2. Mejoramiento humano.

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—Sólo una dosis más y será todo por hoy— Un hombre con bata blanca inyectaba la tercera dosis de suero en la vena radial del brazo izquierdo de Wanda, el cual estaba cubierto de hematomas y muy dolorido.

Habían pasado 4 días desde su última prueba exitosa en la cámara de Gesell. Los días siguientes su telequinesis ya no funcionaba por más que lo intentara. En su intención para que las habilidades de la voluntaria regresaran, List modificó la dosis de sus sueros e implementó pruebas extenuantes. La castaña no entendía el por qué de su repentino bloqueo; pues a pesar de las variaciones no conseguía que sus "habilidades" mejorarán. Al contrario, cada día que pasaba era una tortura para ella. La habían aislado en una celda de "castigo" en donde sólo había una cama de cemento y un lavamanos, tenía derecho a dos comidas al día y a una ducha de no más de 10 minutos por día.

El frío nocturno le calaba los huesos, pero lo que más le afectaba era que no le permitieran ver a su hermano. Pietro por el contrario, cada día mejoraba por lo que él se salvaba de los castigos: «por lo menos está a salvo» pensaba ella. Trató de conciliar el sueño, cosa que las últimas noches era imposible, por lo que se concentró en una pequeña piedra cubriéndola de su poder escarlata, y para su sorpresa, levitó y la mantuvo así al menos por dos minutos. Al mismo tiempo, en su cabeza empezaba a escuchar voces; no lograba entender lo que decían así que trato de concentrarse a su máximo esfuerzo hasta que comprendió que no eran voces sino pensamientos... ¿era capaz de "leer mentes"?

Pronto inició una cefalea intensa de tipo pulsatil. Cerró los ojos y profundizó su respiración pero las "voces" y las pulsaciones se intensificaban; ahora podía distinguir algunas palabras hasta que tuvo la sensación de que su cabeza explotaría, ahogo un grito con su puño y poco a poco las voces fueron disminuyendo y su dolor fue cediendo hasta que cayó en un profundo sueño.

Al otro día despertó aún con una leve cefalea pero tolerable, lavó su cara y se vistió rápidamente. De pronto sonó el seguro de la puerta y se alegró de ver a su hermano.

—Tienen 5 minutos— pronunció uno de los guardias volviendo a cerrar la puerta dejando a los gemelos solos.

—Pero ¿qué te han hecho?— cuestionó el mayor de ellos con preocupación al ver a su hermana completamente pálida y demacrada. La observó de pies a cabeza y la envolvió en sus brazos a modo de consuelo.

—Estoy bien, tranquilo— Se separó lentamente y apoyó sus manos en los hombros del muchacho —¿tú cómo estás?

—Angustiado por ti, nunca había pasado tanto tiempo separado de ti— ambos se sentaron en la incómoda cama de cemento —todo está mal, nos tratan como ratas de laboratorio...

—Pietro nosotros nos ofrecimos— el aludido negó con la cabeza y tragó saliva.

—Todos los demás voluntarios están muertos...— Wanda enarcó las cejas y cubrió su boca ahogando un sollozo —nosotros dos somos los únicos sobrevivientes.

La castaña hundió su rostro en el pecho de su hermano dejando caer algunas lágrimas mientras Pietro pasaba sus dedos por el cabello de su hermana —Pietro...— tomó aire y exclamó —hay algo que tengo que conta-

La puerta se abrió de golpe, dejando entrar a un hombre calvo con un monóculo y 2 hombres detrás de él

—Mis preciados gemelos...

***

M E M O R I A S   D E   S O K O V I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora