Theo se quedó helado en ese momento, no se movía. Tomé una bocanada de aire y apreté su mano, intentando hacer que me sintiera, que supiera que estaba a su lado y no me iría a ningún lado. Puse mi mano en su pecho y le besé la mejilla.
– Está bien. Theo, escúchame, por favor.Theo agachó la cabeza y me miró con confusión, intentando descifrar mi expresión. Con ambas manos, tomé su rostro y lo acerqué a mí.
– No pasa nada. – sonreí. – Es tu padre, no tienes por qué ponerte así, mi amor.
– ¿Qué haces aquí? – exclamó Theo aún pegado a mi rostro.
El papá de Theo se acercó a nuestra posición y admiró la escena que estaba dándose justo frente a sus narices.
– Te pido que me mires y podamos hablar de una manera civilizada, Peter. Ya no tienes 5 años, ¡por Dios! – refunfuñó lo último.
Theo me soltó y me regaló una sonrisa gentil.
– Aquí me tienes, padre. – dijo mientras se ponía justo frente a mí y me daba la espalda para encarar a su papá.
– Hijo, por favor, acepta mis disculpas y desayunemos en paz. – le pidió el hombre mientras señalaba la mesa ya llena de platillos con fruta, panqueques y muchas otras cosas más.
– Las acepto padre, pero tendremos que hablar después. – le dijo con una mirada amenazadora, de esas miradas que nadie puede pasar por alto.
Todos caminamos hacía la mesa para comenzar a tomar comida de las bandejas que se posicionaban al centro de la mesa en línea recta. Theo aún estaba algo tenso, y cada vez que escuchaba a su padre hablar de su nueva vida, me tomaba de la mano y la apretaba fuertemente mientras su mano sobaba su mandíbula en un intento de no empezar a gritar.
– Y bueno, Theo , ¿quién es esta bella dama? – preguntó el padre de Theo, mientras me guiñaba el ojo.
Theo irguió la espalda y me tomó de la mano aún más fuerte.
– Es mi novia, papá. – anunció mientras carraspeaba su garganta.
– No sé su nombre.
– ______. – intervine.
– Hm, lindo nombre... ______. – dijo asintiendo con la cabeza en modo de aprobación. – ¿Y desde cuándo están juntos?
– Cumpliremos 6 meses juntos en una semana. – anunció Theo.
– Estoy feliz de que hayas encontrado a alguien que te ame, después de todo lo que pasó con...
– No hablemos de eso, ¿quieres?
Cuando el desayuno acabó, nos ofreció que fuéramos al lago y fuéramos a dar un paseo en bote. Así lo hicimos. Al principio Theo estaba dudoso de ir pero entre Chris y Chaz lo convencieron pero Ryan no había apoyado en nada la idea de ir en bote ya que tenía problemas con eso.
Cuando nos subimos al bote, Theo me alzó en sus brazos y me sentó en la orilla que daba vista perfecta a todos los alrededores del lugar. Era perfecto.
Cerré los ojos e imploré estar haciendo lo correcto, que todo mi plan saliera como se suponía que estaba planeado y que éste bebé que llevaba dentro lo entendiera y no me juzgara por dejar a su padre. Mis poros absorbieron los rayos del sol llenándose de esa sensación cálida que emergía hasta mi última célula. Dejé que el sol se apoderara de mí y que el viento moviera mi cabello delicadamente. Me llevé las manos al vientre con cuidado y pronuncié un "te amo" mentalmente.
– ¿Qué haces? – dijo la voz chillona de Caitlin mientras se inclinaba sobre mi posición.
Me puse algo nerviosa y retiré mis manos del vientre tan rápido como pude.