Capítulo 14: "La chica desaparecida"

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El hermano de Luzmila camina molesto hacia mí y ella se pone en frente. Aunque no creo que sea buena idea, se notara su borrachera y este chico pensara que quise aprovecharme de ella. Esto es estúpido, yo debería estar en una fiesta, no en esta situación incómoda.

¿Cuál era su nombre?

―Lorenzo, no es lo que crees ―le aclaro y frunce el ceño.

―Soy Enzo ―expresa enojándose más ¡Ups! Me equivoqué.

―Pero no estaba tan equivocado, es parecido. ―Me río e intento meter humor a la conversación, pero la verdad creo que la empeoré.

―Te mataré.

Ruedo los ojos.

―Ni te creas tanto. ―Y ahí salta mi ego.

Quiere golpearme, pero su hermana sigue en medio.

―¡Basta! No pasó nada aquí ―explica ella―. Me pasé de copas y Ryan me ayudó a llegar a casa, eso es todo.

―¿Y entonces por qué está adentro de la casa? ―Se cruza de brazos.

―Me ayudaba ¡¿No ves que no me puedo mantener ni en pie?! ―exclama en alto.

Parece que sus palabras lo convencen y hasta me agradece, logrando irme al fin. Subo al auto dónde el pobre chofer me estaba esperando y mientras conduce, saco mi celular viendo un montón de llamadas perdidas.

¡¿Pero qué rayos?!

Lilith.

Cierto, olvidé su mensaje. Le digo al chófer que vaya hacia el lugar de la fiesta otra vez y da un giro al auto para cambiar de dirección. Una vez que llego, bajo rápido y la busco, pero ya no la encuentro, así que la llamo, sin embargo no contesta.

Esto no me está gustando.

~~~

A la mañana siguiente voy a la universidad, pero Lilith tampoco hace presencia allí, ya me estoy alarmando. Su mensaje no era malo, no debería preocuparme. Aunque es tan orgullosa como yo, que quizás quería decirme otra cosa. No sé, estoy confundido.

―Ryan Danvers. ―Oigo detrás de mí, cuando salgo fuera del campus al terminar la hora.

Me giro y lo veo por primera vez de frente. Sonrío de manera cínica.

―Héctor.

A este quiero matarlo hace rato. Al maldito golpeador ¿Pero qué hace aquí y como me conoce? Creo que empiezo a atar cabos sueltos.

Se acerca con prepotencia y me mira molesto.

―Aléjate de mi chica o la vas a pasar mal ―amenaza.

Presiono mi puño.

―¿Tu chica? ―me burlo―. ¡Ja! Aprende nombres y después hablamos.

Sonríe.

―Sí, me refiero a Lilith ¿Entendiste lo que dije?

―¡Entiende esto! ―Le pego un puñetazo y cae al suelo―. Gracias, me sacaste el estrés. ―Muevo la mano, me dolió, pero me siento superganador.

La violencia no se arregla con violencia, pero no me importa.

Se levanta furioso y quiere atacarme, pero el guardia de seguridad de la universidad nos detiene, entonces tiene que irse el desgraciado, ya que no pertenece al campus.

―¡Me las pagarás, ya lo verás! ―grita molesto mientras se retira.

―¡Te estaré esperando, cobarde! ―le respondo con la misma intensidad y me alejo en la otra dirección―. Imbécil.

Llego a la entrada de mi casa con la moto, creo que ya me adueñé de esta, y estaciono a un costado antes de entrar al garaje, ya que decido no hacerlo, por una razón en particular y bastante especial. Bajo de la motocicleta y me acerco a la chica desaparecida.

―Lilith.

Se gira al estar mirando hacia el otro lado y apoyando su espalda contra la pared. Me sobresalto cuando veo un golpe en su mejilla, pero ella me sonríe.

―Hola, niño rico. ―Mueve un manchón de esos cabellos rubios que tanto me gustan.

―Se acabó nuestra tregua, no hace falta que me mires bonito ―expreso haciéndome el indiferente y luego la miro de refilón―. ¿Qué te pasó en el rostro y qué era ese mensaje que me mandaste ayer? ―La observo directo a los ojos, necesito adivinar qué está pensando ante mi cuestionamiento―. ¿Qué haces aquí? No deberías...

Frunce el ceño.

―Te dije que iba a aclararte algunas cosas, ¿no es así? ―Se cruza de brazo y bufa viendo mi actitud.

Yo siempre arruinando todo.

―¿Por qué? ¿Para qué?

Sonríe con confianza.

―Voy a sincerarme contigo.

¡¿Está de broma?! ¡¿Qué mosca le picó?!

―No necesito que me digas absolutamente nada, así que...

―Pero yo sí quiero, así que me vas a escuchar ―me interrumpe, determinada.

Estoy confundido, quiero escuchar y a la vez no ¿Es que acaso no puedo mantenerme tranquilo por una sola vez? Esta chica no es la que me va a volver loco, la verdad soy yo mismo el que está perdiendo la cordura.

¿Qué es lo que quiere decirme? Que termine rápido, por favor.

Dominando mi corazón (C.G #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora