El caballero en su corcel negro

15.8K 1K 59
                                    

-Solo yo me enfermo el primer día de clases, genial, simplemente genial.

- ¿Te encuentras bien? - Me sobresalto la voz de un chico que se encontraba a mis espaldas. Miro sobre mi hombro y para mi sorpresa es Alexander.

-Eh, si estoy bien- Le digo y me subo la capucha para que no note que estoy sudando frío.

- Yo creo que no.

-Pues crees mal.

- ¿Así? - Me dice deteniéndose delante de mí y me quita la capucha- ¿Y por qué estas tan pálida?

-Yo normalmente estoy pálida- Le digo con un tono sarcástico. - Mejor me voy. - Me estaba dirigiendo hacia la salida del estacionamiento, de repente de he mareado y casi caigo al suelo si no fuese por unos brazos que me rodeaban para evitar mi caída.

-Ok, Anastasia ya me has preocupado, te voy a llevar al hospital- Mi dijo volviéndome hacia él.

-Ahora te vas a pasar por un caballero de brillante armadura, que rescata a una damisela en peligro, buen comienzo para tu primer día aquí. Pero te aconsejo, es mejor que te alejes de mi si quieres tener "amigos"- Le digo

-Deja el sarcasmo para después, vamos te llevo al hospital no te ves nada bien. A demás no puedo permitir que mi pareja de estudio se enferme o ¿sí?

-Si te digo que si ¿me dejaras tranquila?

-Puede ser, vamos- Me toma del brazo y me dirige hacia su auto. Ok el chico sí que tiene buen gusto y me gusta su Jeep negro.

-Entonces el caballero de brillante armadura guía a la chica en apuros hacia su hermoso corcel negro. Eso funcionaria para una novela- Le digo

- ¡Oh y para el trabajo puedo colocar que mi compañera de estudio le encanta el sarcasmo!

Entramos en el auto y nos dirigimos hacia el hospital.

Siento como mis párpados se cierran.

Estoy parada al frente de un grupo de personas con capas, comienzo a caminar hacia ellos y veo un trono, al acercarme a él, todas las personas se inclinan ante mí.

-Es hora mi reina- Me dice una voz detrás de mi

-Anastasia llegamos despierta- Despertar sobresaltada y desorientada era la cosa que más odiaba, y que me ocurría muy seguido- Tranquila soy yo.

-Lo siento.

-Bien, llegamos vamos a que te revisen- Me dice y nos bajamos del auto para cuando me dirijo hacia el hospital de pronto todo se vuelve negro.

- ¿Como esta?

-La doctora dice que tiene anemia

-No ha comido muy bien últimamente, es increíble que no lo notáramos

Escuché a unas personas hablando, pero no pude distinguir quienes eran, intente abrir los ojos pero no pude de nuevo me perdí en la oscuridad.

Abro mis ojos, la luz me molesta, al moverme parar poder sentarme veo a Alexander sentado a un lado de la cama.

-Anastasia, ¿cómo te sientes?

-Un poco mareada y la luz me molesta ¿qué hora es?

-8:35, la doctora dijo - Alexander fue interrumpido por dos hombres que entraron en la habitación

-Hermanita, estas despierta- Mi hermano se lanzó directamente a mí para darme un fuerte abrazo

-Diego, me asfixias, mucha demostración de afecto

-¡Hay por favor! es lo menos que puedo hacer después de recibir una llamada de un extraño diciéndome que mi hermana se había desmayado y que está en el hospital.

-Sí, sí. -De nuevo esa extraña sensación.

-¿Estas bien hermana?- Me pregunto Diego preocupado

-Es.... estoy bien, solo me quiero ir de este lugar- En ese instante me percate de que Alexander no estaba en la habitación.

-La doctora dijo que hoy mismo te puedes ir a casa- Dijo mi tío Ángel

La doctora entro a la habitación, me examino, dijo que necesitaba comer bien, tomar unas pastillas y me quito el suero. Hasta que por fin me podía ir a casa.

Luego de haber firmado algunos papeles vamos hacia el estacionamiento, mi hermano me lleva del brazo ya que todavía estoy un poco mareada por el antibiótico, al llegar al auto siento la presencia de alguien que me vigila y de nuevo esa extraña sensación, volteo hacia los lados para verificar hay alguien en el estacionamiento.

-Estoy segura de que alguien me está vigilando.- Digo en un susurro

-¿Dijiste algo Ana?- Me pregunta Diego

-No, nada- Digo sin apartar la mirada de donde creo que hay alguien

Por fin en casa, iba directo a mi habitación cuando Diego me detiene.

-Ven tienes que comer algo, la doctora dijo que no te dejáramos dormir si nos has comido- Me dice en tono autoritario.

-Solo quiero llegar a mi cama, tengo sueño, esos antibióticos me pusieron débil además...

-A demás nada vamos a la cocina.

-Pero no.

-Nada vamos- ¡Hay en ocasiones me provoca estrangularlo

-Jajajajajajaja, ustedes dos me recuerdan a su madre y a mí a su edad- Dice mi tío melancólico

-¿En serio?- Le pregunto mientras Diego me lleva a la cocina

-Si

Mi hermano me preparo una pasta a la boloñesa muy buena, y debo admitir que si tenía apetito, comí todo lo que me había servido y me iba para mi habitación cuando llamaron a la puerta.

-¡Yo voy!- Les dije desde el recibidor a mi tío y a Diego. Al acercarme sentí esa sensación extraña y esta vez que congele, sentí que algo malo iba a pasar, algo, muy malo.

De nuevo tocaron la puerta, me acerque para abrirla, y para mi mayor sorpresa era él.

NocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora