Nocturnos

Celos, una bomba de tiempo.

-¡¿Dónde está Alex?!

- ¿Y tú por qué quieres saber de Alex? - Me pregunto una chica pelirroja.

- ¿Quién eres?

-Soy la novia de Alex...- ¿novia? ahora sí que lo mato.

-Querrás decir ex novia. - Dijo una chica blanca de cabello castaño. – Discúlpala, todavía no lo supera. Mi nombre es Luci, hermana de Alex.

-Un gusto, pero alguien puede decirme ¿dónde está? - Todos guardan silencio y eso me molesta. - O me dicen o salgo a buscarlo arriesgándome a que Víctor me encuentre y me lleve de nuevo.

-El día que te fuiste con Víctor para salvar a Alex, quedo muy herido, quería ir a buscarte sin importarle como estuviese, pero no se lo permitimos, se descontrolo y nos atacó a todos fue muy difícil detenerlo, sino hubiese sido por Elena no estaríamos aquí. - Dijo Neal.

-No puedo ser ¿dónde está?

-En la habitación del cuadro de la reina. - Sin pensarlo corrí hacia la habitación. Al llegar vi a Alex de rodillas y encadenado, comencé a acercarme, pero me detuvieron.

-No te acerques. - Dijo mi hermano. No escucha ni ve a nadie, por eso esta encadenado.

-Suéltame, él no me hará nada.

-No te puedes acercar, te atacara. - Dijo Luci

- ¿Cómo lo saben?

-Yo intente hablar con él, calmarlo, pero me ataco. - Mi hermano no me soltaba, las lágrimas caían por mis mejillas.

-Déjenla, ella sabe lo que hace. - Dijo Elena, mi hermano dudo en soltarme, pero al final lo hizo. - Ten cuidado, cuando un vampiro siente odio es peligroso, pero si siente celos es una bomba a punto de estallar. - Comencé a acercarme a Alex, de inmediato reacciono a mi presencia.

-Alexander. - Salto para atacarme, pero las cadenas no le permitieron acercar ce a mí. Di un paso atrás, escuché la risa de la ex de Alex. - Elena, suéltalo.

-Pero Ana, te atacara. -Dijo mi hermano.

- ¡He dicho que lo suelten! - No movieron ni un musculo. - Bien lo hago yo entonces.

- ¡Alto, no, Elena has lo que dice! - Dijo mi padre. Elena camino hacia mí.

-Sé que eres una bruja, por favor coloca una barrera o un campo, no sé lo que sea para que el no salga. - Elena asintió.

-Ten cuidado. - Soltó las cadenas, y salió de la habitación, todos estaban al pendiente de cualquier movimiento que hiciera Alex.

-Alexander, ¿estás bien? - No me respondió, solo estaba allí parado. No lo soporte más y le grite. - ¡ALEX! - Reacciono y me gruño, sus ojos estaban rojos. No era él. Le di una cachetada. - A mí no me gruñas ¿quién te crees que eres?, reacciona de una buena vez imbécil. - Escuche como mi hermano no podía contener la risa.

- ¿An? - Me miro, sus ojos volvieron a ese color verde que me encantaba, comenzó a respirar pesadamente. - An, An, An. - Y me abrazo. - Mi princesa, An. - Estaba ¿feliz?

-Alex, no respiro, aire, aire. - Me soltó.

- ¿Cómo es que estas aquí? te vi marcharte.

- ¿Y tú creías que me iba a quedar con él? jamás. - Me sonrió y me beso, me rodeo la cintura con sus brazos. - ¡Se siente tan bien estar en los brazos de Alex! - ¡Hola!

-Hola, momento ¿cómo volviste?

-Me escape.

- ¿QUE? -Todos gritaron a la ves