Charlie y Lola

Prólogo

¿Recuerdas la última vez que jugaste en el patio de la casa? ¿Recuerdas cuándo aún jugabas con tus juguetes e inventabas historias sin tener que razonarlas?
¿No extrañas los cuentos en la noche? ¿Extrañas viajar a lugares llenos de magia y aventuras?
Antes te preocupabas por que el Coco te podía comer, ahora te preocupas por la presión de tus amigos. Antes tu mayor sueño era encontrar un planeta lleno de montañas de helado de muchos sabores, ahora es encontrar una carrera en la que te puedan pagar bien.
Antes querías ser grande para lograr ser como tus padres, ahora nos aborreces, y en un futuro nos entenderás.
La vida no para, todos los minutos que uses para recordar el pasado los estás desperdicias del presente.
No te detengas, tu infancia ya pasó y espero que la hayas disfrutado. Recordar no está mal, Charlie.
Recordar es un gran alivio al alma, y espero que recuerdes lo buena que fue tu infancia.
Algún día tu padre y yo faltaremos, como todo ser humano moriremos, tú ya estás grande, siempre lo fuiste, siempre fuiste el responsable, el comprensible y el amoroso Charlie.
Necesito que sigas siendo así por tu hermana. Ella te necesita.
Ella necesita ahora más que nunca de ti, ya no es para bajar un frasco de la repisa, ya no es destapar la leche rosa, y no es sacar la araña del baño, es ayudarla a razonar ahora que va a entrar en la etapa más difícil de la vida. Somos adultos y no nos escuchará, pero tú eres el mejor amigo que tiene y que tendrá para toda la vida.
¿Cuento contigo?

           -Con amor, mamá.

Charlie cerró la carta y la guardó debajo de su almohada, volteó a ver a Lola, ya se había dormido. A las 3:00am derramó una lágrima.
La vida cambió cuando su madre murió en aquel accidente de auto...

"Cuentas conmigo" pensó Charlie antes de quedarse dormido.