―¿Recuerdas si te llegaron a inyectar o te hicieron ingerir algo, o utilizaron alguna otra metodología para rejuvenecerte hasta este punto? ―le preguntó Simmons a Peggy.
―No..., no recuerdo que me hayan hecho algo de eso. Sí recuerdo que cada día que despertaba mis manos estaban menos arrugadas y tenían más vitalidad, y yo cada día tenía más fuerza y energía.
―El tratamiento estaba pensado para que fuera facético según los registros pero al parecer...
―... terminó actuando de manera eventual― concluyó Fitz. Ambos continuamente terminaban la oración del otro y eso me resultaba fascinante..., o escalofriante: un poco de ambos. ―Está bien señora Carter. Estaremos analizando todo los datos que hemos conseguido y la volveremos a llamar si la necesitamos.
―Por ahora tómese un descanso de toda la acción de los últimos días― concluyó Jemma con una cálida sonrisa.
―Gracias― contestó Peggy mientras nos adentrábamos al laberinto de pasillos nuevamente.
―¿Tienes algo en mente? ―preguntó Peggy, dándome una mirada de soslayo mientras caminábamos hombro a hombro.
―¿Hace cuánto no sales?
―¿Qué?
͠ * ͠
―Me encantan tus vestidos y seguro te ves bellísima en ellos pero, créeme, no pasarás desapercibida con ellos. Necesitamos algo más... moderno. ― Mientras pensaba en dónde conseguir nuevas ropas para Peg en la base inconscientemente hacía muecas, y lo noté cuando Peggy comenzó a reírse. Su sonrisa..., la curva más perfecta que alguna vez haya visto, delineado con sus labios coloreados de un rojo intenso que me daban ganas de besarla hasta olvidar todo. Lo necesitaba, realmente lo necesitaba; pero más aún necesitaba que se recuperara y recordara todo lo que alguna vez pasamos así compartiría mis sentimientos.
―¿Entonces? ―inquirió, sacándome de mis pensamientos.
―Ya sé a quién recurrir...―:Nat.
͠ * ͠
―Una camiseta, unos jeans, un par de tacones y una chaqueta son lo que he podido conseguir en poco tiempo, pero ideal para una cita casual...― vi que Peggy se tensó cuando Nat mencionó la palabra cita― Se te verán bien― guiñó para convencer a Peggy que este cambio radical de vestuario le sentaría bien.
Peg con una sonrisa amable tomó las vestiduras y fue a su tocador a vestirse y mientras...
―¿A dónde la llevarás?
― Quiero mostrarle la ciudad. Sí, hace años que vive acá pero desde hace mucho tiempo atrás estuvo encerrada en el asilo y ahora no recuerda nada así que... ¿por qué no?
― Me gusta... Simple, pero me gusta.
―No parece ser lo que acostumbro a usar pero me parece cómodo...― dijo Peggy mientras salía del tocador mirando sus nuevas ropas. Quedé pasmado. Nunca la había visto así y estaba, en pocas palabras, hermosa. Sus bucles ya se habían desarmado un poco y caían como cascadas en sus hombros, decidió quitarse su labial rojo y remplazarlo por un color nude; sus ropas casuales causaban una imagen muy distinta a la que tenía de Peggy, pero no me tenía para nada decepcionado.
―Te dije que se te verían bien― dijo la pelirroja. Al parecer notó que Peggy y yo ni siquiera habíamos prestado atención a su comentario y estábamos muy ocupados intercambiando miradas―. Okey, mi trabajo aquí está hecho... Los dejo solos... No sé por qué sigo hablando si desde hace varias oraciones atrás ya ni me escuchan, adiós.
―Te ves... te ves preciosa, Peggy. No muchas veces te vi sin tu uniforme y menos con ropas modernas pero debo admitirlo, te ves muy bien.
Sus mejillas se tiñeron de un leve color rojizo que acompañó su tímido gracias.
ESTÁS LEYENDO
Una Segunda Oportunidad || Steve Rogers y Peggy Carter.
Hayran Kurgu"Comienza tu vida otra vez. No puedes estar esperando toda tu vida por algo que no llegará..." Peggy siempre le decía a Steve que buscase pareja, ya que ella era una anciana, pero él se negaba a dejarla por más que tenga casi 95 años. Cuando Nick Fu...