Los recuerdos de la noche con mi hermano me hicieron sonreí en los días siguientes y trataba de evocarlos cada vez que algo pintaba mal. La mejor parte había sido la fuga del día siguiente a desayunar fuera para que Isa se encontrara con nuestra madre, quien la haría ordenar el desastre que había dejado. Idea mía, no de Julián que era un pan de Dios y se había ofrecido a ayudarla.
El fin de semana había pasado sin mayores reparos salvo por todo lo que mi hermano me contó de su enamorada y las posibilidades que estaba barajando para invitarla a una cita. Había sido difícil que la chica se abriera con él pero cuando lo consiguió, decidió que no pararía hasta que ella aceptara o lo rechazara rotundamente. "Nunca se sabe lo que puede pasar pero no creo que eso suceda."; me había dicho cuando le pregunté qué sucedería si le decía que no, haciendo que su optimismo me diera un poco de envidia.
Cuando el lunes regresé al instituto esperaba con ansias encontrarme con Andrés para poder aclarar lo que había ocurrido. Por alguna razón me tenía más inquieta esa situación que ver a Joaquín al lado de Anahí o el estado en el que estaba mi pie. Aunque este último estaba mejor de lo que se esperaba. Ya no me molestaba ni me daba puntadas al caminar lo que significaba que el descanso había funcionado mejor de lo esperado.
Me había quedado un poco decepcionada al ver que Andrés no había ido a clases ese día por lo que no me quedo otra más que concentrarme en lo que los deberes que los profesores nos darían ese día. Al menos podré darme una vuelta por la Academia para ver qué tal va todo. Y si tenía suerte, Karen me dejaría probar si podía bailar.
—No sé si sea buena idea que vayas cariño.
Quizás no había sido buena idea avisarle a mamá donde estaría toda la tarde. Entendía su preocupación pero por obvias razones sería la primera en cuidarme.
—Mamá, no pasa nada. No pienso hacer ninguna tontería y tampoco me dejarían hacerlo —Puse los ojos en blanco de sólo pensar en lo protector que era Joaquín—. Te llamaba sólo para no preocuparte y que supieras donde estoy.
—Bueno, ve tranquila. Cuídate mucho.
—Como siempre ma, te quiero.
—Yo también te quiero, adiós. —Dijo antes de colgar.
Para cuando había acabado de hablar con mi madre ya estaba en frente de la Academia. Los clásicos sonidos de las clases llegaban desde la entrada lo que me daba cada vez más ganas de bailar.
Aprovechando que no vi a nadie conocido, me metí en la sala que sabía que Karen utilizaba para entrenar con nosotros para hacer unas pruebas insignificantes. La música clásica era una de mis grandes pasiones y tener la posibilidad de interpretarlas a través del baile era una de las cosas que más amaba. Una sonrisa se instaló en mis labios al descubrir el tema que había preparado mi entrenadora para el ensayo de los chicos. Es un buen comienzo.
Con el mando a distancia inicié la canción para luego guardarlo en la cintura de la falda del uniforme. Me había quitado los zapatos por lo que estaba descalza en medio de la sala para comenzar a deslizarme al son de la melodía. Era impresionante como cada fibra de mi cuerpo reaccionaba al sonido dulce y recordaba los movimientos que debía ejecutar. Mi corazón palpitaba de alegría al notar que el pie ya no molestaba y para cuando estaba lista para probar un pequeño salto, alguien había frenado la música llevándose mi instante mágico.
— ¿Qué se supone que estás haciendo aquí? —Abrí los ojos para encontrarme con una Anahí ceñuda al lado del equipo de sonido— ¿Cómo te atreves a bailar aquí sabiendo que puede ver cualquiera y encontrarte?
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Enamorada de mi mejor amigo. [EDMMA #1]
Romance"Es difícil enamorarse de alguien, más aún cuando se trata de tu mejor amigo" Paula Jones necesita pocas cosas para ser feliz en esta vida: ballet, su familia y a Joaquín, su mejor amigo. Sin embargo, lo que parecía simple comienza a cambiar cuando...