El que está tirando del picaporte de la puerta de mi cuarto es Charlie, mi hermano mayor. A pesar de que tuvimos una noche muy genial, en la mañana se ha puesto de malas cuando descubrió lo de Chad y Marcos.
Marcos y yo ya lo habíamos hecho varias veces sin condón en el mes en que Charlie, se fue de la casa. Y era la primera vez que lo hacía con dos hombres al mismo tiempo, tenía miedo de abrir la puerta.
Chad no me importaba mucho, pero Marcos siempre ha velado por mí, la razón por la que él y Katherine rompieron fue porque ella lo engañó con un universitario, y temía que le hiciera lo mismo a Charlie.
No dejaría que cualquier perra se llevara a mi preciado hermano.
Después de un rato, Charlie dejó de jalar la puerta, y al pegar mi oreja a la madera nueva de la puerta pude escuchar que lloraba.
Charlie y yo éramos muy unidos, pero no podía decirle todo lo que pasaba en mi vida, probablemente si le dijera toda la verdad, me tacharía de zorra y no dejaría que saliera de mi cuarto, entendía bien cómo se sentía al ver que su hermana menor cogiera con sus peores enemigos, pero era mi vida...
Charlie tenía que meterse en sus propios asuntos y dejarme vivir como yo quiera.
Total de algo tenemos que morir, o eso dijo Marcos.
─Lola... ─Rogó Charlie con la voz ahogada, mi cabeza ardía y apuesto a que la de él también. ─Te lo ruego, abre la puerta.
Caí de rodillas en la entrada de la puerta cerrada, escuché que él golpeó su cabeza en ella, y puse mi mano donde creí que estaba su cabeza.
─Estoy cansado de pelear. ─Lloró oí que se arrastró un poco más por el piso. ─Me enojo contigo y con ellos por dos simples razones, ellos son unos idiotas y tú también.
─Así menos abriré la puerta. ─Le amenacé, cada vez que mi corazón latía me lastimaba todo el pecho, y eran punzadas intensas que llegaban hasta mi sien, me sentía pésima.
─Eres una idiota por no entender cuánto te amo. ─Gruñó entrecortadamente, era evidente que estaba devastado al igual que yo, su voz se había agravado con el paso de los años, y ahora sonaba casi igual a la de papá.
─Charlie... ─Balbuceé su nombre mirando el picaporte, quería escuchar una palabra más de él que me convenciera de abrir la puerta.
─Lola, ya no peleemos. Es demasiado para mí. ─Volvió a decir Charlie. ─¿Quieres hablar como hermanos?
─¿Vas a juzgarme? ─Pregunté un poco molesta.
─No, sólo quiero escucharte. ─Insistió, escuché que se levantó. ─Sé que hay cosas que no querrás hablar con nuestro padre, sé que no tienes amigas en las que confiar, y las únicas personas que te escuchan son imbéciles que sólo te quieren coger cuando estoy desprevenido.
─¡Charlie! ─Le regañé. ─Yo decido con quién tener sexo y con quién no, tú no decides quién soy o cómo debo ser. Ya no soy una niña.
─Sí, lo entiendo. ─Aceptó en voz baja, abrí la puerta y lo miré a sus ojos hinchados y su pelo mojado, con sólo un bóxer encima, temblaba de frío. ─En verdad, lo siento.
Lo abracé fuertemente, entendía su sentimiento sobreprotector, porque yo era igual con él.
─De ahora en adelante, habla con las personas que te aman y te darán buenos consejos. ─Susurró en mis oídos, sus labios rozaban mi oreja, y como estábamos abrazados, cada vez que temblaba, hacía que yo me estremeciera, sus piernas se tambalearon y las mías también lo hiceron, cayó en el suelo, pesaba tanto que me llevó con él.
─Charlie, estás frío... ─Tomé su rostro pálido y con ojeras. ─Te llevaré a la cama. ─Anuncié jalándolo de las manos, pesaba mucho pero estaba delgado, sus costillas se veían a simple vista, probablemente no comía bien en casa de Katherine, traté de acostarlo en la cama, pero fue muy difícil. ─Charlie, ayúdame, levántate un poco.
Charlie se levantó y se acostó en la cama, tapándose con una sábana gruesa. Me acosté a su lado y tomé su mano. Después de tanto tiempo, volvíamos a dormir en el mismo cuarto.
─¿Te dormiste? ─Susurré en su oído suavemente, no quería despertarlo, sus ojos estaban cerrados y su respiración era débil.
─No. ─Despegó sus labios resecos y morados. Me estaba preocupando demasiado, el rubor de sus mejillas, sus labios carnosos y rosados, las nuevas arrugas y vello en su cara, algo malo le estaba pasando a mi hermano. ─Aún no te escucho.
─Déjame escucharte. ─Dije porque ya no escuchaba su respiración y su pecho ya no se movía. ─¿Comes bien? ¿Te duele algo más?
Charlie bajó la cabeza un poco. Había unas veces en donde en mis peores pesadillas, Charlie moría. Y estaba junto a él, tomando su mano como ahora, incapaz de hacer algo por él. La vida no nos pertenece, y es tan frágil, que mucha gente no le da importancia, como Marcos que siempre decía esas cosas horribles sobre morir.
Yo tenía algo por qué vivir, y era mi familia. Y es razón suficiente como para despertar un día más, pero hay personas que, ya no vuelven a despertar.
─En verdad te gusta Marcos, ¿no Lola? ─Movió despacio sus labios, estaba al límite, pero ¿aún quería escucharme? Yo que, he sido tan egoísta.
─No has respondido mis preguntas. Las damas primero. ─Insistí, quería escuchar su voz un poco más de tiempo, cosa que no pude hacer con mamá.
─¿Qué pasó con la igualdad de género? ─Movió la cabeza en mi dirección y chocaron en un leve rozamiento, pero ninguno de los dos se apartó. ─Además, soy tu hermano mayor.
Apreté sus manos con fuerza, ya que él dejó de hacerlo.
─Me gusta mucho. ─Acepté con una punzada en el corazón, sentía que estaba envenenada, y que todo ya estaba haciendo efecto. ─He hice varias cosas con él mientras no estabas, papá dijo que no podía ser mi novio porque él no lo conocía y dijo que esperaría tu respuesta. Al parecer nunca te lo dijo, pero yo...
Hice una pausa por la segunda punzada más fuerte que me había dado, Charlie ya no se movía y se volvía más pálido.
─Duele. ─Susurró él.
─¿Qué te duele? ─Pregunté, pero no respondió. ─Charlie, ¿qué te duele? ─Me levanté de la cama, su cuerpo seguía frío. ─¡Charlie, responde! ¿Qué te duele?
Le di una cachetada, pero no despertó, traté de hacerle cosquillas, pero no se movió, mi preocupación crecía con mis punzadas. Mi pesadilla se había vuelto realidad...
Primero mamá, y después Charlie.
Lloré varias horas en su pecho, juntos en la cama, por última vez.
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Charlie y Lola
FanfictionElla es mi hermana Lola, es muy pequeña y muy graciosa... O así era hasta que entró a secundaria. Charlie y Lola experimentan cambios normales en la vida, y como hermanos tendrán que estar unidos al enfrentar los problemas cuando salgan del mundo...