por favor".
Sonrío.
―¿Y qué tal un "púdrete"?
Se hace el que piensa y continúa con su amabilidad, esa que tanto detesto. Está feliz como una perdiz, qué estupidez.
―Si es la chica de la que me hablaste, ¿por qué negarte? ―Mueve las cejas―. Es obvio que está loquita por ti.
Ruedo los ojos.
―Todas están locas por mí.
Len sigue sonriente y apoya su mano en mi hombro.
―Lo sé, Ryan, lo sé.
Le pego para que la quite y frunzo el ceño.
―¿Te burlas de mí?
―No, eres Ryan Danvers, nadie se puede burlar de ti.
Me enoja más que sea tan sincero y amigable.
―¡¿Eres imbécil?! ―Presiono mis puños―. ¡Pensé que me estabas provocando! ―entonces amenazo―. No juegues conmigo o te irá mal. ―Él sigue tranquilo y mi mandíbula se tensa―. Cómo me irritas.
―¿Ya quitaste toda tu frustración? ―Ladea su cabeza y sigue sonriendo―. Escúchame, Ryan, sé que te cuesta ser sentimental, pero esta es la oportunidad que estabas esperando ―aclara y yo vuelvo a rodar los ojos―. En serio ―insiste.
―No estoy esperando nada. ―Me cruzo de brazos―. El amor es para idiotas, ya lo aprendí a palos y prefiero dejar de ser golpeado.
―¿Y si no terminas golpeado como dices? ―Se pasa la mano por el cabello―. El que no arriesga, no gana.
―Puedo enfrentarme a cualquier cosa, menos a esa porquería. ―Bufo.
―Eso sonó muy adorable. ―Se ríe.
Presiono mis dientes y me señalo a mí mismo.
―¡Cállate! Ryan Danvers no es adorable.
―Deja de ser terco y piénsalo seriamente ―exclama tranquilo―. No hay forma de que se arruine, se ve por montón que hay química. ―Mueve sus dos dedos índices y los choca reiteradas veces―. Y solo lo noté, viéndolos solo una vez. ―Amplía su sonrisa.
―Si discutir te parece química, entonces te la llevas a recuperatorio ―me burlo―. ¡Ja! Deja de soñar, Len.
―Discuten porque tú no le das chance ―me aclara y me quedo callado―. ¿Ves? No me respondes porque tengo razón.
Vuelvo a bufar.
―No me gustan tus consejos.
Me golpea el hombro.
―Ve a por tu chica, hombre.
―¡Auch, te mataré! ―me quejo y levanto mi puño.
―¿Quieres pelear? ―Se pone en posición de batalla, jugando―. Te aseguro que esta vez, gano yo.
Me río.
―¡Ja! Sigue soñando.
Terminamos peleando y riendo con ese típico juego que teníamos en la secundaria. Entonces cuando dejamos de hacer estupideces, volvemos con las chicas y disimuladamente, fingimos que nos estábamos comportando. Vemos que ríen, así que suponemos que algo ellas también tramaban, pero ninguno de ambos bandos dice nada.
La noche llega y es hora de irse, Len se acerca a Tere en el estacionamiento antes de que se vaya y yo detengo a Lilith antes de que entre allí, para que no sean interrumpidos. Entre la conversación, ella se pone a centímetros de mí y se me insinúa. Apoya su mano en mi chaqueta y se acerca hasta mí, a muy poco de mi rostro.
―Vamos, Ryan, dejemos de pelear. Sé que te mueres por besarme.
Me mantengo serio ante su ofrecimiento, luego bajo la vista y suspiro. Las palabras de Len regresan a mi mente y la verdad que me ha lavado el cerebro. Entonces le sonrío, respondiéndole un:
―Quizás.
Vuelve a morderse el labio inferior.
―¿Y qué tengo que hacer para que me des un beso?
Me pongo serio.
―Lo admito, me he comportado como un idiota.
Analiza lo que estoy diciendo y se aparta.
―Parece que no estamos hablando de un beso.
―No, la verdad que no.
Se ríe, nerviosa.
―¿Vas a responder a mi confesión?
―Sí. ―Tomo aire con fuerza―. La verdad es que... ―Presiono mis dientes y trago saliva―. No puedo.
―¡¿Qué?! ―exclama desconcertada―. ¡Habla de una vez!
―¡De acuerdo, sí, sí me gustas!
Estalla la bomba y ella queda tildada. Siento que se me va a salir el corazón por la boca ¡Parezco una nena! Al punto, hora de comportarse como macho. La agarro de la cintura, la acerco hasta mi cuerpo y la beso con intensidad. Cielos con esos labios, me encantan y más cuando me corresponden.
ESTÁS LEYENDO
Dominando mi corazón (C.G #2)
Teen FictionSoy Ryan y... tengo tres problemas existenciales. 1ro No quiero enamorarme. 2do Ella es mejor que yo en todo, pero no lo quiero aceptar. 3ro ¡¿Qué son esas marcas de moretones en su cuerpo?! ¡¿Quién la golpeó?! ¡Lo voy a matar! Dime quién lo hizo y...
