—Pero era sólo un entrenamiento— mencionaba irónicamente Wanda mientras entraba al comedor acompañada por su hermano.
—Calla, no sabes la suerte que tienes ¡Rumlow es un animal!— se quejaba Pietro quien tenía un ojo hinchado y caminaba con dificultad a causa de los golpes propinados por el mercenario. La castaña sintió lástima por su hermano, no esperaba verlo así —¿Y a ti cómo te fue?
—Bien, supongo...— el recuerdo del Soldado llegó súbitamente a su mente. Le intrigaba el comportamiento de ese hombre. De pronto sentía la necesidad de conocerlo, de averiguar sobre su pasado. ¿Cómo habría llegado a HYDRA?
—Bueno, es un alivio que el otro tipo te haya entrenado, al menos creo que es un poco más razonable.
Wanda observó a su gemelo con compasión. Ambos se dispusieron a comer; no era la comida más deliciosa pero les aportaba la energía necesaria para sobrevivir. Un instante después Pietro se quedó inmóvil dejando caer la cuchara que tenía en la mano, Wanda quien estaba frente a él se giró para observar lo que perturbaba a su hermano: el mercenario seguido del Soldado del Invierno quienes ignoraban la presencia de los mellizos.
—No les hagas caso— susurró la castaña. Dio un último vistazo a Bucky quien en ese momento le sostuvo la mirada un breve instante para después darle la espalda. Prosiguió con sus alimentos y posteriormente se retiró del lugar junto con Pietro.
***
Los siguientes días transcurrieron sin ninguna novedad. Pietro seguía recibiendo palizas y Wanda había mejorado ligeramente en la fuerza proyectada a sus golpes. La desconcertaba que después del primer entrenamiento el Soldado no le dirigía ni una palabra, evitaba el contacto visual y disminuía las posibilidades de un acercamiento físico. Se había vuelto completamente indiferente.
Las pruebas en el laboratorio no eran muy diferentes. Conforme el gemelo incrementaba su velocidad se fatigaba más fácilmente, y contrario a lo que pensaba Strucker, el entrenamiento físico no funcionaba, por lo que dobleteo sus horarios y lo dejó en una celda de castigo una semana. En el caso de Wanda poco a poco iba mejorando su telequinesis, y evitaba que en esas sesiones surgiera su "nuevo poder". La telepatía la fortalecía en su habitación, por las noches enfocándose en su hermano. Noche tras noche trataba de "escuchar" los pensamientos de Pietro pero era inútil, por más que se concentraba no lograba tener éxito.
Una noche, después de otro entrenamiento fallido con Bucky y estando separada de su gemelo por tanto tiempo se sentía frustrada e iracunda. Un fuerte dolor de cabeza apareció repentinamente y sus ojos cambiaron de nuevo al color escarlata. El dolor incrementaba conforme los minutos avanzaban y las "voces" surgían nuevamente. Todo era un caos, no lograba entenderlas y sintió la necesidad de gritar, sin embargo se contuvo y trató de concentrarse nuevamente. Poco a poco todo se oscureció.
«Estúpido Rumlow, estúpido Strucker, estúpido List, estúpido...» Milagrosamente Wanda pudo comprender los pensamientos que sólo podían pertenecer a la persona más importante de su vida.
«Deja de maldecir hermanito»
«¿Wa-wanda? Pero ¿cómo? ¿estoy soñando?»
«No, no estás soñando... resiste, un día más y serás libre. Pronto nos volveremos a ver» Lo había logrado, después de tantos esfuerzos finalmente había logrado comunicarse con su hermano. De pronto todo volvió a la normalidad, el dolor se había ido al igual que el color de sus ojos. Y el sueño se apoderó de ella.
Al otro día, antes de su sesión de entrenamiento, el Dr. List reclutó a los gemelos en el laboratorio para aplicarles un suero vía intravenosa. Unos minutos más tarde se trasladaba a la sala de entrenamiento. Bucky ya la esperaba y como siempre la puerta se bloqueo al instante que los dos ya estaban adentro. Cuando la castaña se dirigía a los usuales sacos de boxeo fue interceptada:
—Hoy no Maximoff, ya hemos tenido suficiente de esos sacos. Atácame a mí— La chica tardó en reaccionar pero obedeció. Comenzó a dar golpes al Soldado, esta vez más efectivos. De un momento a otro Bucky la toma por los brazos —Defiéndete, libérate de mi
Ante la presión ejercida en el sitio de la punción la chica Maximoff se quejó y tomando fuerza que ni ella supo de donde la obtuvo retiró su brazo derecho, dio un puñetazo certero a la mandíbula de su oponente e inmediatamente soltó el brazo lastimado. Como acto reflejo, la mano de metal se aferró al cuello de la chica y la elevó por los aires. La castaña ante su desesperación intentó entrar en la mente de su agresor y tras unos segundos lo logró: sus orbes se tornaron escarlata. La mente del Soldado semejaba una tormenta en alta mar con pensamientos dispersos, sin poderse interpretar.
Impetuosamente Bucky soltó a Wanda y sus ojos volvieron a la coloración verdosa de siempre. Él la observaba atónito.
—Lo lamento... no era mi intención
—Tu brazo, está sangrando. Te hice daño— la chica levantó la manga de su sudadera. Su brazo estaba cubierto de hematomas de punciones anteriores y un poco de sangre a causa de la reciente. Bucky no sabía cómo reaccionar.
—No fue tu culpa, no te preocupes— lo tranquilizaba ella, él se acercó con una toalla y la ayudó a limpiar la herida delicadamente. Buscó los ojos de la chica, los cuales estaban un poco llorosos a causa del dolor.
—Y sobre lo otro...— carraspeo —¿qué fue?
Tras pensar un rato, finalmente ella respondió: —Hace poco descubrí que tengo una nueva habilidad...— lo miró a los ojos e imploró —pero no puedes decirle a nadie, por favor.
—No diré nada, lo prometo— la chica le dedicó una sonrisa a modo de agradecimiento
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M E M O R I A S D E S O K O V I A
Fiksi Penggemar"Esa es exactamente la belleza del amor: su inexactitud, la imposibilidad de medirlo en números completos, la necesidad de saltar con los ojos cerrados. Si eso no fuese suficiente, entonces déjame decirte algo más: vale la pena." -Teresa Donoso Hay...