Capítulo 30.

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No me di cuenta de lo mucho que había llorado en la noche hasta que el sol salió y me miré en el espejo. Tenía los ojos completamente hinchados y rojos, y una enorme marca de lágrimas en mis mejillas y el cabello completamente despeinado. Me di un buen baño, que ayudó a disimular un poco mis malestares, comencé a empacar todas mis cosas con una rapidez asombrante y salí de mi habitación con mi maleta a un lado. 

   -Johnny ¿Qué estás haciendo?- me preguntó mi madre, mirando mi equipaje -Lo que le prometí a Mimi, si no puede soportar que esté aquí es mejor que me vaya- contesté -John... tu tía a veces puede ser muy severa y...-

   -¡No, mamá! ¡Ofendió todo lo que soy y todo lo que creo! No intentes disimularlo diciendo que es muy severa- 

    -Pero John ¿A donde pretendes irte? ¡No quiero que te vayas de nuevo! - mi madre comenzó a llorar desconsoladamente y se arrojó a mis brazos -Mamá, por favor... no iré a ninguna parte, solo volveré al puerto- le expliqué, acariciando su cabello -Te prometo que vendré a verte todos los días- esta asintió y secó sus lágrimas. Amaba eso de mi madre, la fortaleza con la que afrontaba las cosas. 

    Tomé el estuche de mi guitarra de nuevo y me encaminé hacia la puerta, le di un último vistazo a mi madre -Serás el mejor músico del mundo, John, yo si creo en ti- me dijo, antes de que cerrara la puerta. Mientras caminaba por las calles de Liverpool las palabras de mi madre sonaban en mi cabeza. Claro que yo sería el mejor del mundo, sería una leyenda, todo el mundo conocería mi nombre. 

    Caminé hasta la casa de Paul, donde este ya me esperaba con su bicicleta a un lado -¿Y eso?- me preguntó, mirando las maletas -Mimi se volvió loca, iré a vivir al camarote del barco- le expliqué. Este se limitó a no hacer más preguntas y ayudarme a cargar mi guitarra hasta que llegamos al puerto. -John...- me susurró Paul, cuando intentaba introducir la llave del camarote para dejar mis cosas -Dime- 

    -¿Tu tía Mimi se enojó por... Por lo nuestro?- balbuceó, comenzando a jugar con sus dedos. Giré bruscamente y lo tomé de las manos -¡Claro que no!- mentí -A veces solo se vuelve loca, además tengo 20 años, no puedo vivir con mi tía y mi mamá- comenté sarcásticamente, haciendo que Paul riera. Lo tomé entre mis brazos y lo abracé fuertemente -Yo tengo 19, y aún vivo con mi papá- comentó Paul, acariciando mi espalda. 

    -Puedes venir conmigo cuando quieras- me separé de él -La cama es bastante grande. pero eso ya lo sabes- le guiñé un ojo y este de inmediato comenzó a sonrojarse -¡Oigan tórtolos!- nos gritó George desde las maderas del puerto, aún no me agradaba en lo absoluto ese sonrisa de vampiro, especialmente porque sabía que pasaba mucho tiempo con Paul, pero solo lo toleraba porque no quería que Paul tuviera que elegir entre su mejor amigo y yo. 

   -¡Vamos ya, Ringo Starr nos espera!- volvió a gritar George con una sonrisa, Paul se separó de mi y me echó su miradita de "Hablaremos luego" y salió del barco. Me apresuré a abrir el camarote y aventé mis cosas a este, para no dejar a Paul y a sonrisa de vampiro mucho tiempo a solas. Ambos estaban hablando animádamente para cuando me uní a ellos, rápidamente tomé a Paul de cadera y lo ataje a mi. 

    Algunas personas que paseaban por el puerto nos miraron asqueadas, pero decidí ignorarlas, aunque me llevé una gran sorpresa al ver que George no había borrado su sonrisa del rostro -Se ven felices- agregó este, cuando comenzamos a caminar rumbo a Penny Lane -Oh, si, soy muy feliz con mi Paullie- agregué, haciendo énfasis en el mi. 

   -John ¿Alguna vez te conté que George tiene una obsesión platónica con Ringo Starr?- añadió Paul, ligeramente incómodo por mi actitud -¡Cállate ya, Paul! ¡Estoy muy emocionado!- y de verdad que lo parecía, a este le sudaban las manos y no dejaba de dar brinquitos, por un momento me sentí como un completo estúpido al haberme puesto celoso de su amigo, pero se vio compensado por el sentimiento de alivio al saber que a George no le atraía Paul. 

    Paul estaba sonriendo de lado, ligeramente incómodo por las miradas que la gente nos echaba al vernos caminar tan cerca, pero al demonio, que se metan en asuntos; ahora en mi mente solo sonaba la frase "Vamos a convencer a Ringo Starr".

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Wow, wow, wow!

¿Dos capítulos de GBTL en menos de dos días? ¡Eso si es todo un récord! :v 

Get back to Liverpool [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora