Recuerda...

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Juan se quedó estupefacto, no supo ni cómo reaccionar. Ella debía estar confundida, era el efecto secundario de coma. Volvería en sí, solo tenía que darle tiempo

–Carmen...s-soy Juan. Juan...

Carmen lo miró con la misma mirada inocente y ojos libres de cualquier recuerdo posible. Juan jamás la vio con una mirada similar hacia él. Sin odio, sin rencor, y lo más aterrador y a la vez hermoso, sin nigún rastro de dolor. Era tan hermoso de ver, pero al mismo tiempo tan aterradora. Era ella pero sin ser ella. ¿Es posible de explicarlo de mejor manera? Creo que no, pensó Juan. Ella negó con la cabeza y sonrió nerviosamente.

–No. Emm...¿Eres mi novio? 

Juan se rió a pesar de la situación, que no era nada graciosa.

–No. Ni de cerca.– dijo con una voz  falsamente bromista; ella no notó la tristeza escondida en ella.

–Ah. Qué pena, ¿no? Digo, eres muy guapo.– dijo con voz tímida.

Juan abrió sus ojos de par en par, definitivamente ella no recordaba nada. Carmen diciéndole que era muy guapo, qué chiste del destino.

–Carmen...trata de recordar. Cualquier cosa.

Ella se enfocó en sus dedos pálidos y delgados, estaba intentando recordar. Cerró los ojos y Juan vio cómo ella se esforzaba cada vez más y más. En un gesto de frustración ella abrió los ojos y le miró.

–No. No puedo recordar nada. Ni siquiera que me llamo Carmen, supongo que es mi nombre porque me llamas así.

–Sí, te llamas Carmen.– Juan no podía creérselo.

–Si no...eres mi novio. Entonces...¿Quién eres?

Juan no supo qué responderle. Cómo decir a la mujer que amas que fuiste un desgraciado que arruinó parte de su vida, la apartaste del hombre que amaba y hasta quizás tuviste la culpa de forma indirecta de que ella perdiera a su bebé. Cómo se lo dices. No podía hacerlo y en el fondo sabía que simplemente no quería hacerlo. La mirada de Carmen hacia él era tan inocente, tan pura, lo miraba como si fuera un hombre bueno, que no era capaz de hacer daño a nadie. Y lo más importante, ella estaba tranquila. Sin recuerdos pertubadores de su vida que borraran cualquier intento de sonrisa feliz que intentase asomar en su rostro. Esos recuerdos tan grises que le pesasen como cadenas de hierro.

Ella estaba feliz en esa nube blanca de recuerdos. 

Así que en cambio dijo –Soy...un viejo amigo.


En ese instante entró Sandra y al ver a Carmen despierta, hizo caso omiso a la presencia de Juan y se acercó a ella. Estaba hermosa, pálida y débil, pero igual de hermosa, pensó Sandrá. Antes de entrar al cuarto, fue detenida por el doctor el cual le explicó que ella había perdido la memoria, por lo que se debería tratarla con delicadeza, mientras se evaluaría si son daños temporales o permanentes. 

–Carmen, Dios mío Carmen, no sabes cuánto me alegro de que estés bien– y la abrazó con las lágrimas en los ojos. Carmen respondió al abrazo de forma dubitativa.– Oh Dios mío qué tonta soy, si no me recuerdas. Soy Sandra, una compañera tuya de trabajo.

Carmen sonrió y antes de que pudiese preguntar algo sobre su vida, Juan cogió a Sandra por el brazo y la alejó un poco de Carmen. Le susurró en voz baja a Sandra que deberían hablar afuera. Sandra no confiaba en Juan y por poco se niega, pero vio en su mirada una determinación fija y supo que iban a salir o por las buenas o por las malas. Asintió con resentimiento hacia Juan. Él se acercó a Carmen y sonriendo le dijo que ellos deberían irse.

–Pero...volveréis...¿no?

–Claro, ¿lo dudas?– respondió Juan sonriendo. 

Le dio un beso en la frente y permitió que Sandra se despidiera de ella. Los dos salieron por la puerta, Sandra dando zancadas bastante sonantes, signos de una clara rabia. 


–¿Qué demonios quieres? ¿Y por qué narices has dado un beso a Carmen? Cómo te estés aprovechando de la situación, te juro...

–Necesito que me acompañes a un lugar.– Interrumpió Juan a Sandra.

Ella se rió de forma muy seca –¿Y a son de qué te tengo que acompañar a ningún lado?

–Porque ese lugar te interesa también.

–¡Cuál es!– demandó Sandra impaciente.

–Comisaría. Voy a retirar la denuncia en contra de Lucas.

Mi última carta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora