Capitulo 32. No digas nada.

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Valen

Y de repente pasa, todo por lo que habías apostado se pierde, se va, te deja en el frío invierno de la soledad... Nada tiene sentido, nada es para siempre, nada es eso, la nada.

El dolor, las lágrimas, el sufrimiento de la traición...

Las preguntas sin respuesta, si, sin respuesta... ¿Por qué a mi? ¿Por qué esto me pasa a mi?

¿Es mejor arriesgar y perder? O por el contrario ¿mejor no apostar y dejarse estar?

¿Me arrepiento de lo que he vivido? No lo se...

¿Me duele que se terminase así? Si, fue un sueño mientras lo vivía.. mientras sentía el amor, la pasión, los momentos perfectos de cuento de hadas... pero ya sabía desde el principio que los cuentos no son más que eso, simplemente cuentos... Sueños que al despertar te pueden matar de dolor, y una pregunta más... ¿es preferible no soñar?

Chris me ha traicionado, ha traicionado nuestro amor, ha traicionado mi confianza, mis principios, los suyos, nuestra relación, nuestro futuro y también ha dejado dolor en nuestro pasado... Ese pasado que ahora me duele más de lo que puedo admitir...

Puedo decir que tengo el orgullo herido, y cualquier mujer que pasa por una infidelidad puede admitirlo... y la que no lo admita no es sincera consigo misma, que otra mujer ocupe tu lugar en la cama de la persona que te ha robado el corazón te mata, mata tus sentimientos, tu propia alma...

Pero así es la vida, te da una de cal y otra de arena... O así lo ve mi madre, que me ha apoyado estos días infernales en mi encierro. En el encierro de la cárcel de mi habitación, de la cual el carcelero es mi propio corazón... ese mismo que se niega a latir sin su maldito dueño...

No lo maldigo, noooo... no lo maldigo, porque a pesar de todo lo amo, lo amo más que a nada en mi vida, lo amo tanto que me duele, que me mata la traición, que mi vida carece de sentido....

Hace treinta días que estoy sin Chris, los mismos que estoy encerrada... los mismos que nada tiene sentido... Se que no puedo descuidar mi carrera, pero no tengo ánimos... no tengo fuerzas.. no me queda nada...

Cada vez que pruebo bocado mi cuerpo se empeña en sacarlo fuera de nuevo, las náuseas se han convertido en parte de mi día a día, al igual que el insomnio, las pesadillas cuando mis ojos y morfeo vienen a mi... Vivo un puñetero infierno, que yo misma me he adjudicado...

¿Por qué digo eso? Simple, si no apostara tan caro al amor, si siguiera con quien si me amaba, si no arriesgara el corazón a una carta... si... Si fuese una cobarde, no estaría así...

Mi madre no puede más, lo se... por eso apenas hace unas horas me ha convencido de que me vaya, de que me aleje de los recuerdos.... y creo que al final si lo haré.....

Si, no tengo nada que perder....

Me ducho, me visto lo primero que encuentro en el armario y rebusco en mi bolso... no encuentro... tiro el contenido en la cama, aún sin hacer, y entonces veo mi teléfono.... Hace un mes que está apagado, desde que Chris me dijo “Me he acostado con otra mujer”, desde que lo miré esperando a que me dijese que era una maldita broma, pero no lo hizo... vi una lágrima cayendo por su perfecto rostro, y fue la confirmación.... Negué con la cabeza una y otra vez, incapaz de decir nada...

Siempre te he soñadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora