Larga vida a la reina

11.7K 803 10
                                    

- ¡A ver si entiendo! ¿la, la de la pintura soy yo? - Elena sonríe y asiente

-Lo eres o mejor dicho tu vida anterior. - Se acercó y miro la pintura. - A ella la conocí la primera vez que vino aquí, días antes de su transformación a lobo, era muy hermosa, todos nos encariñamos con ella.

No sabía que hacer estaba embelesada escuchando a Elena hablar dela reina, mire de nuevo la pintura, algo había cambiado, los hombres que estaban a los lados de la reina estaban arrodillados. - ¿En qué momento? pero si ellos están de pie.

-La pintura cuenta su historia, y por lo que veo tú la puedes ver, si eres tú, nadie más ha podido ver la historia que contiene la pintura, .Alexander sal de allí no te tienes que esconder.- Mire hacia la puerta y vi como aparecía Alex ¿cuánto tiempo llevaba allí?, se había cambiado ahora no llevaba jeans sino pantalones de cuero, camisa negra y estaba descalzo.

-Elena.

- ¿Está todo listo? - Elena le pregunto a Alex, este asintió. - Bien, hay que comenzar antes de que lleguen al claro.- Camino hacia el costado derecho de la habitación, vi como abría una puerta y saco algo pero no pude ver que era.

No sabía que Alex había salido de la habitación, cuando volvió tenía un vestido en sus manos.

-An tienes que ponerte esto. - Me lo entrego, mire Elena luego a él, estaba confundida. Tome aire, ya no podía más, tenía que hacer lo que ellos decían, pero ya no.

-Me van a explicar de una buena vez que me va a pasar, porque sé que los dos me están escondiendo algo y eso me molesta. - Los mire furiosa.

-Vas a morir. - Escuche la voz de mi padre en la puerta. - Elena vio tu muerte, vio que los lobos te mataban de la peor manera, no lo voy a permitir. - Vi lágrimas en sus ojos.

-Y que pretenden hacer para que no muera ¿encerrarme?

-Esa era mi idea, pero no me dejaron. - Dijo Alex

-La solución es convertirte en un vampiro antes de que los lobos lleguen. - Elena miraba a mi padre

-Pero. -Dije esperando a que Elena o mi padre respondieran, fue Alex quien respondió.

-Es posible que si te convertimos tu cuerpo no lo soporte. - Lo interrumpí

- ¿Y cómo me transformaría?

-Tienes que beber la sangre de un vampiro fuerte en tus últimos suspiros de vida. -Un escalofrió recorrió mi espalda.

-Entonces alguien tiene que beber de mi sangre, luego él o ella me da de su sangre y solo tienen que esperar a ver si mi cuerpo resiste ¿se volvieron locos?, es de mi vida de la que hablan. -Los mire. - No lo voy a permitir

-No dejare que muera. - Dijo mi padre

-Esa no es decisión tuya.

- ¡Y tampoco tuya! - Alex grito. - ¿No te has puesto a pensar como nos sentimos nosotros de saber que vas a morir?, tu padre no tendría razón para seguir gobernándonos, mataran a Neal por traicionar a la manada, y yo me iría al infierno por no salvarte. - Las últimas palabras me dolieron.

-Claro que lo pensé, pero yo no decidí ser lo que soy. -Alex me interrumpió

-Lo siento señor. - ¿Qué? ¿acaso va a beber toda mi sangre hasta el borde de la muerte? Vi como Alex se abalanzó sobre mí, pensé que bebería de mi sangre, pero no fue así, él había colocado su muñeca en mi boca obligándome a beber de su sangre. Se alejó de mí. - Te lo dije por iré hasta el mismísimo infierno. - Y sin más salió de la habitación, Neal llego y nos miró algo confundido.

-Están en el claro, quieren a Anastasia, ya.

Mi padre se fue molesto, Neal estaba triste, mire a Elena, luego a la pintura.

-Elena, no permitas que mi padre, ni Alex vayan al claro hasta el amanecer, por favor. - Una lágrima corrió por mi mejilla. - Elena asintió, camine hacia Neal

-Vamos, no los hagamos esperar.

Neal y yo caminamos hacia el claro en el que había pasado mi transición a lobo, en el medio del claro había diez hombres.

-Solo estos son un tercio de los lobos más fuertes de la manada. - Alentador Neal como siempre, camine hacia los lobos, todos me miraban, eso me pone muy nerviosa, uno de los lobos se acercó a mí y me rodeo examinándome.

-Así que tú eres la híbrida, no eres la gran cosa. - Tomo un mechón de mi cabello y lo olio. - Así que, te tengo que matar, tu presencia evita que siga ocupando el puesto de alfa y tú eres un estorbo.

-Te aseguro no era mi intención molestarte. - Lo mire. - Alfa

-Niña, no sabes con quien te metes.

-Y no me importa. - Trataba de aparentar ser fría eso permitiría que no viese mi temor.

Todo sucedió muy rápido el alfa de la manada (del cual no sabía su nombre) me ataco evite cada golpe que me daba, así fue por un rato, al ver que en su forma humana no podía hacer nada se transformó en un gran lobo ¡esto tiene que ser una broma! de milagro lograba esquivar y darle un golpe, pero con el transformado no tenía salvación ya que no podía transformarme, porque según Neal para los nuevos solo era posible transformarse en luna llena. El lobo me ataco, una y otra vez, por un descuido mordió mi pierna, grite del dolor, ahora era imposible que corriera con la pierna lastimada, araño mi espalda, mordió mis brazos, ya no podía más, estaba perdiendo mucha sangre, deje de luchar, me resigne, me tendí en el suelo boca arriba, mirando el cielo.

-Ya no puedo más mi cuerpo no responde, ya no quiero luchar. - Una sonrisa apareció en mi rostro. - Termina lo que has venido hacer. - Miré a Neal, luego el lobo y le asentí, lo vi acercarse a mí, en ese instante todo se volvió oscuro.

Desperté en una habitación iluminada por el fuego de unas velas, miré mi alrededor y pude recordar donde estaba, la habitación del cuadro, me senté, vi que llevaba un sencillo vestido blanco ¿qué me había pasado? me levante y recorrí toda la habitación, tenía ganas de caminar por ella, el recuerdo del claro vino a mí, recordé lo que me paso, había muerto ¿pero cómo es que estoy viva?, quien sabe, me detuve frente a la pintura, me agache y empuje una pequeña piedra del piso la cual permito que se abriera una pequeña puerta que estaba debajo de la pintura ¿cómo supe que eso estaba allí?, no lo sé. Saque una caja que estaba detrás de la pequeña puesta, en la caja había ropa, un hermoso vestido negro de mangas largas un velo, zapatos a juego y una corona todo allí era negro. Me puse el vestido, zapatos, velo y corona. Ahora sabía que pasaba, había muerto y me convertí en un vampiro, salí de la habitación de inmediato supe que no había nadie en la casa, con solo inhalar supe dónde estaban.

En un dos por tres estaba al borde del claro, allí estaban los lobos y los vampiros y al parecer estaban discutiendo, sonreí, quería caminar poco a poco hacia donde ellos estaban, pero se percatarían de mi parecencia de inmediato, así que con mi velocidad me pare delante de ellos.

-Hay que ver que desaparezco unos minutos y ya se están matando. - Todos se congelaron al escuchar mi voz, me vieron, sus ojos se abrieron como platos.

-An. - Alex fue el primero en hablar, los demás se quedaron en silencio, sonrió y les digo.

-Larga vida a la reina.

NocturnosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora