El hombre que me buscó, es uno de los abogados que se encargan de todo lo que tenga que ver con la herencia de mi abuela. Habló con el director, cercioró notas y selló unos cuantos papeles. Todo fue tan rápido que no lo puedo creer. Siento como si fuera mi día de suerte ¿Habrá llegado la paz al fin a mi vida?
Mi sonrisa se esfuma cuando salgo de la universidad y miro hacia todas partes buscando a mi amor.
―¿Lilith?
No creo que haya sido tan orgullosa de irse, porque le dije que se quedara aquí. Su etapa de contradecirme no es tan fuerte ahora. Además, si se fuera, me hubiera avisado, incluso aunque quisiera burlarse.
Qué extraño.
La busco por todo el campus, pero no hay rastro de su presencia. La llamo al celular, pero no contesta. Bufo y voy al estacionamiento por la motocicleta, mientras vuelvo a intentar comunicarme. Me sorprendo cuando oigo la melodía de su teléfono. Sigo el sonido y lo visualizo en el suelo junto a sus pertenencias. Se me paraliza el cuerpo cuando veo sangre allí.
Sin más que pensar, regreso dentro y voy directo a la dirección. Explico lo que sucede, ya que no sé cómo actuar en esta situación y el director amablemente me calma e incluso se encarga de hacer una denuncia con la policía.
Rato después, agentes policiales comienzan a investigar el caso, de lo que parece ser un secuestro.
No puede ser.
Me muerdo las uñas.
―¡Deja eso! ―Me golpea Len en la cabeza, al cual llame para que me acompañara a testificar en la comisaria.
―Tengo tanta mala suerte que hasta me da ganas de agarrar una botella y... ―Me golpea otra vez―. ¡Auch!
―Piensa en positivo y no en alcohol. ―Sonríe Míster Amable.
―Ya está todo verificado, pueden retirarse ―exclama el oficial―. Le llamaremos si tenemos alguna novedad ―aclara y nos retiramos de allí.
―¿Y sus padres? ―pregunta Len mientras caminamos hacia el auto que ahora definitivamente es mío, siendo ya muy de noche, mejor un coche.
―En el hospital, su mamá sigue enferma y su padre me dijo que lo notificara de cualquier cosa. ―Bufo―. Están muy preocupados y no es para menos.
―¿Y verificaron su casa?
―No tiene. ―Quedo tildado un segundo cuando digo eso―. ¿Héctor acaso...? ―Niego con la cabeza―. No puede ser.
―¿Qué dices? ―Me mira confundido.
―Héctor es el maldito golpeador que está obsesionado con Lilith ―explico y me quejo―. ¡¿Cómo no me di cuenta?!
―Entonces hay que volver y avisarle a la policía que puede ser un posible sospechoso.
―Eso hazlo tú, un allanamiento tarda un montón. Encárgate, yo me voy ya mismo. ―Subo al vehículo y dejo a Len ahí―. ¡Te mandaré un chófer luego! ―le aviso antes de que el coche arranque y ya estoy en camino.
Al llegar bajo del automóvil y miro con detenimiento la enorme casa. Tengo la dirección porque una vez con Lilith pasamos por esta calle y me lo dijo. Ahora la pregunta es, ¿cómo entro? Observo una de las ventanas y sonrío con aire de superioridad.
Ser un chico rebelde en la secundaria de algo me tenía que servir.
Me cuelgo del decorado, trepo y paso por la ventana que está medio abierta, pero con un poco de esfuerzo y maña logro entrar.
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Dominando mi corazón (C.G #2)
Teen FictionSoy Ryan y... tengo tres problemas existenciales. 1ro No quiero enamorarme. 2do Ella es mejor que yo en todo, pero no lo quiero aceptar. 3ro ¡¿Qué son esas marcas de moretones en su cuerpo?! ¡¿Quién la golpeó?! ¡Lo voy a matar! Dime quién lo hizo y...
