El cumpleaños de Charlie

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Ella es mi hermana Lola, se ha vuelto fuerte y responsable. Llevo días deprimido por la pérdida de Marv y ella ha hecho hasta lo imposible por hacerme sentir mejor.

─ ¡Lo tengo! ─gritó Lola y vino corriendo hasta el sofá, se aventó a mí y cayó en mis costillas, me caí del sofá y me retorcí del dolor. Ella estaba muy emocionada mostrándome tres carteles que había conseguido en la calle. Cuando recobré la respiración, leí los panfletos. ─ ¿Y bien?

─No tengo ganas de ir a una piscina. ─dije dándole el primer panfleto. ─Tampoco tengo ganas de ir a una súper fiesta llena de gente desconocida. ─le di el segundo anuncio. ─Ni quiero ir a una feria con una montaña rusa mortal.

Lola me quitó ese anuncio de las manos.

─Pensándolo bien, tal vez el último sea mejor. ─alcé mi mano para alcanzarlo de nuevo.

─Sólo eran los dos primeros anuncios. ─masculló molesta. ─Tu cumpleaños se acerca, Charlie. Debemos celebrarlo a lo grande.

Bufé y cerré los ojos, estaba harto de todo. Ni siquiera fui al baile de graduación de la universidad, tampoco iría a un baile de locos en busca de invitados. Aunque, si era pública, Marv podría estar ahí. Abrí los ojos como platos y volví a sentarme en el sillón, tomé a Lola de los hombros y le besé las mejillas.

─ ¿Qué sucedió? ─preguntó atónita.

─Acepto ir a la fiesta. ─contesté con una gran sonrisa en el rostro, ella se emocionó muchísimo. Tanto que en ese mismo momento empezó a preparase para la gran noche (que sería dentro de tres días).

Esa noche salimos con nuestras mejores ropas, Lola con un vestido muy corto de color verde y yo con ropa formal sin nada bueno para destacar.

Al llegar a la fiesta, ya estaba en su máximo esplendor, la música a todo volumen y todos bailando sin césar. Probamos toda la comida y todas las bebidas que pudimos hasta que perdimos la noción del lugar y de la realidad. Hubo un momento en que perdí a Lola por completo, pero no tenía todos mis sentidos al 100%

Desperté a medio día en la calle, mi cabeza daba vueltas tratando de buscar un recuerdo de anoche, pero nada. Volví a casa con méritos propios. Me bañé y me dormí el resto del día, y aunque sentía que se me olvidaba algo, no pude recordar nada.

Había sido el cumpleaños más despreocupado que había tenido en toda mi vida.

Charlie y LolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora