23: ¿Cómo has podido?

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Había pasado una semana desde la presentación. Una semana desde que Joaquín me había dicho que no se rendiría. Una semana desde que había arreglado las cosas con mi hermana. Una semana desde que había visto a Anahí y Andrés juntos en la entrada de la casa de ella. Una semana que me había tomado para ordenar mis pensamientos y analizar lo que realmente sentía.

Una semana que me había servido para tomar algunas decisiones.

Haber visto a Anahí y Andrés juntos había dolido pero no tanto como cuando Joaquín había estado cerca de ella. Eso definitivamente me había dicho mucho. No sólo había estado molesta por haberme enterado de aquella manera sino que también había sentido alivio, como si hubiese encontrado la solución a un problema difícil que ya había estado resulto hace rato pero no me atrevía a reconocerlo.

La cosa era que ahora estaba un poco más feliz y relajada. Tomarme esa semana para reflexionar había servido para no volverme loca o recriminarme por haber aceptado tan rápido lo que estaba ocurriendo.



—Obviamente esto es sólo si ustedes aceptan. No están obligados a hacerlo.

La presentación nos había abierto un gran camino y Karen parecía bastante entusiasmada con la idea. Resultó ser que muchos de sus amigos conocían a gente que era productora de grandes espectáculos y que querían que fuésemos parte con alguna de nuestras coreografías. Nuestra entrenadora había ofrecido enviarnos con otras personas pero nadie había aceptado esa opción. Sólo querían a la pareja que parecía estar adorándose en medio del escenario como si estuviesen contando su propia historia de amor.

—Seguro estás exagerando con eso de que no quieren que vayamos con otras parejas...

—Puedes preguntarles tu misma si quieres, yo sólo te transmito el mensaje —Karen se encogió de hombros—. He ofrecido que Joaquín fuese con su pareja original o a ti con Andrés pero no quieren nada que no sean ustedes dos juntos.

—Pues yo no estaría interesado en cambiar de compañera de ballet ahora mismo —Joaquín se acercó a mi posición como para dejar en claro su postura.

—Así me gusta —Karen sonrió mientras daba pequeñas palmaditas—. Ahora, si me disculpan, tengo una reunión que puede terminar en una nueva presentación para ustedes.

—Yo iré a cambiarme para entrenar un poco, ¿Te parece? —Me preguntó Joaquín en cuanto Karen se perdió en dirección a la oficina.

—Te espero a aquí, necesito bailar un poco.

Me quede sentada en aquel lugar esperando a que mi compañero regresara y pensando en cómo conseguiría escabullirme sin que Andrés me viera. Había estado haciendo un trabajo excelente esquivándolo pero esa suerte estaba comenzando a terminar. Cada vez se me hacía más difícil encontrar una excusa para apartarlo porque no estaba del todo segura como terminaría reaccionando cuando finalmente lo enfrentara.

Entre que se suponía que Anahí era mi amiga pero todo lo que llevaba haciendo desde que había vuelto a mi vida lo único que hacía era lastimarme y que Andrés terminó enredado con ella sin que fuese demasiado claro para mí. Estaba bastante enojada y dolida como para tener una conversación civilizada con el chico. Respirar profundo se había convertido en mi forma de ser aun cuando era la persona con menos paciencia de este planeta.

Cerré los ojos y apoyé la frente contra mis rodillas para dejar mi mente en blanco justo cuando sentí una mano en mi hombro. En el momento exacto. Levanté la vista toda sonriente creyendo que se trataba de Joaquín...

—Ya era hora de que regresaras. Creí que me convertiría en un trozo de pierda esperando. —La sonrisa se me borró al ver quien era realmente.

—Y yo que pensaba que la sonrisa era por verme después de todos estos días —Andrés de agachó frente de mí e intento tomar mi rostro con su mano a lo que me negué apartándome—. Veo que sigues enfadada conmigo y sigo sin entender el por qué.

—No estoy enfadada... —Dije poniéndome de pie para poner distancia entre ambos.

—Si lo estás y deberíamos hablar de ello —En un intento por evitar que me fuera me tomó del brazo—. Explícame que es lo que he hecho mal porque no te entiendo.

—Suéltame el brazo por favor y déjame tranquila —Me solté de su agarré lo más rápido que puede y me crucé de brazos para hacerle frente—. Si quieres hablar, ve y hazlo con Anahí que seguramente tenga ganas de hacerlo.

— ¿A caso son celos lo que estoy viendo? —Una pequeña sonrisa apareció en sus labios lo que hizo que todo lo que estaba intentando contener salir.

—Para nada, sólo estoy cansada de ver como intenta hacerme daño metiéndose con las personas que quiero y no voy a permitir que eso siga ocurriendo.

—Paula, yo...

—Ah, parece que ahora si tienes algo para decir ¿No? —Su mirada se desvió dejándome en claro que ya no haría como si no hubiese pasado nada— ¿Por qué Andrés?

—Si me dejas explicar, podrías entenderlo mejor.

— ¿Qué te deje explicar qué? ¿De qué me estás hablando? —La indignación se mezclaba con el sentimiento de traición que comenzaba a crecer en mi interior a medida que la conversación avanzaba— Me dijiste mil veces que ibas a estar ahí para mí, que me ibas a acompañar siempre, que me querías demasiado y ¿A la primera de cambios desapareces para terminar en la casa de ella? ¿Por qué no te centras en una sola persona y me dejas tranquila?

—No puedes decirme que no estuve cuando me necesitaste, fui quien te acompaño cuando el que se suponía que era tu mejor amigo se borró del mapa —Acababa de meter el dedo en la llaga provocando que un nudo se me instalara en la garganta.

— ¿Sabes lo que ocurrió el sábado pasado? ¿Te acordaste de lo importante que era para mí ese día? Porque puedes intentar sacar en cara lo de Joaquín pero no fue a él a quien vi entre los brazos de Anahí cuando se suponía que estaba muy ocupado —Sus ojos se abrieron como platos ante la sorpresa que le generaron mis palabras—. Joaquín se habrá alejado y aun así siempre estuvo preocupado por mí. Me acompañó y me contuvo como buen compañero.

—Ahora resulta que es la mejor persona de este planeta cuando hace un par de meses apenas cruzaban palabra.

—Y esa es la diferencia contigo, el nunca traicionó mi confianza y tu si —Sentía como las lágrimas se me agolpaban y el nudo en la garganta era cada vez más grande—. Me lastimaste mucho con lo que hiciste y realmente agradezco no haberme enamorado de ti o en este momento estaría completamente destruida.

—Lo siento. Realmente lo siento pero no pude evitarlo...

— ¿Qué no pudiste evitarlo? ¿Me estás hablando en serio? —No podía creer lo que acababa de escuchar— Espero que tengas una maldita explicación para que te entienda porque que me digas que "No podías evitarlo" sólo empeora las cosas cuando hace un par de días me estabas haciendo una maldita escena de celos por un abrazo.

—Es que no lo entiendes... No sabes todo lo que ha pasado...

— ¡Explícame Andrés! ¡Explícame! No me claves un puñal por la espalda para luego decirme que no lo entendería.

—Paula, por favor... Sólo acepta mis disculpas...

—No puedo disculparte, no sin entender qué demonios sucedió y por qué todo se fue al carajo —Las palabras comenzaban a salir sin filtro haciendo que cada vez fuesen más hirientes y lo podía ver en el rostro de Andrés—. Eres lo peor, te ha importado muy poco lo que teníamos cuando saliste corriendo a besarla a ella en una de las noches más importantes para mí ¿Y pretendes que te disculpe simplemente? Eso no va a ocurrir jamás. Eres un...

— ¡La amo! ¿De acuerdo? —Mis ojos se abrieron como platos ante la explosión de Andrés— Estoy enamorado de ella, lo siento.

— ¿Qué?

—La amo, lo siento...

El nudo de mi garganta se trasladó a mi estómago de sólo pensar que había estado todo este tiempo jugando conmigo. ¿Cómo había podido? ¿Desde cuándo? ¿Me había utilizado? ¿Me engaño solo para llamar su atención? Estaba demasiado confundida como para entender la magnitud de lo que me acababa de decir.

Enamorada de mi mejor amigo. [EDMMA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora