Peleas y compromisos

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Sentí una presencia de alguien que me observaba, esa presencia me alejaba más y más de mi sueño. Sentí como el colchón se hundía a mi lado, mientras que un rico olor a cítrico inundaba mi nariz, de inmediato supe que era Alex, paso su brazo bajo mi cabeza y coloco su mano en mi cintura.

- ¿Qué haces aquí? - Le pregunte mientras me acercaba más a él.

-Traté de dormir, pero no pude. - Me susurro. Sonreí.

-Y como no tenías. -Bostece. - Más nada que hacer has venido a despertarme.

-No quería despertarte, quería verte dormir.

-Pues. -Otro bostezo. - Tu plan fallo. - Abrí mis ojos, Alex me estaba sonriendo, pero se le notaba que estaba preocupado. - ¿Qué pasa? y no me digas que nada porque no te voy a creer.

-Estoy preocupado por lo que dijo eses hechicero, de que Víctor este vivo y venga por ti.

-Nada me va a pasar, recuerda que le arranque el corazón una vez puedo hacerlo de nuevo. - Me acerque y lo bese. - Se cómo defenderme.

- ¿Por qué será que no te creo?

-Cállate y duerme. - Coloqué mi cabeza en el pecho de Alex y caí de inmediato en un profundo sueño.

Me desperté por un calor que me rodeaba, al abrir mis ojos vía a Alex, tenía sus piernas enredadas en las mías, su cuerpo casi cubría el mío, tenía su cara escondida en mi cuello, su respiración me hacía cosquillas. Trate de conciliar de nuevo el sueño, pero me fue imposible ya que no me sentía cansada. No me quería mover para no despertarlo ya que no dormía muy seguido y menos así de profundo. Comencé a jugar con su cabello tratando de no despertarlo.

-Si voy a despertar así todos los días me voy a volver un mal criado. - La voz de Alex me sobresalto, pensaba que estaba dormido.

-Pensé que dormías.

-Lo hacía hasta que despertaste. - Todavía tenía su cara escondía en mi cuello. - ¿Desayuno?

-Claro. - Nos levantamos, él fue a ducharse, yo hice lo mismo. Nos encontramos en la cocina y desayunamos.

Pasamos toda la mañana juntos hasta que llego alguien sin avisar. Estábamos en el jardín, Alex trataba de besarme y yo solo lo golpeaba levemente.

-An deja de golpearme, solo quiero darte un beso pequeñito.

- ¡Vaya veo que Ana aún te da golpizas, pagaría lo que fuera por verlo! - Dirigí mi mirada hacia la voz de una mujer, una que conocía muy bien.

- ¡Mia! - Salí corriendo para abrazarla. - Cuando volviste.

-Llegue hoy, te ves genial.

-Igual tú.

- ¿Y para mí no hay un hola?

-Hola Alex. - Alex iba a decir algo, pero lo detuve.

-No digas "solo eso vas a decirme", tú le dijiste que te dijera hola.

-Ana todavía sigue siendo la misma. - Mia y yo pasamos mucho rato juntas me hacía falta hablar con ella de vez en cuando, me dijo que se había enterado de mi transformación el lobo y luego en vampiro, la muerte de Víctor y todo lo demás. Después de tanto hablar a Mia se le ocurrió una idea.

-Vamos a ponerte hermosa.

- ¿De qué hablas? - Comenzamos a camina hacia mi habitación. Diego paso corriendo por nuestro lado. - Diego ¿qué te pasa? ¿por qué tanta prisa?

-Atacaron a varios lobos hermana.

- ¿Qué? ¿cuándo paso?

-Hace unas horas, tengo que avisarle a papá. - Asentí y lo seguí a la oficina de papá, que estaba concentrado en unos papeles.

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