Perdida

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Al llegar al salón del trono vi como Víctor sujetaba a Dean del cuello de su camisa. Hice que todos sintieran mi presencia.

-Te aconsejo que lo sueltes sino en este mismo instante te arranco el corazón. - El ambiente en la habitación se puso pesado, escuche un pequeño susurro de Alex.

-Anastasia.

-Parece que hubiesen visto un fantasma. - Víctor soltó a Dean, este se detuvo frente a mí.

-Mamá esta casa es inmensa. - Tan solo Dean al terminar de pronunciar esas palabras todos me gritaron.

- ¿Que?

-Dios, me van reventar los tímpanos.

-Ani explícame ¿por qué te dijo mamá? - Ignore a mi padre.

-Se puede saber ¿por qué te le escapaste a Erin?

-Quería ver bien la casa.

-Y te metiste en problemas y Víctor casi te mata.

-Lo siento, pero es que la tía Erin no me quería mostrar el lugar. - Puso su cara de perrito regañado. Negué con la cabeza, me acerque a mi padre y lo abrace.

-Hola. - Me respondió el abrazo.

- ¿Dónde estuviste todo este tiempo? - Me separe un poco de él.

-Si me quedaba, podría haberles pasado algo malo por mi culpa.

-Ani.

-Lo que paso ese día, ese día perdí el control y no era la primera vez que pasaba. - Sentí que Alex se había ido.

-Tienes que ir a hablar con él, la ha pasado muy mal desde que te fuiste.

-Lo sé. - Me voltee a Dean. - Dean ven acá. - Al llegar a mi lado mire a mi padre. - Él es Dean mi hijo, yo lo adopte, uno de los vampiros que estaba bajo las ordenes de Víctor lo quería matar, así que yo lo salve.

-Me imagino que lo mataste. - Dijo Víctor.

-No, ahora trabaja para mí, no soy tan desalmada como tú. - Mire a Dean. - Quédate con Ian, ya vuelvo. - Le dije señalando a mi padre, cuando el asintió salí de la habitación en busca de Alex.

Alex no estaba en la casa, así que no me moleste en salir a buscarlo, fui al jardín, estaba totalmente cambiado, lo único que no cambio era un árbol que marcaba el inicio del bosque, me subí a una de las ramas más altas, me senté allí, de inmediato mi mirada se perdió en la nada, cuando reaccione ya estaba anocheciendo, revise mi celular tenia treinta llamadas perdidas de Erin ¿cómo es posible que no haya escuchado la música de las llamadas? no quería bajar, por lo menos aún no.

- ¿No vas a bajar nunca? - La voz de Dean me sobre salto. Baje de un salto. - Te preocupa algo, te conozco.

-No es nada.

-Claro que, si es algo, desde que llegamos a la ciudad te quedas mirando a la nada.

-No quería volver, pero tenía que hacerlo. - Dean se acercó a mí y me abrazo, sonreí cuando lo hizo, cualquiera que nos vea de verdad pensara que él es mi hijo biológico, aparte que su cabello, ojos y piel son iguales a los míos. - Nos vamos al hotel o nos quedamos aquí.

-Quedémonos, es entretenido ver a vampiros y lobos convivir.

-Ni te imaginas como era esta casa cuando estaba aquí. - Entramos a la casa, allí pude hablar con mi hermano y mi tío durante un rato, comimos, mi padre nos mostró la casa ya que con su remodelación para mí todo era nuevo, lo único que no cambio fue el salón de la reina, no quise entrar, no estaba de ánimos, me dieron mi antigua habitación y a Dean le dieron la de al lado, Erin y Armand trajeron las maletas.

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