Estudiando con los hermanos

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Éste soy yo, Charlie Sommer, solo en una habitación totalmente ajena a la que me he acostumbrado en un mes, las fechas más importantes de mi vida se acercaban, muchas fiestas y muchos eventos, pero estábamos a dos días de los exámenes finales.

Mi padre me llamó aquel día para pedirme que ayudara a Lola a estudiar, mis calificaciones no eran perfectas y él lo sabía, sólo quería buscar una excusa para que hablara con Lola, pero ya había alcanzado mi límite, por más que él o mi novia intentaran que nos lleváramos bien no lo lograban.

─Corazón, sé que la extrañas. ─Katherine me descaminaba el pelo, mi cola de caballo había crecido mucho y ya pensaba cortarla. ─Quieras o no, ella es tu hermana, y cuando tu padre muera, toco madera, sólo se tendrán el uno al otro.

Se emocionó y empezó a trenzarme el pelo.

─Deja tu orgullo de lado y arregla las cosas con Lola. Yo hubiera deseado pasar más tiempo con mi hermana menor, pero las cosas pasan... ─Kath empezó a llorar, me volteé para abrazarla. ─Y no puedes volver a atrás.

Le acaricié el pelo, y ella dijo entrecortadamente: ─No cometas los mismos errores que yo.

Lloré con ella, el sentimiento de perder a Lola para siempre hizo que mi corazón se estrujara hasta que mis ojos se inundaron. Acepté ir con ella a ayudarla a estudiar.

Tal vez también volvería a la casa, ya que costaba mucho vivir solo.

Al llegar a casa, mi padre me abrazó con fuerza, le aclaré que sólo me quedaría dos días a estudiar con ella, en vez de soltarme me apretó más fuerte y me dijo algo que me dolió.

"Ustedes son lo único que tengo".

Al abrir la puerta del cuarto de Lola, vi que estaba sentada enfrente de su tocador, con el cabello corto como cuando éramos niños, odiaba peinarse incluso de grande, me acerqué con toda normalidad a ella y saqué los cabellos del peine, empecé a peinarla quitándole los nudos. Ambos nos quedamos callados mirando al espejo.

Recordé cuando en este mismo cuarto hacíamos todo juntos, nunca podían separarnos, recuerdo cuando estaba un poco decepcionado cuando me dijeron que iba a ser niña, pero nunca me imaginé que pasaríamos por tantas cosas juntos. Incluso ahora, quería estar a su lado, porque se lo prometí a mamá y por amor.

No importa cuánto me peleara con ella, la amaba.

Lola derramó las primeras lágrimas, me miraba a través del espejo, pero su semblante era serio, mi corazón se estremeció, había prometido que la cuidaría, pero en todo este tiempo yo le estuve haciendo daño.

Mis lágrimas caían en su cabello, no obstante, ya había terminado de cepillarla, pero continuaba. Es como si hubiera retrocedido el tiempo a cuando tenía siete años y mi prioridad era hacerla feliz. Entre más pensaba en eso más recuerdos llegaban a mí.

─Charlie, se te olvidan las mariposas. ─Extendió su mano con los pasadores rotos en ella. La abracé por el cuello, y lloré sin consuelo. Ella se levantó de su asiento y me abrazó llorando. ─Lo siento, Charlie. Siempre tuviste razón, desde pequeña sólo pensaba en mí, nunca se me ocurrió pensar en cómo me cuidabas...

Susurré su nombre con dolor.

─En verdad quiero que volvamos a ser pequeños, y quiero enmendar mis errores. ─Siguió llorando, y quise limpiarle sus lágrimas, pero no podía con el mar que corría por ella. ─Si vuelvo a ser como antes... ¿Te quedarás conmigo?

Volví a abrazarla con firmeza.

─Lola, te amo. ─Lloré, como nunca antes lo había hecho en mi vida. ─Siempre te amaré, no me importa si cambias o si vuelves a ser la misma, ¿y sabes por qué? Porque siempre serás mi hermana, y hagas lo que hagas te amaré.

Papá nos veía desde el umbral de la puerta, y nos abrazó llorando.

Al fin, todo volvía a la normalidad. Sin embargo, decidí seguir viviendo con Katherine.

A la mañana siguiente, desperté al lado de Lola, su cabello estaba todo enredado, tenía la boca abierta y se le salía la baba, sin mencionar sus ojos hinchados y sus lagañas. Pobre de aquel que se casara con ella. Sonreí al verla tan normal, ya me había acostumbrado a verla con mucho maquillaje.

Me había acostumbrado a dormir siempre acompañado de alguien, y me preguntaba con frecuencia si papá se sentía solo en la extensa cama matrimonial, y si su soledad seguía haciéndolo llorar cada noche.

Tal vez, no me imaginaba por la tristeza que pasaba, a lo mejor yo era igual que Lola después de todo, sólo pensábamos en nosotros mismos e ignorábamos que papá también se sentía destrozado.

Hicimos el desayuno para papá, nos lavamos los dientes juntos, limpiamos la casa, y nos las pasamos hablando sobre todo lo gracioso que nos pasó en el mes.

Empecé a ayudarla a estudiar como habíamos acordado, empaqué mis cosas, esa noche volvería a casa de Katherine.

─Así que... ─Lola comenzó a hablar a pesar de que le había aconsejado de que guardara silencio cuando estudiara. ─Ya no eres virgen.

Confundido, alcé la cabeza para verlo. ─De eso no viene en tu libro, estudia.

─Pensé que no nos guardábamos secretos.

─Son cuestiones innecesarias. Aún eres muy pequeña para eso. ─Sentencié molesto, Lola no tenía que entrar en un mundo tan adictivo, por otro lado, sabía que tenía que saber al menos lo principal, me preguntaba si quería despejar unas dudas. ─ ¿Eres virgen?

─ ¿Qué si digo que no?

Me quedé petrificado, ella volvió a sus libros, me miró de reojo y siguió escribiendo. ─Sí, soy virgen.

Suspiré aliviado, mi corazón volvió a latir con normalidad. ─Lola, no juegues con eso.

─Pensé que sería divertido verte nervioso hablando de eso. ─Sonrió, era una maldita. Dudaba mucho que papá le contara sobre eso, así que estaba dispuesto a ayudarle.

─No quería meterte en un mundo tan perverso, pero supongo que tendré que darte las pautas para defenderte en ese sentido.

Lola se puso roja, dijo que me escucharía mientras escribía, y yo ni siquiera sabía por dónde comenzar. La plática se tornó tan incómoda que tuve que regresar a casa, me sentía un poco mal decirle "casa" a un lugar donde no se encontraba mi familia. Katherine estaba muy orgullosa de mí por haberme reconciliado con mi hermana.

Toda esa semana, mi novia y yo nos la pasamos estudiando arduamente para que comenzáramos las vacaciones con el pie derecho, ella iría a visitar a su familia y yo volvería a mi casa, con mi padre y Lola.

Que de seguro estaba traumada. 

Charlie y LolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora