24: El tiempo que necesites.

16.6K 843 18
                                    

Estaba dividida entre el dolor del engaño y el alivio de que no debería destrozarle el corazón para hacer que el mío fuese feliz. Me alejé de él tanto como pude porque sentía que me estaba asfixiando un poco. Poco a poco me senté en un rincón intentando procesar toda la información porque realmente era demasiado.

—Pau, háblame por favor, Pau... —Andrés se había acercado a donde había intentado esconderme de él— Lo siento, quería decírtelo pero no así... Jamás quise hacerte daño y no esperaba que te afectara tanto...

Cuando estaba a punto de levantarme para pedirle que se fuera, que me dejara tranquila, Joaquín regresó a la sala de ensayo. La sonrisa con la que había entrado comenzó a borrarse lentamente en cuanto vio la posición en la que me encontraba y quien era mi compañía.

—Pau... Pau, ¿Qué sucede? —Sus pasos aceleraron hasta que terminó agachado a mi lado. Algo dentro de mí se rompió porque las lágrimas comenzaron a caer sin que pudiera evitarlo— ¿Qué le has hecho idiota?

— ¡Yo no le he hecho nada! —Andrés retrocedió ante la mirada amenazante de Joaquín.

— ¿Cómo qué no? ¡Está llorando!

— ¿Qué? Pau, lo siento, yo no quería... —Andrés intentó volver a acercase pero la presencia de Joaquín impidió que lo hiciera— Lo siento tanto...

—Mejor sal de aquí antes de que te mate —El chico dudo a lo que Joaquín respondió poniéndose de pie para actuar como si fuese una barrera— ¡Vete!

Vi como Andrés salía de la sala justo antes de que Joaquín se sentara y me rodeara con sus brazos haciendo que me sintiera segura. Estaba intentado por todos los medios dejar de llorar pero no podía dejar hacerlo. Poco a poco se iba expandiendo un calor acogedor por mi cuerpo por el abrazo con el que estaba intento protegerme.

—Yo... Estoy bien... —Murmuré levantando la vista para encontrarme son la mirada preocupada de Joaquín— Es solo que...

—Shhh... No tienes que decir nada, en serio.

—Odio que me veas así, llorando —Volví a esconder mi rostro mientras intentaba tranquilizarme una vez más—. No sé lo que me está pasando.

—No necesito explicaciones Pau, sólo que sepas que estoy aquí para ti.

Sus brazos seguían reconfortándome. Estaba punto de apartarme cuando escuché como la puerta de la sala se abría y en ella un silencio sepulcral se instalaba en el lugar. Sin moverme demasiado de mi posición, giré un poco la cabeza para encontrarme con la mirada fría de Anahí. No estaba para enfrentarla. Aparté la mirada deseando con todas mis fuerzas que se fuera y me dejara en paz.

Tenía que salir de aquel lugar cuando antes porque terminaría por explotar y no sería bonito.

—Ya se ha ido —Susurró Joaquín en mi oído.

—Menos mal porque su mala cara solo hace que me enoje —Suspiré mientras me apartaba.

Necesitaba ponerme de pie y moverme, la angustia había hecho un cambio en mi interior por indignación y no era bueno.

—Puede que fuese un poco culpable de eso. He hablado con ella antes —Su sonrisa torcida hizo aparición—. Al parecer no le gustó mucho que le pidiera dejarlo antes de que ella lo hiciera conmigo...

— ¿Cómo?

—Que no hay nada entre Anahí y yo, ya no estoy con ella "formalmente" —Hizo el gesto de comillas universal para ponerle énfasis a sus palabras—. No hay nada que nos impida intentarlo.

—Yo... Yo... No sé qué decir... —De repente me sentía súper nerviosa, con una energía renovada completamente distinta al malestar que había tenido momentos antes.

—No hay nada que decir, sólo dejar que el tiempo pase —Joaquín se acercó para pararse justo en frente de mí, obligándome a levantar la mirada para que nuestros ojos se encontraran.

—No tienes idea... —Dije en un murmullo casi inentendible.

— ¿Qué yo no tengo idea? —Su sonrisa se ensancho— Eres tú la que no tiene idea, no te imaginas cuanto te quiero... No te das la más mínima idea.

—Tal vez tengas razón pero tampoco te imaginas el alcance de mis sentimientos —Una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios consiguiendo que sus ojos brillaran—. A veces ni yo misma lo sé y esa es la mayor razón por la que quiero dejar todo claro...

—No me iré a ningún lado y lo sabes —Tomó mi rostro entre sus manos y me dejó un beso en la frente que hizo que todo mi cuerpo se estremeciera—. Te esperaré todo el tiempo que necesites.

Sin poder evitarlo, volví a abrazarlo porque era lo que necesitaba. Sus palabras y la seguridad que me transmitía estaban ayudando a que mi cabeza se despejara y mi corazón tomara el mando de lo que estaba ocurriendo. Realmente no estaba tan dolida por lo que había ocurrido con Andrés, sólo me había molestado que me hubiese mentido e intentara seguir engañándome cuando lo había visto con mis propios ojos.

Los problemas con Anahí eran otro cantar, algo que no se iba a solucionar tan fácilmente pero que podía poner de mi parte para que no fuera a peor. Estaba cansada de intentar enterrar mis sentimientos cuando el destino se había encargado de acomodar todo en su sitio para que las cosas me fueran un poco mejor.

El instante en que Andrés y Anahí volvieron a entrar en la sala se convirtió en uno de los momentos más incómodos de mi vida. Estaban tomados de la mano mientras que nosotros estábamos abrazados mirando en su dirección.

No estaba muy segura de que decir.

Para mí fortuna Joaquín tomó la iniciativa para responderles porque no estaba muy segura de poder decir algo sin meter la pata.

—Seguramente esté en la oficina pero pueden esperarla aquí, ya nos íbamos —Joaquín dejó ir nuestro abrazo para tomarme la mano enlazando nuestros dedos.

—Gracias —Respondió Anahí sin perder ninguno de nuestros movimientos.

Seguí a mi mejor amigo todo el camino a la puerta de salida para poder irnos de allí. Sin embargo, antes de cruzarla, frené justo al lado de Andrés porque tenía que terminar de cerrar lo que había ocurrido.

— ¿Será que podemos hablar más tarde?

Andrés asintió como respuesta. Había llegado el momento de erradicar mis problemas.

Enamorada de mi mejor amigo. [EDMMA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora