6.

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Narra Jennifer

Me bajé del asiento y salí del auto rodeandolo para abrirle la puerta. Ahí estaba de nuevo ese extraño gesto de mi parte. Ella me miró esperando a que respondiera su pregunta.

—S-sólo bájate.— mi voz me traicionó, la seguridad de pronto se esfumó al darme cuenta de que probablemente me rechazaría, pero si quería protegerla debía asegurarme de tener alguna excusa. Ella frunció el ceño al oírme tartamudear pero asintió con la cabeza y salió.

***

—Es un hermoso lugar.— suspiró viendo a su alrededor encantada, estábamos caminando rumbo a un enorme árbol donde había un poco de grama baja.

—Aquí.— me senté en el suelo y ella hizo lo mismo con una mirada expectante.

—¿Por qué estamos aquí?

Suspiré y decidí decirle.

—Porque quiero preguntarte algo importante.— tragué saliva nerviosa porque me rechazara. —Necesito preguntarte algo.— admití.

—¿Sí?— sus verdes ojos miraron los míos con un brillo de ilusión.

Sólo dilo.

—¿Quieres ser mi novia?— dije rápidamente cerrando los ojos preparada para que me cacheteara o algo.

—¿Qué?— se burló. Abrí los ojos y asentí con seriedad dándole a entender que no era una broma. —¿Qué?— repitió confundida e incrédula. —¿P-p-por qué?— balbuceó bajando la vista al suelo y jugando con sus manos. Miré a mi alrededor y decidí decirle lo primero que se me ocurriera.

—Porque eres muy bonita y no quiero estar lejos de ti.— la rapidez con lo que dije eso me hizo pensar que lo decía en serio. Pero yo no tendría sentimientos por ella, imposible.

—¿En serio?— alzó la mirada y una lágrima bajó por su mejilla, instintivamente yo me incliné y la limpié con el pulgar.

—Sólo di que sí...— pedí confundida por sus lágrimas. —¿Tan mala es mi petición?

—No es eso.— retiró mi mano de su mejilla como si no quisiera hacerlo realmente, como si anhelara mi tacto pero sintiera que no lo merece. —Pero no te puedo creer luego de todo lo que ha pasado. Apenas nos conocemos, te he visto besarte con Paula y ahora dices esto.— bajó la mirada. Levanté su barbilla y la miré a ese hermoso par de ojos esmeralda, la tenía que proteger de esos monstruos.

No la iban a tocar si era mía.

—Déjame quererte.— murmuré moviendo un mechón de su cabello. —Necesito que me dejes quererte, cuidarte.— se me estaba saliendo de control, mi rostro estaba peligrosamente cerca del suyo y yo no quería besarla, es decir, sí quería y ese era el problema, nunca quise besar a nadie tanto como a la nerd de ojos verdes con mejillas empapadas. Me estaba asustando de mi "actuación para protegerla" así que detuve mi rostro antes de rozar nuestros labios. —¿Qué dices? ¿Podemos intentarlo y ver cómo resulta?

—Sí.— susurró con una sonrisa apoderándose de sus labios haciéndome sentir algo en mi estómago, como un vacío que me hacia cosquillas y me debilitaba. La abracé frunciendo el ceño.

¿De verdad llegué a este límite para proteger a una chica prácticamente extraña?

Narra Gabriela

Esto es demasiado increíble, ¡conseguí a la chica que me gusta como novia! ¡Significa que ahora es mía! ¡Ya no va a estar besando a otras!

Nos separamos y pude ver en su mirada que batallaba por saber qué hacer ahora.

Narra Jennifer

Cálida como el sol. (Yuri) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora