21. Los Williams y los Maximoff.

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Lo había arruinado. Quizá las cosas no habían ocurrido como él lo estaba viviendo, era claro que un sentimiento lo cegaba: celos. No podía evitarlo. Aquel hombre de ojos verdes les ofrecía su casa, comida y apoyo; no podía comportarse de esa manera. Pero el hecho de que la conocía muchos años antes que él, al parecer vivieron juntos justamente en esa misma casa... su cabeza comenzó a crear diferentes escenarios de los dos ojiverdes en actitudes nada gratas a su vista.

Se levantó silenciosamente de la cama y observó a la castaña en un sueño profundo, su rostro era el de un ángel que reflejaba paz. Pronto sintió la necesidad de tocarla, tomarla en sus brazos y no soltarla nunca. Pero recordó lo que había hecho. Salió de la habitación. Pronto sus pupilas se adaptaron a la oscuridad sólo para dirigirse a la salida. Bajó las escaleras del porche con la intención de llegar a su moto cuando escucho una voz que no quería escuchar.

—¿A dónde crees que vas?

Permaneció inmóvil, dandole la espalda a aquel individuo.

—No puedes dejar a Wanda nada más así como así.

—¿Quien dijo que la iba dejar? Sólo necesito dar una vuelta...— se giró para observar a su interlocutor quien estaba cómodo en una silla con una botella de cerveza entre sus manos.

—¿Quieres una? Ven, acompáñame—Bucky soltó un bufido de frustración y aceptó la invitación.

Tomó una de las sillas de madera y se sentó al lado de su anfitrión quien le ofreció una cerveza. El pelinegro la aceptó dando sorbos profundos para terminarla en escasos segundos. Simon lo observó un poco confuso.

—¿Cómo...?— señaló el brazo de metal.

—No quiero hablar de eso ahora— contestó cortante.

—Está bien...— se acomodó en la silla y dio un gran sorbo a su cerveza. Soltó un suspiro y vio al horizonte. —Mi padre era un hombre con visión, emprendedor. Dueño de "Innovaciones Williams", competencia de Stark ¿te suena?— Bucky negó con la cabeza, manteniendo su expresión seria. El castaño enarcó una ceja con incredulidad —bueno, pues Sanders, mi padre, se dedicaba a la fabricación de municiones. Pero Stark siempre llevó la delantera.

»Sokovia se ha caracterizado por ser un país bélico, por lo que mi padre no tardó en hacer un trato con los altos cargos militares, convirtiéndose en el proveedor oficial de armas. Las guerras eran constantes y con ello las ganancias de la empresa se dispararon. Mi padre viajaba casi diario acá hasta que un día conoció a mi madre y como era de esperarse se enamoraron— Bucky rodó los ojos

—¿Por qué me cuentas esto?

—Para romper el hielo... quizá así comprendas que no tienes ningún motivo para desconfiar de Wanda. Nosotros sólo somos amigos, casi hermanos.—El Soldado del Invierno suspiró lentamente.

—Ok, prosigue

—Regresaron a Estados Unidos, se casaron nos tuvieron a Erick y 2 años después, a mí. Sin embargo cuando yo tenía 3 años surgió un problema legal por lo que tuvimos que huir, regresando a Sokovia. Específicamente a Novi Grand. Mi madre era muy amiga de Magda Maximoff... la madre de Wanda y Pietro. Nos volvimos vecinos de la familia Maximoff. En ese tiempo la guerra había cesado y tuvimos unos años de paz. Sin embargo papá siempre viajaba, hubo un periodo en el que debía asistir a varios juicios y no lográbamos verlo hasta meses después hasta que el asunto se arregló y volvió a Novi Grand para quedarse. Un día, nosotros con 5 años encontramos a una niña unos meses más pequeña que nosotros, estaba perdida y muy triste. Mi madre se ha caracterizado por ser una mujer amorosa y compasiva, la ayudo a buscar a sus padres pero nadie la reclamo, ni siquiera estaba reportada como niña pérdida. Mamá se encariñó con ella y convenció a Sanders para adoptarla, y así fue.

»Fuimos felices muchos años, éramos muy unidos con los gemelos. Sin embargo un día papá regresó a casa con el semblante desencajado y muy preocupado: recibió una llamada para avisarle que había ocurrido un accidente en su fábrica, al menos 50 de sus empleados habían fallecido y los demás se encontraban heridos. Con ello decidió cerrar la fábrica y encauzarse en un proyecto con los veteranos de guerra para disuadir a los jóvenes de unirse al ejército; en lugar de ello realizaban voluntariado mejorando la ciudad. Incluso nosotros ayudábamos, así fue que se construyó esta casa... eran buenos tiempos.— hizo una pausa, bebió otro sorbo de cerveza y se percató de que Bucky lo observaba con atención ahora más tranquilo.

—Al cumplir nueve años mi padre no asistió a mi fiesta de cumpleaños, de hecho jamás regresó a casa. Tiempo después nos enteramos que una organización terrorista estaba reclutando gente joven y él se opuso por lo que en menos de 3 segundos le dieron un tiro en el cráneo— cubrió su cara disimulando la inminente tristeza que se formaba en su rostro.

—La guerra regresó y mamá nos refugio acá. Intentó convencer de mil formas a los Maximoff para que vinieran con nosotros, pero por algún motivo que aún desconozco no aceptaron su propuesta. Otro día trágico llegó, el misil que destruyó el departamento de nuestros amigos y la vida de sus padres. Quedaron huérfanos a los 10— lo último descolocó al pelinegro y sintió el impulso de correr a consolar a Wanda. —Mi familia los acogió, crecimos juntos y con hormonas adolescentes Pietro y Crystal se enamoraron. Erick siempre nos hacía burla a Wanda y a mí pero jamás pasó nada entre nosotros...— frunció el ceño al descubrir al Soldado con una perfecta "O" en la boca. —Creo que estás sorprendido.

—Bueno, es que nunca imaginé...

—No te preocupes, sufrimos pero seguimos adelante— Bucky se levantó y le dio una palmadita en la espalda.

—Gracias por contarme esto.— el castaño esbozó una sonrisa y el hombre del brazo de metal ingresó a la casa.

—Por cierto, mañana estaré fuera todo el día. Pero lo que necesiten, tómenlo, tan sólo no destruyan la casa.

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N/A:

Acá un poco del pasado de Simon y su familia, y si... Pietro también se enamoró profundamente pero eso lo descubrirán próximamente.
Wanda regresa en el próximo capítulo, en éste estaba profundamente dormida XD

M E M O R I A S   D E   S O K O V I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora