"El que busca la verdad corre el riesgo de encontrarla"
– Manuel Vincent.—¿Qué es lo que haremos?
—Hay una bóveda oculta, justo en el fondo de este complejo... debemos llegar ahí— Pietro la contempló escéptico, sacudió la cabeza y comentó:
—Lo dices cómo si fuera lo más sencillo del mundo... ¿Cómo es que sabes lo de la bóveda?
—Digamos que aproveché mi día libre— al percatarse que su hermano comenzaba a exasperarse agregó —. Me hice de algunos contactos...
—¡¿Estás loca?!— los ojos del castaño amenazaban con salirse de sus órbitas y su respiración se había vuelto más ruda — Te estás arriesgando, no te metas en asuntos que no te corresponden— artículo con un tono un poco más alto de lo normal, tratando de mantener la calma. Wanda bufaba de indignación.
—Es que ¿no lo entiendes? Algo está mal Pietro, algo está muy mal...
—No es que estemos en un centro vacacional. Comprendo que estés enamorada, pero no nos metamos en problemas, al menos ahorita estamos a salvo. Pero como veo las cosas, si llegamos a hacer alguna locura como la que está maquillando tu cabecita, tendremos una muerte segura.
—No es sólo enamoramiento... tengo que ayudarlo. Contigo o sin ti— le dio la espalda a su mellizo dispuesta a salir de aquel sitio, cuando sintió su toque en su muñeca derecha.
—No hagas ninguna estupidez— Wanda negó con la cabeza y retiró su brazo del toque de su hermano.
—Si hubieras podido hacer algo para salvarla estoy segura que lo habrías hecho...— el joven se quedó helado ante aquellas palabras, Wanda hizo un movimiento con las manos, destellos escarlatas se desprendieron de sus dedos desactivando el cerrojo.
—No es lo mismo— replicó el veloz. Su hermana salió de la celda y sorpresivamente él la alcanzó antes de que el cerrojo se volviera a activar. Echó un vistazo al pasillo, sólo se encontraba el mismo recluta que estaba encargado de vigilarlo. Su postura era erguida e impasible. Y su rostro no mostraba ninguna emoción, sus ojos tenían destellos escarlatas y parecían estar vacíos...
—Es temporal, regresará a su estado normal una vez que terminemos con esto
—¿Qué le hiciste?— pero no hubo respuesta verbal, en cambio la chica esbozó una sonrisa de medio lado.
Se tomaron de las manos y Wanda le dio indicaciones de cómo llegar. Tras asegurarse de que los pasillos se encontraran desiertos prosiguieron su camino hasta llegar a un amplio laboratorio del cual no tenían conocimiento. Pero antes de adentrarse alguien toma ambas muñecas de la castaña colocándolas en su espalda, al mismo tiempo que su boca es cubierta con el propósito de evitar que salga algo ruido de ésta. La chica forcejea pero es inútil, al sentir el frío metal en sus muñecas ya no tiene tanto miedo. En un movimiento es girada y al ver el rostro de su captor suspira aliviada.
—¿Qué haces aquí?— esta vez susurra Pietro
—Es lo mismo que les pregunto a ustedes, los he estado siguiendo desde que salieron de la celda... creo que podías haber usado tu velocidad. Es peligroso que estén aquí.
—Dile a ella...
—Estamos cerca, no podemos regresar— exclamó decidida
—Bien, los acompaño
—¿Qué? No, no. Si corremos el riego de ser descubiertos siendo dos, 3 aumenta el riesgo— le aseguró el castaño
—Tengo la certeza de que nadie nos sigue, confíen en mí— Pietro duda un momento pero esta vez habla su hermana:
—Tal vez sea buena idea que nos acompañe, al final lo que venimos a hacer le compete, vamos a averiguar qué ocurre, juntos— le sonríe y toma su mano humana. Pietro soba sus sienes y suelta un bufido.
—Está bien— se resigna y todos avanzan en el laboratorio.
—Hay una pequeña puerta en el piso, debemos encontrarla. Nos llevará a la bóveda secreta— informa la ojiverde.
Tras unos minutos el veloz encuentra la compuerta de metal. Bucky lo ayuda a levantarla y Wanda comienza a bajar las escaleras. Lo próximo que ven son unas catacumbas.
—Pero qué...
—Esta base es un complejo subterráneo hermanito, ¿qué esperabas?
Los tres avanzan vacilantes, siguiendo el camino ligeramente iluminado por pequeñas antorchas dispuestas para permitir visualizar únicamente lo necesario. Tras unos minutos de recorrido se encuentran con una amplia y pesada puerta de metal. Wanda inicia a mover sus manos desprendiendo destellos escarlatas, sin embargo el mecanismo permanece inmóvil.
—¡Alto ahí!— un soldado de baja estatura, moreno, muy robusto y con múltiples cicatrices en el rostro que bajo la penumbra le daban un aspecto aterrador. Los tres permanecieron quietos un breve instante; la chica reaccionó volviendo los destellos escarlata de sus dedos, acompañados por sus ojos que pronto se vieron reflejados en aquel hombre. Al poco rato estaba igual que Sergei: perdido, hipnotizado, manipulado por Wanda Maximoff.
—Ahora harás lo que te pida— camino alrededor del recluta con una sonrisa un poco maliciosa ante las miradas desconcertadas de sus acompañantes —Abre la bóveda— un segundo después el hombre de las cicatrices presionaba varios botones desactivando el mecanismo de seguridad dejando a la vista múltiples anaqueles con armas militares, y en el fondo de aquel amplio espacio, un artefacto de metal. Rápidamente se aproximaron y vieron de qué se trataba: una cámara criogénica. Bucky comenzó a respirar con dificultad, sentía que todo le daba vueltas y las imágenes a las que ya se estaba acostumbrando retornan, ahora con más claridad y acompañadas por gritos. No pudiendo evitarlo, cae de rodillas con ambas manos cubriendo su rostro que ahora se encuentra con gotas de sudor frío. La castaña lo observa y lo envuelve en sus brazos, tratando de entender lo que ocurre.
—Wanda, tienes que ver esto...
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M E M O R I A S D E S O K O V I A
Fanfiction"Esa es exactamente la belleza del amor: su inexactitud, la imposibilidad de medirlo en números completos, la necesidad de saltar con los ojos cerrados. Si eso no fuese suficiente, entonces déjame decirte algo más: vale la pena." -Teresa Donoso Hay...