El sol chocaba fuertemente contra la piel desnuda de la espalda de Theo, eso lo despertó. Igualmente el vibrar de su teléfono gracias a los varios mensajes que estaba recibiendo. Theo hizo a un lado las sábanas que le cubrían el cuerpo y finalmente decidió levantarse de un brinco. Eran las tres de la tarde y su amada no lo había contactado aún. Se rascó la nuca con preocupación y tomó el aparato electrónico para revisar los mensajes.
Uno era de la persona que él amaba, de la chica con la que soñaba.
Una sonrisa automática se dibujó en su rostro cuando vio el mensaje. ______ no estaría con él toda la semana, y eso lo hacía sentir vacío, mal, pero solo era una semana, no una eternidad. Después de esa semana, ______ sería suya y de nadie más.
"Espero que te diviertas, dulzura. Te esperaré con los brazos enormemente abiertos. Te amo para siempre", tecleó.
Cuando envió el mensaje, se vio certero de que le llegaría a ______ justo cuando bajase del avión y no tardaría en contestarlo. Tomó un respiro y se encaminó a la regadera para darse una ducha y regresar al trabajo.
Al otro lado de la ciudad, dentro de ese avión enorme con camino a Seattle, se encontraba ______. Miraba las nubes revoloteando alrededor de la máquina voladora en la que se encontraba y pidió a todo su cuerpo dejarla dormir, dejarla descansar. Recargó su cabeza en la pequeña ventanilla con forma ovalada y soltó un enorme y doloroso suspiro, se llevó las manos al vientre y sonrió para sus adentros.
Jazzy la observó encantada. Estaba segura que ______ sería una madre excelente. Su mano se extendió por el hombro de ______ haciendo que ésta volviera la vista contra ella y le sonriera de oreja a oreja.
– Todo saldrá bien, ______. – le dijo Jazzy a la morena embarazada.
______ solo le sonrió y regresó su mirada al exterior. Intentó recordar las palabras exactas que había plasmado en cada una de las cartas destinadas a las personas a las cuales no podía dejar sin ni una sola explicación. Se reclamó mentalmente por no dárselas personalmente, pero el tiempo y la cordura no habían estado de su lado durante mucho tiempo y ahora ya era tarde. Estaba a una hora exacta de llegar a su destino, de abrir las puertas de su nueva vida y tener la oportunidad de comenzar de nuevo.
...
Ashton se dio prisa para salir de su apartamento y correr a su segundo turno en el trabajo después del almuerzo. Él había preferido ir a su apartamento a acomodar algunas cosas que le habían llegado por paquetería de parte de su trabajo anterior. Había decidido dejar la escuela y dedicarse a los negocios de lleno. Le habían dado una entrevista en la compañía de Theo.
Al principio fue difícil debido a sus relaciones anteriores con ______. Theo lo fulminaba con la mirada, preguntándose cómo ______ podía llegar a querer a alguien como a Ashton, y Ashton de preguntaba lo mismo, pero al fin y al cabo, era ______ la que había elegido a Theo en vez de a él, y no le molestaba, Theo era su mejor amigo desde la primaria y sus años de amistad valían más que un pleito que ya había quedado en el pasado.
– ¡Ashton! – le gritó una voz tan conocida que lo hizo salir de su concentración al caminar.
Ashton se volvió hacía la voz y se encontró con Theo llamándolo desde su oficina. Le hizo una seña con la mano para que entrara y Ashton no tuvo de otra más que ir hacía Theo.
– Dígame. – le contestó Ashton entrando a la oficina.
– ¡Por favor, Ashton! Somos amigos hombre. No me hables así, sabes que me siento viejo cuando alguien me habla así.
Ashton soltó una risa nerviosa y suspiró por el alivio y la satisfacción que le daba saber que todo seguía como antes.
– Dime, Theo. ¿Qué pasa? – le preguntó Ashton mientras cerraba la puerta de la gran oficina de su ahora jefe y amigo.
– Siéntate, hombre.
Ashton le hizo caso y se sentó en la silla enorme de cuero que se posaba frente al escritorio de caoba.
– Me gustaría hacerte una oferta. – empezó a decir Theo. – Quiero expandir el negocio, pero para eso necesito de alguien que visite diferentes empresas alrededor de los Estados Unidos. Tú serás mi asignado para convencer a los dueños de esas empresas a unirse a nosotros, ¿me entiendes? – Theo se puso la mano en la barbilla y sonrió de lado.
– ¿Me estás jodiendo acaso? – musitó Ashton emocionado. – Ni siquiera lo preguntes. Estoy dentro.
Theo rió contento y se inclinó sobre el escritorio.
– Me alegra saber que contaré contigo, Ashton. Te pagaré muy bien, y creo que lo disfrutarás. Tendrás la oportunidad de viajar muchísimo.
– Eso que ni se dude. Sabes lo mucho que disfruto conocer diferentes lugares y todo ese rollo.
– Por eso fuiste al único que consideré para este trabajo, Rob.
Ashton dibujó una sonrisa melancólica y recordó a la novia moribunda de Theo.
– Solo ella te decía así. – recordó Theo.
Ashton solo asintió con la cabeza y bajó la mirada al recordar lo desastroso que se veía Theo cuando se había enterado que Jennifer, su novia, tenía cáncer y solo tenía meses de vida. Lo había apoyado en cada momento, lo había acompañado al hospital durante meses solo para ver al entonces amor de jóvenes que tenía, Ashton lo había acompañado el mismísimo día que Jennifer y Theo estaban planeando casarse, pero que nunca se dio, porque Jennifer murió ese mismo día.
Jennifer había muerto de la manera más triste e injusta.
– Tú terminaste su labor, Theo.
– Nunca nos dejó, Ashton. A veces, cuando estoy con ______, puedo sentirla, puedo recordarla y no odiarla. ______ me recuerda mucho a su fortaleza.
– ______ es una chica estupenda, Theo, no lo niego, pero es una chiquilla. No puedes arriesgarte a perderlo todo por ella...
– Sería capaz de dejar todo esto por ella, Ash. – aseguró Theo con decencia.
Ashton lo miró aturdido. No soportaba verlo enamorado de nuevo. Tenía miedo de volver a verlo destrozado.
– Ella irá a la universidad, Theo.
– ¡Lo sé, Ashton! – exclamó Theo llevándose las manos al rostro. – ¿Crees que no me doy cuenta que me he metido con una chiquilla? Sé que la perderé y que estoy locamente enamorado de ella, ni siquiera sentí esto con Jennifer. Tengo miedo, Ashton, pero confío en ella, confío en que siempre encontraremos el camino de regreso y que pase lo que pase, venga lo que venga, estaremos juntos en mente y alma. – replicó Theo con la mirada fija en los ojos de su amigo.
– Theo...
– Sé que me aprecias, hombre, somos amigos desde la primaria, nuestras familias han estado juntas desde hace muchísimo tiempo. Sé que te preocupas por mí, y aprecio todo eso, pero la amo, Ashton. La amo como jamás había amado a nadie.
– Solo no quiero verte hacer el mismo error que con Jennifer.
– Te juro que no lo haré.
La plática entre Ashton y Theo concluyó con un apretón de manos seguido de un abrazo caluroso y duro, de esos que solo los hombres lograban llevar a cabo.
Unas horas más tarde, Theo salió de su oficina para ir a su auto y conducir a casa, donde lo esperaba su madre y también sus amigos. Tenía que enfrentarse con el peso de las supersticiones de Ruth de nuevo.
Manejó por unos minutos hacía el norte, pero se desvió en la avenida que lo llevaría a su departamento. Quería recordar a ______ esa noche, sentirla mentalmente, oler su aroma que había quedado impregnado en las sábanas de su cama. Quería dormir esa noche con ella en mente, quería guardarla para siempre en su memoria, quería respaldar su ausencia con ese aroma fresco y dulce que dejaba su presencia. No la tendría una semana y eso lo hacía sentir altamente vacío. Tenía que buscar una manera de sentirla cerca de él aunque físicamente no estuviera.
En menos de un minuto, Theo ya se encontraba en su apartamento, cogiendo la sábana entre sus manos y absorbiendo el olor que había dejado ______ la noche anterior. Cerró los ojos y se la imaginó ahí, junto a él, imaginó su cuerpo frente al suyo, la pudo sentir por una fracción de segundo y llenarse de esa sensación tan reconfortante que le daba su presencia mental.
– Te amo. – susurró con ternura mientras se levantaba de la cama y salía de la habitación.
Sonrió tenuemente y sintió un vuelco al corazón. Era hora de marcharse antes de que Cathie comenzara a llamarle.
Ashton llegó a su apartamento, dejó las llaves de su auto en la mesita de madera que estaba a un lado de la puerta y cuando dio un paso hacia adelante, notó algo raramente fuera de lugar. Estaba pisando un bulto de papel. Se agachó para levantarlo y leer las palabras: "Para Ashton" remarcadas con tinta negra al frente de ese sobre blanco. Lo sostuvo durante un instante entre sus manos, dudando en abrirlo, pero al final se dirigió a la cocina donde tenía una lamparita y comenzó a abrirla cuidadosamente.
Comenzó a leer:
"Hola, Ashton, soy yo, ______. Lamento muchísimo hablar contigo por este medio y en estas circunstancias. Seguramente estarás preguntándote por qué una chica del siglo veintiuno escribe cartas cuando existen los textos, pero mi abuela siempre dijo que los sentimientos siempre quedan mejor plasmados en un pedacito de papel. Supongo que para cuando estés leyendo esta carta, yo estaré muy muy lejos. Solo quiero decirte una cosa. No te alarmes, yo estoy bien. Me aceptaron en la universidad a la que siempre soñé con ir y estoy en camino para allá, no sin antes despedirme de ti y de todos mis seres queridos.
Quería agradecerte por todo, por tus enseñanzas como profesor y también como amigo. Recuerdo mucho tus besos, había noches antes de salir con Theo en donde me pasaba las horas recorriendo mis labios intentando rehacer la sensación que dejaban tus labios en los míos. Intentaba concentrarme en la cálida sensación de ellos sobre los míos, de tus manos acariciándome y recorriendo cada parte de mí, llenándome de calidez y fortaleza. Recuerdo cada aspecto que me llevó a quererte de una manera fugaz e inmediata. Lo sigo haciendo, créeme.
Estoy camino a una ciudad completamente alejada de ti, de Theo, de todos. Nadie lo sabe más que las personas que vinieron conmigo y la cosa es que estoy decidida a dejar todo mi pasado en donde se merece estar: en el pasado. No pienso dar vuelta a la página de nuevo para releer el capítulo anterior. No necesito de eso.
No volveré, Ashton. No quiero que le digas a nadie, y no te preocupes por Theo, lo sabrá tan pronto como pueda. No puedes hacer nada para impedir que me vaya, nadie puede hacerlo. Te extrañaré toda la vida. Fuiste una persona realmente importante en mi vida y siempre lo serás, pero esto es tan necesario como respirar.
No pienses que soy egoísta al dejar a todos sin nada más que una carta, porque, tal vez tengas razón, pero tengo mis justificaciones para irme y para no volver jamás.
Te quiero, Ash.
Recuérdame como siempre te gusté, como siempre me viste, como cuando me viste la primera vez en el salón de clases, que llevaba una playera de los Rolling Stones y una chaqueta de cuero con el cabello recogido y unos jeans tan ajustados que te incitaron a mirar. Recuérdame siempre así, como la chica que te enamoró, como la chica a la que pudiste conquistar y hacer que te quisiera. Recuérdame cómo quieres recordarme, no como la chica egoísta que quedará para siempre plasmada en este pedazo de papel, no como la cobarde que prefirió huir. No me recuerdes así. Recuérdame por mis logros y no por mis fracasos.
Porque de eso se trata este viaje.
Hasta siempre, Ash.
Te quiere,
______."
Ashton soltó una lágrima y quedó estupefacto. ______ se había ido. Ya era tarde.