El último Baile de Otoño

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Ella es mi hermana menor Lola, a pesar de que le dije que terminara con su novio, ella se negó a dejarlo. Dejé de insistir ahora que era el último baile de otoño al que nos invitaban por ser universitarios.

Lola estaba emocionada porque la habían nombrado reina del baile por dos años consecutivos, y hoy sería su gran día en su primer baile de preparatoria. Marcos iría por ella, y yo iría por Katherine, esta era la última vez que dejaría vivo a Marcos y se lo dije a Lola, pero no me creyó.

Marv, que ahora tenía su propio carro salió de viaje y no me dijo a dónde, sólo esperaba a que estuviera bien. Durante una semana, Marv y Lola salieron juntos para escoger un vestido para ella.

─Podré ser gay, pero no sé nada de moda. ─Se quejó sentado en el sofá molesto esperando a que Lola terminara de arreglarse. ─Realmente vine sólo a ver beisbol y ahora tengo que ir de compras. Si saben que eso de que los homosexuales sabemos mucho de moda es un mito, ¿verdad?

─Toma un churro. ─Se lo di para que se callara.

─Eh, salió algo bueno de venir de compras. ─Dijo Marv mordiendo la punta.

─Imagina que es un pene. ─Bromeé y tosió atragantándose con su propia saliva.

─¡ERES UN MALDITO! ─Gritó y salí corriendo.

Kath llevaba un vestido corto azul, insistió mucho que mi corbata combinara con su vestido así que accedí, antes de entrar al auto me susurró al oído. ─No tengo nada abajo.

Sonreí, iba a ser una buena noche.

Llegamos al mismo tiempo que Lola, y eso me hizo sentir tranquilo. Antes de partir a diferentes lados del salón de dije un suave "cuídate" que se desvaneció por el ruido de la música y le di un beso en la mejilla.

Katherine y yo fuimos por unos tragos. ─Me alegra que ya no seas tan sobreprotector con ella. ─Comenzó a hablar. ─Hasta la dejas ir sola con su novio.

─No me siento tranquilo, a pesar de todo. ─Reconocí rascando mi nuca.

─Tranquilo. Se te pasará con unos shots. ─Ella me sirvió dos y me los tomé, y tomé todo lo que ella me dio. Pararon el baile y comenzaron a anunciar que las participantes de la Corona se presentaran en la plataforma.

─Suerte, nena. ─Besé su cuello, pero me apartó.

─Ya sabes quién ganará. ─Contestó sin voltear a verme, reviré los ojos sintiendo cómo el alcohol subía a mi cabeza y mi otra cabeza pedía sexo.

Cuando todas subieron por fin, hicieron una pausa desesperante y después le dieron la corona a Katherine, Lola sonreía dolorosamente. Ese final no me lo esperaba, pero supuse que debía estar feliz por ello.

Lola y Kath bajaron por diferentes lados, y la música volvió a subir de tono, ella regresó victoriosa hasta mí. ─Felicidades, supongo.

─Fue arreglado. ─Susurró en mi oído y toó tres shots. Me preguntaba si Lola estaría bien con eso, nunca le gustó perder, y estaba demasiado despistado como para ponerle atención.

¿Arreglado por quién? ¿Cómo lo hizo? ¿Qué tuvo que hacer para conseguirlo? Olvidé preguntarle todo aquello esa noche. Bebimos hasta hartarnos, nuestros besos subieron de tono y Kath terminó encima de mí, moviéndose para excitarme y lo lograba muy bien, pasé mi mano bajo su vestido tocando sus partes mojadas.

─¿Vamos al auto? ─Preguntó mordiendo mi oreja, yo tampoco podía aguantar las ganas, y antes de poder decir algo, volteé instintivamente y vi que un tipo que no conocía le estaba metiendo la mano a Lola por el busto, tiré a Katherine de su lugar y quise correr hacia ella, pero Kath me detuvo con la mano. ─¡Charlie Sommer, no te atrevas a dejarme así!

─Espera en el auto, iré por ti. ─Exclamé desesperado, cada segundo que pasaba, ese tipo seguía tocando a mi hermana con su mano llena de gérmenes, ¿dónde estaba Marcos cuando se le necesitaba? Kate volvió a tomar mi mano, pero me zafé. Golpeé al tipo que estaba tomando a Lola y ella también se calló.

─Lola, ¿qué sucede? ─Traté de despertarla, pero estaba totalmente fuera de sí. Como no tenía amigas cercanas, la llevé yo mismo al baño, no sin antes patear en sus partes al tipo ese, ya no podría tener hijos después de eso.

Tomé el pelo de Lola y dejé que vomitara todo lo que tenía, mi pañuelo estaba totalmente manchado de tanto limpiarle la boca, y había perdido mi oportunidad de tener sexo con mi novia por su culpa, la dejaba por un momento y ya la rodeaban tipos que eran de mal gusto.

¿Qué acaso no podía estar tranquilo? Ser la sombra de Lola era agotador.

─¡Genial, un chico en el baño de chicas! ─Exclamó una chica guapa y puta, a su lado venía una chica delgada y morena que estaba seguro de haberla visto en otro lado, mas no la recordaba. ─Y es nada más y nada menos que Sommer.

─No es lo que parece... ─Negué para que no pensaran mal de mí.

─Ten sexo con nosotras. ─Dijo la primera tomando del hombro a la segunda.

─Lo lamento, sólo vine para ayudar a mi hermana. ─Confesé tomando el pañuelo y lavándolo por tercera vez, las dos voltearon a donde estaba Lola y gritaron angustiadas, Lola no decía absolutamente nada.

─Lola, nunca debimos dejarte sola... ─La chica morena le amarró el pelo a mi hermana y la abrazó levemente. ─Esto es culpa mía.

─No le llores, Erika. No está muerta. ─Le regañó la primera chica, tomó el pañuelo y limpió de nuevo la cara de Lola. ─La drogaron con una bebida. ─Anunció y me petrifiqué.

Quién sabe qué hubiera pasado de no haber volteado. Recordé que la chica morena se llamaba Erika, pero ya no confiaba en ella después de lo sucedido.

─Ayúdenme a llevarla a mi auto. ─Les pedí mientras sacaba mis llaves del pantalón.

─Con la condición de que nos lleves a nuestras casas. ─Comentó la primera chava con una sonrisa despreocupada.

─¡Samantha! ─Le regañó Erika.

─Trato. ─Acepté y me ayudaron a llevar a Lola al estacionamiento, cerca de mi auto se oía que una pareja teniendo sexo, cuando le puse atención a los gemidos abrí rápido la puerta de mi auto, le di mis llaves a Samantha y corrí al auto que se movía ligeramente, y los vi.

Tomé una foto con flash de Marcos y Katherine teniendo sexo.

Abrí la puerta del auto de un jalón, saqué violentamente a Kath que estaba totalmente desnuda y se cayó en el piso lleno de arena, le escupí al suelo cerca de ella. Entré al auto y golpeé los testículos de Marcos, cuando bajó su guardia, recordé todo lo que le había hecho a mi hermana...

Y lo que comenzó con una simple rabia se volvió en deseos de muerte.

Toda su cara terminó hinchada, le costaba respirar porque le había ahorcado y le escupí en la cara. Saqué las llaves del auto y salí, mi exnovia seguía ahí y le tiré las llaves al pecho. ─Necesita ir a urgencias.

─Charlie...

─Lo hice por Lola. ─Aclaré antes de que dijera algo más, ella bajó la cabeza. Regresé al auto, dejé a Samantha y a Erika en sus respectivas casas y volví con Lola a la nuestra.

Al dejar el auto en el aparcamiento de nuestro edificio, empecé a llorar desconsoladamente. No tan sólo lloré porque mi exnovia me había engañado con el novio de mi hermana, también lloré porque no pude proteger a Lola a tiempo, porque recordaría este día el resto de mi vida...

Y porque les fallé a papá y mamá.

Charlie y LolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora