Nocturnos

Propuesta

Sentí los débiles latidos de su corazón en mi mano, mire sus ojos llenos de terror por lo que he hecho y sinceramente no me importa.

-Anastasia. - Elena entra al salón. Víctor comienza a reír. - No lo puedes matar.

- ¿Que? - Sentí mucho dolor en mi pecho ¡no puede ser! - ¡Maldito bastardo, me pusiste un hechizo, has amarrado mi vida a la tuya!

-Sí, necesitaba un seguro.

-Elena - Me miro. - Has lo mismo que hiciste en la habitación del cuadro, pero que no se muevan de donde están. - Ella asiente.

- ¿Qué? An no

- ¿Hermana que haces?

- ¿Qué vas a ganar con retenerlo allí?

-Tiempo. -Se ríe. - ¿De qué te ríes?

-De que ni tu sabes quién eres. - Me sorprendió lo que me dijo. - Ninguno de ellos lo sabe.

-Yo soy Anastasia Bane, hija de Ian Bane rey de los vampiros, soy Hija de Elizabeth Collins, yo soy una hibrida. - Al decir lo último le arranque el corazón. - Y tu estas muerto

Todos gritaban mi nombre.

-Elena quita el hechizo. - Escuché a mi padre, en ese momento ya no había nada más que hacer, mis piernas se doblaron, mi cuerpo iba directo al piso y lo último que vi fueron los ojos verdes de Alex.

Me desperté desorientada, no sabía dónde me encontraba, estaba acostada en el césped, me siento para ver mejor el lugar donde me encuentro, iba vestida con un vestido blanco, mi cabello estaba suelto, me fije bien en donde me encontraba, era un jardín, me levanto y comienzo a caminar. Había una mujer sentada en un banco, llevaba un vestido parecido al mío, reconocía la mujer en el instante que volteo a verme.

-Mamá. - Sonrió, ella se levanta y extiende sus brazos y yo corro hacia ella para abrazarla. - Mamá, mamá.

-Anastasia, mi niña. - Me da un beso en la mejilla. - Tu no deberías de estar aquí. - Recordé lo que paso, mate a Víctor y al hacerlo yo también morí.

-No importa, lo importante es que todos están bien. - Hablo aún en los brazos de mi madre.

-Ellos no están bien, no sin ti.

- ¿A qué te refieres?

-Tu padre, Ángel, tu hermano y como olvidar a ese muchacho tan guapo.

-Alex

-Sí, ellos te extrañan y están esperando que despiertes, pero tú no lo quieres hacer, piensas que están mejor sin ti, pero no es así, tu Anastasia diste tu propia vida para salvar a los demás y eso no es cualquier cosa.

-Mamá ¿sabías que te extrañado tanto? - Me separe de ella.

-Si. - Arrugo la nariz. - Lo sé, bueno es hora de volver, alguien te está esperando. - Mira al cielo. - ¿Anastasia? - La miro.

- ¿Si?

-Te quiero

Abro mis ojos lentamente, me quejo, mi cabeza duele al igual que mi cuerpo, mi boca esta seca y tengo hambre, miro hacia los lados y veo que estoy en el salón del trono tirada en el piso, veo el cuerpo de Víctor, un escalofrió recorrió mi cuerpo, me percato de que no hay nadie en el salón ¿Dónde están todos?

Trato de levantarme, pero mi cuerpo duele mucho, respiro profundo y me siento, aprieto mis manos para no gritar por el dolor, como nadie está en el salón me concentro para tratar de localizarlos, algo que me enseño Katherine es como sentir la presencia de un vampiro y me funciono, no había nadie en la casa, volví a respirar profundo para ponerme de pie, retuve las ganas de gritar al levantarme. Me fije que las ventanas estaban más destrozadas de lo que recuerdo.