Problemas mayores

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─Él es mi hermano mayor Charlie, es el subcapitán del equipo de básquetbol y tiene buenas calificaciones. ─Le contesté a la chica nueva que había llegado a mi grado.

─Es todo un trofeo. ─Alardeó Samantha, otra chica de nuestro salón, ajena totalmente a nuestra conversación. Últimamente me estaba volviendo muy popular entre los hombres y las chicas gracias a Charlie, o más bien por su culpa. ─La mayoría quiere con él y dicen que... ─Le susurró al oído algo que no pude distinguir bien, la chica nueva se sonrojó.

¡Ella era tan linda!

─No puedo creer que hable con su hermana. ─Dijo apenada. ─ ¿Me puedes dar su número?

─Mucha gente me lo pide, así que cobro por ello. ─Charlie me había enseñado ese truco, pero a diferencia de él, yo no les daba un número falso. Oía cómo se quejaba conmigo por darles su número real. Charlie no había tenido novia nunca, y me imaginé a esa chica bronceada de cabello negro y ojos azules a su lado y pensé que serían buena pareja. ─Pero creo que eres una buena chica, así que sólo haré una excepción contigo...

Ella sonrió de oreja a oreja, tenía hoyuelos.

─Y te cobraré la mitad.

Lo mejor de esto, es que sí me lo pagó.

Este era el plan, seguiríamos a Charlie y a Marv siempre que tuviéramos una oportunidad, la llevaría a la casa, nos haríamos mejores amigas (una verdadera amiga) y se casarían y tendrían hijos y yo sería la madrina.

¡Era perfecto!

Me puse a pensar un poco, desde que había llegado a la escuela, no tuve amigas de verdad, las personas que me molestaban dejaron de hacerlo cuando Charlie se hizo popular, sólo me juntaba con personas de salones separados, no tuve nunca una mejor amiga.

Charlie tenía mucha suerte de tener a Marv, ya que era su único amigo, me preguntaba con frecuencia cómo reaccionaría al saber su secreto.

Lo ideal sería que Charlie también fuera gay, pero lo dudaba mucho.

─ ¡Lola, Lola! ─Marv sonrió saludándonos desde el pasillo. Mi nueva amiga, lo vio sonrojada.

─Es gay. ─Le dije al oído, y vi como de su cara las ilusiones se desvanecieron. Aún tenía a Charlie, estaba solo en su salón como siempre, y pensar que era el más popular de la escuela. Charlie me sonrió.

─Ella es mi nueva mejor amiga... ─Le señalé para que dijera su nombre, porque se me había olvidado.

─Erika, ¿cómo les va? ─Saludó a Charlie y a Marv de beso.

─No te había visto antes, ¿eres la nueva? ─Marv se acercó y le invitó un poco de su sushi. Ella lo rechazó cortésmente.

─Eres muy educada, espero que Lola aprenda algo de ti. ─Charlie se recostó en la pared y se puso a ver su celular. Lo fulminé con la mirada. ─Debes ya saber mi nombre puesto a que Lola sólo habla de mí.

─Sí, suelo hablar de lo engreído y necio que eres. ─Le contesté molesta.

─ ¿Ustedes no se llevan bien? ─Preguntó inocentemente Erika, a Marv le brillaron los ojos.

─No siempre fue así. ─Contestamos los tres al mismo tiempo, se creó un silencio incómodo, pensábamos lo mismo, incluso cuando creíamos que éramos totalmente diferentes.

─ ¿Pregunté algo inadecuado?

─Me recuerdas demasiado a mi hermano mayor. ─Sonrió Marv, y se acercó más a ella. ─Verás, soy el hermano de en medio, una gran desgracia déjame decirte.

─Lo sé, yo también lo soy. No eres muy grande para unas cosas ni eres muy pequeño para otras, estás como, uhmm... ¡En medio! ─Erika y Marv empezaron a hablar de ellos mismos, Charlie y yo no nos dirigimos palabra, todo iba en contra del plan.

Algo que dijeron me hizo pensar, el hermano mayor de Marv estudiaba en el extranjero, y ahora Marv y él se llevan de maravilla. Tal vez me hacía falta que Charlie se fuera a otro lado a estudiar. Aunque pensar en eso me daba tristeza.

Al tocar la campana, Erika y yo volvimos a nuestro salón, no sin antes cambiar un par de miradas con Charlie.

─En verdad tu hermano es muy guapo. ─Erika comenzó la conversación. ─Tú eres igual de hermosa que él, lástima que no pude hablar mucho con él.

─Estaba molesto por algo, normalmente no es así. ─Le contesté para que no se sintiera mal por no haber progresado ni un poco. ─Estoy segura que a la salida estará mejor.

─Pensé que era muy popular, y por lo tanto estaría rodeado de chicas guapas. ─Se encogió de hombros y sonrió de nuevo, yo encontraba encantadora a esa chica, podría estar un poco llenita, pero era muy buena persona.

─De hecho lo está. ─Charlie estaba con un grupo de chicas en la cafetería, Katherine estaba sentada encima de él y del otro lado estaba un pastel, no entendía bien todo, hasta que una chica se sentó encima del pastel y puso su cara en el pantalón de Charlie.

Erika corrió hacia el otro lado.

Corrí hacia Charlie, parecía estar disfrutando eso.

─ ¡Muévete! ─Le grité a una chica que se quería sentar encima de mi hermano, él me volteó a ver sorprendido. ─ ¿Qué estás haciendo?

─Lola... ─No pude comprender el porqué de cómo me veía, parecía profundamente apenado, pero no se arrepentía de que lo hubiera visto así.

─ ¡Pero si es la hermanita de Sommer! ─Un idiota del equipo de básquetbol me agarró de la cintura y me abrazó, varios le rodearon. ─Cómo desearía que se sentara encima de mí.

Charlie golpeó a un chico que le tapaba el paso y golpeó en la cara al que me tenía abrazada, ahora su mirada era diferente, y me asustó verlo así, era la misma cara que ponía cuando se salía de control. Me cargó y salió corriendo de ahí.

Paró en mi salón, que estaba vació y soltó. Le di una cachetada.

─No puedo creer que mi hermano mayor se haya convertido en un patán de tercera. ─Le escupí molesta. ─ ¿Sabes que acabas de herir los sentimientos de mi amiga por tus tonterías? ¡Sólo piensas en ti mismo!

─ ¿Qué sólo pienso en mí mismo? ─Exclamó furioso, hace mucho que no me levantaba la voz, y ambos estábamos a punto de llorar. ─Todo lo que hago siempre es para ti, para protegerte.

─ ¿Y qué hacías con tanta zorra?

─Puedo hacer lo que se me pegue la gana, Lola. ─Con su dedo índice pegó mi pecho, y aunque no empleó mucha fuerza, me dolió demasiado. ─Toda mi vida he hecho lo que tú querías hacer, tenía que convencerte a veces para que las cosas salieran a mi favor, pero siempre he hecho lo que tú ordenas.

─ ¡Eso no es cierto!

─Dime una sola vez en que no lo hice. ─Me retó y no pude contestarle, sus ojos me miraban fijamente, y aunque podía apostar con mi vida que no era cierto, no pude decir nada. ─Eso pensé.

─Eres un idiota. ─Le grité llorando, y odiaba cuando lloraba de tanta rabia.

─Lo único que puedes hacer a tu favor es gritarme porque sabes que tengo razón y las cosas no salen como esperas, así que lo único que puede hacer tu cabeza llena de mierda es decirme lo que eres.

─Charlie... ─Lloré.

─Lola, me cansé de ser siempre tu sombra.

─Eres mi sombra porque quieres, ¡nunca me dejas en paz! ─Le grité tratando de empujarlo, pero no podía moverlo ni un centímetro.

─Eso es porque estoy seguro de que si te dejo un segundo te volverás como las zorras que me persiguen. ─Me dijo serio. ─Si no es que ya lo eres.

Le di otra cachetada, pero su mandíbula era tan fuerte que la sintió, pero no se movió.

─Dijiste que era igual que mamá, si me dices zorra, entonces le dices zorra a mamá.

Charlie golpeó la pared cerca de mí, mi corazón se paró por un momento. ─Quisiera que nunca hubieras nacido.

Charlie y LolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora